¡Mírame! | WonHa [EDITANDO]

22 | Rough + Serendipity

|| Rough ver. ||

Más de una lágrima había caído en ese momento.

Más de un sollozo había caído en ese momento.

Más de un lamento y un arrepentimiento había caído en ese momento.

¿Qué se siente cuando una daga toca tu corazón, atravesando tus entrañas, y matándote lentamente en un acto cruel en demasía?
Pues, aunque sonare exagerado, es lo que sentía aquella chica alta peligra, al leer aquellas cinco breves palabras.

"Te quiero como una hermana"

Quizás era masoquismo, pero no evitaba dejar de leerlo una y otra vez. Y al hacerlo, las lágrimas hacían fila para salir; una, tras otra.

Muy en el fondo sabía que era su culpa: ella misma sabía las posibles consecuencias y posibilidades que tenía. Sabía los pocos pros y los muchos contras que poseía; pero quiso arriesgarse, y segó lo que sembró.

Pero se dio cuenta de algo: había llorado como una estúpida al frente de la puerta, y ya quizás EunHa escuchó todos sus sollozos.

No había pensado en eso; considerando que la primera acción que hizo al leer la nota, fue caerse sobre sus rodillas, y ya después le fue imposible reprimir las lágrimas.

Se levantó del suelo, aún con la nota en mano, y observó la puerta, y todas sus esperanzas hacerse evanescente tras ella.

Suspiró, para luego secar sus lágrimas con sus mangas. Se dirigió hacia la Sala de estar, a duras penas y con pasos vacilantes. Ya sabía que nada tenía sentido, ya que aquella personita que le hacía sentir sensaciones extrañas, sentimientos que no había experimentado con ninguno y ninguna, no correspondía lo mismo.

Se sentó cansina en el sofá, desanimada. Todos los pensamientos que había querido ignorar desde hace un tiempo habían regresado.

Estúpida, ¿por qué se lo dijiste?

Ahora por tu maldita culpa y "valentía" has arruinado lo poco que tenías con ella.

Que torpe eres.

—¡¿Qué querías que hiciera?! —Las lágrimas volvieron a amenazar con salir.

No lo sé... ¿Quizás guárdatelo para ti, seguir viviendo una vida con EunHa, disfrutando cada hermosos momentos de paz entre amigas?

—¿Y vivir siempre con este sentimiento reprimido el resto de mi vida? No gracias —se secó las lágrimas antes de que pudieren escapar.

Al menos no lo habrías jodid* todo.

—¡AL MENOS LO INTENTÉ! —Se levantó del sofá de golpe, gritando al aire. A este paso, ya necesitaría un psicólogo—. ¿Okay? Al menos... Lo intenté —se volvió a sentar.

¿Y de qué te sirve todo eso si no funcionó para nada?

—Al menos no me quedé con la duda, ¿está bien? Fui osada al intentarlo. Y si ella no corresponde, no importa; la conquistaré. No importa cuánto me rechace... —su voz estaba comenzando a extenuarse— lo seguiré... intentando.