Me miré por cuarta vez en el espejo del gigantesco armario-vestidor de la habitación. Mark me dijo que debía vestir elegante para ir al restaurante. El vestido blanco que había elegido para aquella noche, era mi favorito: de hombros caídos y palabra de honor, como los de los años cincuenta. Era ceñido a su justa medida y corto hasta las rodillas. Mi vista viajó a mis pies, enfundados en unos tacones no muy altos del mismo color. Estaba segura de que dejaría con la boca abierta a mi nuevo amigo.
Volví a repasar mis labios con el pintalabios rojo y salí por la puerta. No sabía por qué, pero estaba nerviosa.
¿Acaso aquello era una cita?
No le di más vueltas al asunto y bajé en el ascensor. Las puertas se abrieron y me encontré con un hombre. El individuo vestía con un polo de manga corta azul marino, junto a unos pantalones anchos marrones. El pelo estaba peinado hacia atrás, con gomina y llevaba gafas de sol de los años 70. Me recordó mucho a Mark, pero descarté la idea de que fuera el recepcionista ya que este hombre, tenía barba alrededor de su boca y bajo su nariz afilada.
—Buenas noches.—saludé antes de picar el botón de la planta baja. Él, que se encontraba apoyado en una de las paredes de cristal del ascensor, contestó mi saludo acompañado de una leve reverencia con la cabeza. De espaldas al sujeto, a través del reflejo del cristal, vi cómo me miraba descaradamente. Segundos más tarde, su voz entró en mi mente como un torbellino.
—¿Acude al concierto de esta noche?
Extrañada y atemorizada por la información que sabía, me pregunté para mis adentros, cómo sabía aquello. ¿Mi arreglada vestimenta lo decía todo?
Tomé aire y me giré lentamente con una sonrisa, que escondía curiosidad y algo de miedo. El hombre que se parecía a Mark, me miraba a través de sus gafas vintage marrones, esperando una respuesta, con las manos en los bolsillos.
—Sí, sí que voy. Un amigo me ha invitado. ¿Usted también?—contraataqué con una simple pregunta. El misterioso hombre sonrió, haciendo que su barba se curvara ligeramente, al mismo tiempo que sus labios. Necesitaba saber, cómo diablos aquel extraño sabía hacia dónde me dirigía.
—No, desgraciadamente. Tengo unos asuntos que atender esta magnífica noche. Supuse que asistiría por ese bonito vestido que lleva.
Quedé anonada por la respuesta, no me percaté de que el misterioso hombre de gafas de sol, pasó por mi lado, saliendo del ascensor. El aparato había parado en la planta uno. Lo miré perpleja, intentando buscar respuestas rápidas por mi aturdida mente. Las puertas comenzaron a cerrarse, pero él puso la mano en medio de las ranuras, impidiendo que se cerraran. Tuve miedo.
—Disfrute de esta velada, señorita Sawyer.
Aquello fue la gota que colmó del vaso. ¡Sabía cómo me llamaba! Abro los ojos sorpresivamente y él sonríe ligeramente antes de que las puertas se cierren en mis morros. Asustada, vuelvo a abrir las puertas, pero mágicamente, no hay nadie. Quizás se habría metido en alguna de las puertas que había cerca del ascensor. Quizás era un empleado del hotel, como Mark; por eso me conocía. Era todo muy extraño.
Llegué a la planta baja y me dirigí al susodicho restaurante. Antes de entrar, había un mostrador con un hombre trajeado. Sonríe al verme y me pregunta amablemente si me puede ayudar en algo. El hombre de unos cincuenta años, canoso y atento, espera mi petición.
—He quedado a las ocho, con el señor Mark.
—Su mesa le espera, señorita Sawyer.
Me explica que Mark no tardaría en venir y que si no me importaría esperar ya sentada. Negué contenta y seguí al supuesto Dereck. Abrió la doble puerta de metal y me dejó pasar. Llegamos al gran comedor del restaurante.
ESTÁS LEYENDO
Tranquility Base Hotel and Casino
Fanfiction"Good afternoon Tranquility Base Hotel and Casino Mark speaking Please tell me how may I direct your call?" -------------------------------------------------- > Historia completamente mía. Todos los derechos reservados. > Basada en el sexto...