Seis

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Uno. Dos y tres rápidos toques resuenan algo fuertes en la puerta de la habitación. 

—¡Alexander!

El muchacho se encuentra enfrente mío, apoyado en el marco de la puerta, con las manos en los bolsillos de su pantalón. Está sorprendido por mi apertura de puerta algo arisca. Sus ojos están muy abiertos, pero su expresión cambia y una sonrisa se le escapa, mientras entrecierra los ojos.

—¡Buenos días Charlotte! ¿Interrumpo algo?—ríe y se incorpora, quedando completamente de pie.

—No. Adelante, pasa.

Alex cruza la puerta y se detiene en medio de la habitación rococó. Su aspecto luce fresco y despierto. Hoy vuelve a llevar su bonito traje blanco. Mi amigo observa la habitación en silencio y se sienta en la cama.

—¿Has dormido mejor?

Asiento mientras le explico que me encontraba mucho mejor que el día anterior y que me estaba acostumbrando a la calurosa Nevada, pese a vivir en un lugar con un clima frío y húmedo durante el año entero. Respecto a mi pequeña depresión post-ruptura, la voy llevando un poco mejor cada día. El cantante sonríe satisfecho como si hubiera cumplido con su deber.

—¿Qué tiene en mente hacer hoy, señor Turner?—pregunto mientras me siento a su lado en la cómoda cama.

Alex se rio, poniéndose cómodo en la cama.

—Tengo muchas ideas, pero creo que una puede ser que te guste más.

Alzó una ceja y me envió una mirada sugerente, mientras adoptaba una pose seductora sobre el camastro. Entendí la sugerente referencia.

—Ya te gustaría, Turner. Ya.—dije frunciendo el ceño, siendo yo la adulta en aquellos instantes. Él explotó a carcajadas, tumbado boca arriba. Esperé a que se le fuera la estúpida risa, cruzándome de brazos. Dejó de reírse al minuto y se sentó en la cama.

—Tenías que haberte visto la cara que has puesto. Era una broma.—murmura divertido secándose una falsa lágrima.—Aunque si quieres...

—¡Vaya! Parece que hoy, alguien se ha despertado muy gracioso. —espeto encerrándome en el baño, de un golpecito suave. No estaba enfada ni nada por el estilo, simplemente quería hacerme la difícil por diversión. Intenté no reírme muy alto.

—¡Oh, vamos! Era una broma, Charlotte. ¡Lo siento!—decía. Le oía aún reírse un poco, pero más tranquilamente.—En realidad, tenía en mente ir fuera de la ciudad. ¡Lo siento si te he ofendido! No era mi intención.

Abro la puerta de par en par y me asomo un poco, mirando a mi amigo con incredulidad.

—Muy bien. Como tú digas. No tardaré en vestirme, así que puedes esperar aquí, si quieres.

Y antes de que él diga algo más, cierro la puerta mientras que el frontman de los Arctic Monkeys, muestra una sonrisa radiante mientras asiente con la cabeza levemente. Diez minutos después, salgo del baño arreglada y vestida. Alex se encontraba en el mismo sitio donde había estado sentado, leyendo una revista entre sus manos.

—¡Hey!—digo y él da un pequeño respingo del susto y cierra la revista que leía.—¿Hurgando entre mis cosas y chistes verdes sin gracia? Veo que te sigues tomando la confianza muy a la ligera, Alexander.—río mientras me acabo de peinar mi mojado cabello.

—Culpable.—dice él, alzando ambas manos en señal de rendición y me devuelve la Vogue British que tenía entre las manos.

Cojo el bolso y salimos por la puerta de la habitación.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2021 ⏰

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