12 장

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El plan marchó tal y como estaba planeado en mi cabeza, no se percató de nada, a menos que no hubiera sido así y ella fuera tan mustia como para callárselo y seguirme el juego. Es cierto que muchas de las veces que mantenía conversaciones con ella no mentía sobre mis gustos y era algo sorprendente saber que teníamos bastantes cosas en común. Hasta algunas veces me había replanteado seguir con esto, pero no me costaba mantenerme frío y seguir.

Nadie sabía sobre esto, pero la noche que tenía pensado en acabar con todo, TaeHyung pensó organizar una cena en Wang, uno de los restaurantes más prestigiosos de toda Corea. Pensé que tendría que dejarlo para otro día, pero él no contaba con que Jimin, HoSeok y Jin no podrían asistir ese domingo, tenían en el restaurante la reserva del banquete de una boda y en la oficina, me encargue de animar a JooHyun que le digiera a Tae para salir, el único que me quedaba era YoonGi que con un poco de suerte sería demasiado vago para salir de su casa y así fue.

Me vestí formal, bastante alejado de como suelo vestir, pero la ocasión lo requería y no me refiero al hecho de ejecutar mi plan, sino que debía de hacerlo por el mero hecho de que no se viera mi tapadera.

Llegue antes del tiempo acordado a su casa, salí del coche. Al oír sus tacones, cesar y su voz, mire mi reloj para ver que ella había bajado antes de tiempo, seguro para reírse de mí con sus ocurrencias. Lo que realmente no me esperaba era verla tan preciosa en ese ajustado vestido negro, resaltando sus peligrosas curvas y vistiendo su blanca tez, siempre la veía con faldas y tops en el club y me estaba acostumbrando a verla con su ropa oversize fuera de él, pero esa noche era tan elegante como se veía que era un claro ejemplo del tipo de mujer que querrían mis padres para mí.

Tal y como dije, ninguno de los chicos podía asistir, así que tuve vía libre. Tampoco pensé en el detalle de si ella aceptaría a estar asolas conmigo, pero después de semanas llevándonos bien, sabía que había crecido en ella tal confianza que aceptaría. No pensé tampoco en llevarla a Wang, la verdad es que ese sitio me ahuyenta como la carne a un vegano, siempre tan ostentoso todo, a mi familia le piran esos sitios, pero yo prefiero más la sencillez, comida casera en un lugar pequeño.

No tenía ni idea de que ella concurría el restaurante de Yung Min y he de decir que, en este punto, estuve a punto de desertar. Estando solos, tuvimos una conversación profunda y de lo más interesante, el porqué había decidido estudie arte. Realmente es interesante, lista, independiente y con los pies en el suelo, se aleja bastante del tipo de chicas que me suelo tirar. Me llamaba tanto la atención haber encontrado a alguien que estudió lo que yo quería y que su vida había sido tan sencilla, alejada de mis vivencias. Tenía tantos pensamientos que ni siquiera la miraba, tan solo me moleste en escuchar su voz.

Al salir de allí, las ganas de seguir me flaquearon, así que la lleve al lugar donde siempre me liberaba de todos los problemas. La vista desde el mirador esa noche estaba alucinante y supongo que después de sincerarnos tanto a la hora de la cena, no me espere que finalmente diéramos pie a mi cometido.

No pretendía que esto ocurriera allí, pensaba hacérselo en el asiento de atrás de mi coche como a las demás, pero verla admirar la ciudad haciendo que las luces del lugar destellaran sus ojos delineados y una sonrisa en sus labios, esos labios rosados, no pude evitar besarla, sentía que me volvería loco si no lo hacía, era como una inyección de adrenalina besar lo prohibido. Eso se quedaría ahí y nadie sabría de esto, pero se desnudó delante de mí con la misma confianza con la que me hablaba de su vida. Sus curvas me envolvieron en la perdición que llevaban tatuada, sus labios eran tan sedosos y sus besos tan dulces, pero a la vez rudos, su piel congelada por el frío continuamente escarpada por mi tacto y lo decidida que era ante las cosas sabiendo perfectamente lo que hacía, me sentía en el mejor estado anímico que podía tener, aquel que solamente había percibido cuando corría en las carreras ilegales.

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