21 장

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Remolonee en la cama, esperando que JungKook se encontrara en esta, toquetee el lado donde él había dormido, pero estaba helado sin ningún cuerpo existente. Me erguí de golpe haciendo que algunos mechones se me pusieran en la cara, mire con el ceño un tanto fruncido el lado desértico y sople los mechones evitando que hicieran cosquillas en mi piel.

-¿JungKook?- Dije caminando por el pasillo, dirigiéndome al baño, vació con la puerta abierta y la luz apagada. Volví a repetir cuando me adentre en el comedor y una vez más en la cocina, donde me encontré con una nota nada más entrar.

"Siento haberme ido así, llegaba tarde al trabajo, pero gracias por lo de anoche, necesitaba despejarme.

Que aproveche el desayuno"

Me extrañé y giré hacia la encimera donde me encontré una bolsa de papel reciclable marrón junto a un batido de fresa y plátano en un baso de cristal con una pajita, no puede evitar sonreír al ver ese detalle. Me acerqué y abrí la bolsa, eran dos dorayakis de alubias... parecerá de tonta enamorada, pero mordí mi labio inferior pensando en como JungKook me había preparado esto y ni siquiera me había enterado.

Mientras me duchaba, me pare a pensar en la nota, tal vez me estaba diciendo algo entre líneas y no me estaba dando cuenta. Anoche estaba raro, lo notaba nostálgico y algo triste, vi como sus ojos se cristalizaban, su mirada intensa era preciosa y esa forma en la que destellaban con la clara luz que entraba por la ventana. El "Te necesito" que pronunciaron sus labios me dejo helada, pero en mi interior emergió las ganas de quebrar aquella barrera cuando vi que no estaba bien. Lo de anoche no tuvo nada que ver con las anteriores veces, era lento y calmado, parecía como si no quisiera que acabáramos nunca. Hubiera parado y hablado con él, pero pensé que estaría mejor cuando se calmara, lo único que pude ofrecerle fue calor y evadirlo de importancia, porque últimamente siento que es alguien que tiene un lugar en mi vida.

Algo nació en mi vientre, un nudo agonizante llamado preocupación, que me dio el impulso para buscarle y hablar, igual que anoche. Pensé en saltarme las clases, pero se que eso no le parecería bien y estará trabajando, así que lo mejor será espérame hasta la tarde.

Durante las clases estaba un poco distraída pensando en como decirle a JungKook para que me explique qué le ocurre, así que Yuqi me llamaba la atención, hasta que llego a un punto que tuvo que pellizcarme para que prestara atención.

Llegue a casa, era medio día, así que hice lo típico y tras eso intentaba buscar una hora en la que supiera que él estaba libre, pero parecían hacerse eternas. Llame a YoonGi, pero saltaba el contestador, probé con TaeHyung, el cual me dijo que él no sabía nada de JungKook, ya que estaba fuera de la ciudad visitando a su familia, volví a llamar a YoonGi y seguía sin contestar, así que probé con Jimin, el cual me dijo que tal vez JungKook estaría en el gimnasio donde entrena.

Agarre lo necesario, mi móvil y cartera metida en los bolsillos de mi chaqueta negra almohadillada, gorro de lana negro y salí a prisa hasta la estación, mientras buscaba la dirección que me había dado Jimin. El tren me dejo en el centro de la ciudad y solo tuve que apartarme un poco de este, a unas manzanas se encontraba el establecimiento. Entre en este, por delante de mí no dejaban de pasar chicos musculosos, enormes, me sentía como una hormiga, así que me acerque rápidamente al mostrador donde se encontraba un señor de unos sesenta años, algo canoso y con porte de haber hecho deporte toda su vida, pero eso no dura siempre.

-Ho... Hola- Levanto la mirada seria ante mi torpeza.

-Hola, ¿En qué puedo ayudarte?- Dijo junto a una sonrisa, lo que hizo que se me fuera la vergüenza.

-Mm ¿Está Jeon JungKook?- Dije algo titubeante.

-Sí, claro.

-¿Puedo verle?

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