hobi ; hopega

[ one ]

— No podemos seguir de esta forma chicos —KiHyun negó frustrado viendo al resto de sus trabajadores— a este paso vamos a llegar a la bancarrota si seguimos aceptando animales.

YoonGi miró a su alrededor, una mueca pintándose su rostro al ver las jaulas con los animales durmiendo dentro, incluso el lugar parecía demasiado pequeño desde que habían traído algunas jaulas extras, pues ya no había suficientes como para mantener a los pequeños e indefensos animalitos rescatados de la calle.

Lamentablemente su clínica veterinaria nunca había sido exactamente la más popular en la zona, y la mayor parte de las personas preferían comprar perros de raza pura a adoptar a algunos lindos cachorritos rescatados de la calle solo porque eran de raza mixta.

Todos en el lugar realmente se esforzaban por mantener en buen estado a los animales rescatados, seguían una rutina especializada con cada uno para evitar que se estresarán por permanecer tanto tiempo en las jaulas.

KiHyun siempre había sido el más débil de todos, no teniendo el corazón para rechazar a cualquier animal hambriento que se cruzará en la calle o encontrará fuera de la veterinaria, lo que los había llevado inevitablemente a estar con más o menos cincuenta perros esperando a ser adoptados.

— Podemos iniciar una campaña —JiHoon comenzó, aunque la mueca de su jefe lo detuvo a mitad de la oración, recordando que ya lo habían intentado y que solo dos de los perros habían sido adoptados, provocando una caída libre de su presupuesto.

— Sí, no funcionará.

— Oigan, al menos lo estoy intentando, si tienen algo mejor por decir entonces háganlo, idiotas —SeokMin suspiró y siguió a su amigo que se había metido completamente enfadado al almacén del lugar. YoonGi, KiHyun y Daniel se miraron entre sí, dejando que únicamente el sonido de los inquietos perros llenará la incomodidad.

— No nos desanimemos chicos —el menor rodeó a ambos chicos por los hombros mientras sonreía, casi siempre terminaba siendo él quien les renovaba las esperanzas de conseguir un hogar amoroso para todos los perritos— ¿no han pensado en que sería una buena idea hacer una clase de festival? La comida y las cosas coloridas siempre atraen a las personas.

— ¿Con qué dinero? Apenas y tengo para pagarles a ustedes —KiHyun sonaba desanimado, y eso no era algo común en él por lo que YoonGi no tardó en dar un par de golpecitos en su espalda, demostrándole que estaba dispuesto a apoyarlo.

Todos ellos se habían conocido durante su carrera en la universidad y habían entablado una buena relación gracias a Daniel y SeokMin, quienes se encargaron de unir al grupo durante tantos años.

KiHyun fue el primero en iniciar su propia clínica veterinaria y no tardó en traer con él a sus amigos, sabiendo que harían un gran trabajo. Había funcionado muy bien durante un tiempo, pero el hecho de que otras veterinarias se abrieran a su alrededor había provocado que poco a poco los clientes frecuentes fueran menos.

— Podemos poner un poco todos, no creo que nadie se niegue si es por ayudar a este lugar —YoonGi habló secundando a Daniel— me gustaría poder llevarme a alguno de estos pequeños, o a todos, pero apenas y sé cuidar de mí mismo.

Él había recibido un par de comentarios de ese tipo al respecto, solo porque no lucía como una persona empática y cariñosa como el resto de sus compañeros no significaba que no se preocupará de igual forma por otras vidas.

YoonGi adoraba su trabajo, saber que podía ayudar a todos esos pequeños animalitos que no tenían voz era satisfactorio, ver sus colitas moverse o sus ojos brillar con intensidad, saber que había salvado la vida ya de algunos pares de mascotas lo llenaba, y lo hacía sentir como si todo su esfuerzo valía la pena.

Por ello en algún momento dejo de molestarle los comentarios molestos de las personas que lo rodeaban, recriminando su falta de interés en las cosas, como si ellos supieran algo de como él se sentía.

— Supongo que podemos intentarlo, aunque aún debo preguntarle a JiHoon y SeokMin si-

Ambos mencionados salieron del almacén, el más bajo ya no lucía enfadado y eso tal vez se debía a que su amigo le había dado una charla sobre cómo mantener a raya su humor explosivo — Lo que sea que tengan planeado, estamos dentro.

JiHoon le dio una mala mirada al menor quien sonrió inocentemente en su dirección, aunque no era como si fuese a negarse de cualquier forma, no podía hacerlo cuando se trataba de una situación tan delicada.

— Bueno, entonces supongo que iremos con la idea de Daniel, debemos planear todo y hacerlo a la mayor brevedad posible —KiHyun miró su reloj— es hora de cerrar, mañana traeré un presupuesto estimado.

Todos comenzaron a ordenar el lugar, YoonGi ese día era el encargado junto a SeokMin de asegurarse que todos tuvieran agua que tomar si de pronto necesitaban hacerlo por la noche, revisar que las jaulas estuviesen bien cerradas.

Habían acordado hacerlo después de que un Husky travieso abriera la suya y encontrarán al día siguiente el lugar hecho un desastre, con un par de sacos de comida menos y algunos juguetes mordisqueados.

YoonGi llegó a la jaula de Hobi, un lindo perro labrador de unos dos años y lo acarició viendo como el encantador peludo se derretía mientras buscaba más contacto — Encontraré un buen hogar para ti pequeño, lo prometo.

— Siempre has tenido un trato especial para este pequeño —SeokMin sonrió mientras llevaba un saco de croquetas hasta el costado de las jaulas, YoonGi sonrió avergonzado alejando su mano del labrador que lo miraba atentamente— deberías llevarlo a casa contigo.

— No, no es una buena idea, él necesita de alguien que pueda cuidarlo constantemente y darle mucho cariño, y yo apenas paró en casa.

SeokMin asintió con pesar, la mayor parte del día se la pasaban en la clínica, apenas y tenían tiempo como para disfrutar de un buen descanso por un día.

— Entonces buscaremos un buen lugar para todos estos pequeños, mantente positivo.

YoonGi asintió, mirando por última vez los ojos brillantes del canino que no le quitaba la vista de encima solo para comenzar a caminar fuera de la clínica, sin ser capaz de escuchar el pequeño sollozo del canino cuando lo vio salir.