Capítulo Uno - Alucinaciones. (✔)

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No sé cuánto tiempo pasó, tal vez media hora o quizás más, estar sentada en esta silla era algo realmente incomodo, odiaba estar esperando y más esperar en esta situación que a cada segundo me ponía más nerviosa.

—Señorita Dillinger- Se acercó un joven uniformado.

—¿Si? —Respondí con muchos nervios.

—Bueno, el avión que usted había abordado ha dejado la pista ya hace más de dos horas, y nuestra aerolínea lleva las maletas de los pasajeros en el mismo avión, por lo tanto sus maletas están rumbo a su destino y no podemos hacer entrega de sus pertenencias en este momento.

—¡Oh! Qué pena. —¿Había estado esperando en este silla incomoda dos horas?

—¿Se encuentra bien? ¿Es primera vez que viaja en un avión?

—No, pero estoy bien. —La verdad no sabía cómo reaccionar.

—Claro, cualquier cosa la estaremos comunicando sobre sus maletas, esperamos que con esta experiencia no quiera volver a nuestra aerolínea. —Dijo el joven de forma monótona.

Después de haber dejado mis datos personales, me dirigí a la salida del aeropuerto, ¿En serio iría a casa? ¿Era lo que quería? Caminé por un tiempo, sin saber a dónde ir, aún no estaba segura al cien por ciento en volver, realmente tenía que pensar las cosas con cabeza fría, no tenía pertenencias, estas estaban en un avión rumbo a mi perdición y lo único que tenía era un bolso con algunos objetos que quería tener a la mano, pasó una media hora más o menos eso fue lo que calculé, pero al levantar la vista y ver el camino con más claridad pude ver un pequeño parque, no sabía en qué parte de la ciudad me encontraba pero era un parque realmente hermoso, nunca había ido a ese lugar, era la primera vez que lo veía, había niños jugando en todas partes, en los diferentes juegos y junto a ellos se encontraban sus madres cuidando de que nada malo les pasara, ver esa escena me conmovió, iba ser madre, me encontraba asustada y no sabía qué hacer... no quería el pedirle concejos a mi madre conociéndola lo primero que saldría de su boca sería "¡No puedes tener un bebé de ese muchacho!, ¡Tu no estas preparada para ser madre!, ¡Ser madre es una responsabilidad muy grande para ti!, ¡Eres sólo una niña y vas a traer a un bebé a este mundo!"... y muchas otras cosas más.

Por otro lado mi padre no me diría palabra alguna, tampoco me volvería a dirigir la palabra o tal vez asumiría que no soy su hija. Mi hermana por otro lado, estaría muy impacta al saber que se convertiría en tía, pero al igual que mis padres, no me apoyaría en nada... el no tener el apoyo de mi familia al principio fue un golpe duro para mí, por suerte su ausencia de interés y amor por mí fue uno de los motivos por el cual decidí vivir con Axel; ya que a diferencia de ellos él si me apoyaba en cualquier locura.

Caminé hasta dónde se encontraban los columpios y comencé a mecerme.

El estar en el columpio me hizo recordar una cita que tuve con Axel, al finalizar del día él terminó con su ropa sucia debido a que se cayó mientras intentaba llegar más alto en el columpio.

Los niños que se encontraban en el parque, comenzaron a correr como locos, estaban llenos de energía porque no dejaban de correr.

—¡David detente! —Gritó una madre desesperada.

—¡Brithany, deja de correr!

—¡Sebastián te vas a caer!

Y los niños cayeron al suelo, todos ellos comenzaron a llorar, unos más ruidosos que otros, pobres niños. Las madres corrieron tras ellos para levantarlos, cada una cargo a su hijo y se sentaron en un banquillo cercano.

Eso es ser madre, cuidar de sus hijos a pesar de todo. Eso seré yo, una madre... soltera. Quería que mi hijo tuviera una familia, quería estar con Axel pero sabía que era un deseo que no se cumpliría. Él ya tiene una familia junto a Missy, lo que menos quería era arruinar una familia para tener la mía, eso sería muy egoísta de mi parte.

Me quedé hasta tarde en el parque, las familias ya se habían ido y sólo quedaba yo, aún me encontraba en el columpio. Me levanté y seguí caminando, pude ver las letras grandes iluminadas de un local 'Juan Valdez Café', caminé hasta entrar en el local, revisé mi bolsillo y me di cuenta que no tenía mucho dinero así que compré un café que se ajustaba a mi limitado presupuesto, había una pequeña fila así que me tocó esperar.

Poco a poco la pequeña fila se fue reduciendo hasta llegar a mí. Compré un café espresso y salí del local, seguí caminando hasta llegar a un centro comercial. No tenía dinero y lo único que pude hacer es seguir caminando sin mirar ninguno de los almacenes. Salí del centro comercial hasta llegar a una calle que conocía, me encontraba unas siete cuadras cerca de mi casa, la que compartía con Axel.

Eran las once de la noche cuando llegué a la casa, me encontraba en la entrada, estaba nerviosa, me temblaba las manos y no estaba segura si era buen idea el entrar. Giré la perilla de la puerta de la entrada principal, ésta no giró, estaba con llave ¿Acaso era una señal? Busqué una maceta con camelias que había cerca, juntos habíamos plantados varias, era nuestra flor favorita como pareja.

Dentro de la maceta había una copia de la llave de la entrada, sólo eran pocos los que sabían, aún estaba la copia. Abrí la puerta entré en mi casa, ¿Cuánto tiempo había pasado? Ya la extrañaba. Al entrar sentí ese calor acogedor hogareño que no quería olvidar.

La casa se encontraba algo desordenada, las luces estaban encendidas, o único que quería hacer en este omento era ver a Axel, abrazarlo y besarlo, no sé cómo reaccionaría al saber que estoy embarazada, ¿En verdad le diría? no me lo puedo imaginar a pesar de que él quiera ser padre, es difícil, él... es impredecible.

Me puse a organizar sólo un poco la casa, al avanzar más adentro de la casa note que las luces estaban apagadas ¿Acaso no había nadie en casa?, ¿Dónde estaría Axel? ¿Por qué dejó las luces de la sala encendida? Saque mi móvil y comencé a teclear su número, sentí unas vibraciones provenientes del sofá, había dejado su móvil entre los cojines. Aún aparecía nuestra primera foto cuando lo llamaba y seguía guardada en sus contactos favoritos.

Fui a la cocina, abrí el frigorífico y me serví un vaso con agua. Comencé a mirar mi casa, realmente la extrañaba mucho. Subí las escaleras deseando encontrar a Axel durmiendo, sería una increíble sorpresa que al despertar me viera de vuelta en la casa, a su lado y con la noticia de saber que será padre... otra vez.

A cada paso que avanzaba hacia la habitación, mi corazón se aceleraba aún más, podía sentir que se quería salir de mi pecho; pero el ruido de la cama me hizo volver a la realidad. La cama chocaba contra la pared era tan fuerte el ruido que incluso sonaba en mis tímpanos sentía que iban a explotar ¿Qué pasaba?

—¡Axel por favor! —¿Con quién estaba Axel? Reconocía esa voz era... Missy, ¿¡Estaba con Missy!? —¡Axel! ¡Duele! ¡Despacio!

—¡Cállate Missy!

¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaban haciendo? Acaso... seguí caminando hasta llegar a la puerta, tenía la perilla de la puerta en mi mano derecha y lentamente comencé a girarla pero ésta no cedió, estaba cerrado con seguro desde el inerior ¿Cómo iba a entrar? ¡La llave extra! Había una llave extra de nuestra habitación, Axel normalmente dejaba extraviada las llaves. Bajé rápidamente sin hacer ruido alguno a la cocina, sabía que en algún lado de los cajones había una llave de todas las habitaciones de la casa.

—¿Dónde estás? ¡La encontré! —Subí las escaleras con gran rapidez y me detuve en la puerta de la habitación, ¿Quería ver lo que hacían? ¿Estaba lista para saber que no le costó nada el tener relaciones con Missy? No, no estaba lista, pero tenía que afrontarlo, introduje la llave en la perilla de la puerta y la giré muy despacio, cuando estuve convencida de que ya no tenía el seguro, abrí la puerta de un golpe... ver a Axel desnudo al igual que Missy era una pesadilla, pero el que estuvieran teniendo relaciones en el lugar al que llamábamos "Casa", en nuestra habitación, en muestra cama, donde compartimos grandes momentos... fue un dolor devastador.

Fantasma De Amor: El Regreso© (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora