La Libertad de Lisa.

"despierta"

El verdadero sentimiento que ha reprimido todo este tiempo... Con algo de compañía lo logro.

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Era de noche, la joven Lisa le había echado pastillas para dormir a una bebida de su hermano, era el momento perfecto para hacer lo que quería y la presencia de Damián miraba todo como un espectáculo.

Damián: No te arrepentirás después, ¿Cierto?

Lisa: No me arrepentirse, yo se lo que hago y lo que pasará después.

Damián:Ooh... ¿Sabes lo que hay afuera?

Lisa: Antes no lo sabía verdaderamente, pero ahora si.

Damián: ¿Qué es Jackson para ti?, mira que hacerle esto es muy cruel.

Lisa: Él es mi razonamiento y esto no es cruel, después de haga esto, no importará lo que pase con él

Damián: Y ¿por qué lo dormiste si dices que no importa?

Lisa: Puedo hacer cualquier cosa, aunque sea una locura, cuando mi razón duerme.

Damián: Pues que empiece todo esto.

Lisa: No es nada interesante esto.

La joven se dirigió a la cocina para tomar el cuchillo más filoso y dirigirse al cuarto de tu madre, al entrar la mujer estaba dormida, Lisa se dirigió en silencio para que de un solo movimiento enterrar el cuchillo en el cuello y sacarlo, repitiendo esta acción 4 veces, para después dirigirse al pecho

Lisa: Veamos si tienes corazón, desgraciada mujer...

Inserto el cuchillo en el pecho, haciendo con este movimientos para hacer un hueco y sacar el órgano, ya no palpitante.

Lisa: Así que si tenía... Vaya sorpresa.

Damián: Haz visto los corazones reales.

Lisa: Claro, en libros, imágenes, en varios lugares.

Damián: Eso respondería tu gran sorpresa, lo haz visto, por eso en este momento tienes uno en la mano

Lisa: Entiendo, pero, tu que eres, alguna clase de conciencia?

Damián: Podría decirse que si, la mente humana es increíble, no crees, el ser capaz de manifestar para ellos mismos una imagen

Lisa: ¿Qué será de este lugar al irme?

Damián: Nada, al dormir la mente hace realidad aquellos deseos profundos y oscuros.

Lisa: Bueno ya he terminado.

Damián: ¿Y que harás con tu lindo hermanito?

Lisa: Él está muerto ahora.

Damián: Ya veo.

Se dirigieron ambos a la puerta de la salida de esa casa, ya no había nada más que hacer.

Lisa: Fue divertido mientras duró.

Damián: Espero que no pienses que todas las personas a tu alrededor fueron falsas.

Lisa: Eso ya no importa.

Damián: Vete entonces, fue un gusto hablar contigo.

Lisa: Lo mismo digo, querido amigo.

Damián: Despierta.

En lo más profundo de su ser decía:

«Iré a la cima de la montaña, del cielo, ese es mi sueño», más te caiste al fondo del abismo, ¿Cómo llegaste a caer, oh pobre niña?, no te lamentes, paso por algo.