Capítulo 6

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Llegué a casa casi a las cinco de la tarde, estuvimos hablando bastante tiempo, se me pasó volando. Fue muy amable el querer acompañarme hasta casa para ayudarme con las bolsas, la verdad es que la necesitaba.

Sigo recordando lo que me dijo antes de subir a mi apartamento: "Adiós Mi Soo, hasta la noche." Eso había sonado raro, ¿o no?, bueno no lo sé pero me puse roja otra vez. ¿Él había dado por hecho de que esto iba a ser una rutina? ¿Que todos los días íbamos a vernos en aquél banco? ¿Le gustaba estar y hablar conmigo? Demasiadas preguntas me hice en muy poco tiempo y me tiré en mi cama estampando mi cara contra la almohada.

¿Por qué me preocupaba lo que pensaría Tae sobre mí? Yo definitivamente quería pasar más tiempo con él, acabé aceptándolo, al principio no quería admitirlo pero, ¿a quién le iba a engañar? en el poco tiempo que he estado con él he descubierto que es una persona amable, graciosa, atenta y encima canta como los ángeles y es atractivo. Sí, no voy a negarlo, las cosas como son.

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Pasé el resto de la tarde perdiendo el tiempo con tonterías, viendo alguna película, leyendo un poco, escuchando música... hasta que empecé a tener hambre y decidí salir al convini que estaba cerca de mi casa. Necesitaba los alimentos que no pude comprar en la mañana, así que cogí lo necesario y salí, esta vez con un paraguas, aunque el cielo estaba completamente despejado.

Entré en la pequeña tienda, metí en la cesta lo necesario y fui a pagar. Esto ya si que no me lo creía, Tae era el cajero de aquella tienda.

- ¡¡Tae!! - grité asombrada.

- ¡¡Mi Soo!! - gritó en modo de respuesta.

- ¿Pero qué haces aquí? - dije perpleja.

- Hmm, pues trabajar. - dijo tranquilo.

- ¿¡Desde cuándo!? Si vengo prácticamente casi todos los días y nunca te he visto.

- Pues desde hoy, después de acompañarte hasta tu casa vine directo aquí. Trabajo desde las cinco hasta las nueve. Busqué un trabajo porque me aburría por las tardes y esto es una manera de pasar el tiempo y además ganar algo de dinero.

- Oh ya veo... yo también tengo una trabajo pero por las mañanas, ayudo a mi madre en su floristería y me da algo de paga. Supongo que está bien.

- Sí, eh bueno esto sería 12.000 wons.

- Ah, sí toma. Esto.. entonces... nos vemos más tarde. - dije con timidez.

- Claro, hasta luego Mi Soo, ¡nos vemos! - dijo moviendo su mano en modo de despedida.

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Eso no me lo esperaba, parecía como si el destino quisiese que pasáramos más tiempo juntos o algo. Me lo había encontrado dos veces en un día, bueno por la noche serían tres, pero el caso es que esto era una señal o algo parecido y debía aprovecharla bien.

Cené, volví a ver alguna película y como buena hija que soy, hice caso a mi madre de seguir intentando dormir. Ella pensaba que si todos los días me metía en la cama y me relajaba podría conseguir dormir. Yo claramente sabía que eso no iba a suceder, pero aun así lo hice. Por un momento pensé, que si dejaba de tener insomnio ya no vería a Tae por las noches y no le volvería a escuchar cantar. No quería eso, pero tampoco el no poder dormir hasta casi las seis de la mañana. Cuando volvía a casa después de estar en el parque me quedaba un par de horas dando vueltas en la cama, hasta que conseguía conciliar el sueño malamente.

Me pasé tres horas tumbada en la cama con los ojos cerrados y no había manera. Así que me levanté y me preparé para salir, por una parte estaba feliz porque le vería pero por otra, me sentía mal por mi madre, ella solo quería que estuviera bien y sana, se preocupaba por mi, bueno es lo lógico es mi madre.

Me adentré en la parte profunda del parque donde había más árboles y pequeños rinconcitos encantadores con estanques. En un de esos lestanques es donde se encontraba la persona a la que ansiaba ver y escuchar. Me acerqué al ya conocido árbol desde donde le observaba cómo cantaba. Esbocé una sonrisa al escuchar su hermosa voz, era una melodía alegre y su profunda voz junto a la enorme luna, creaban una escena onírica.

Me acerqué sigilosamente hacia él y posicioné mis manos en sus ojos.

- ¡Aah! - gritó sorprendido.

- ¿Quién soy? -pregunté en tono pícaro.

- Uff, Mi Soo eres tú. Que susto. - dijo aliviado.

- Ooh... lo siento no quería asustarte. - dije en tono preocupado y medio sonrojado.

- Tranquila, no lo has hecho. Sabía que eras tú.

- ¿¡Entonces por qué has dicho que te he asustado!? - dije mientras fruncía el ceño.

- Para ver tu adorable reacción al contarte esto mismo. - respondió enseñando sus dientes en una sonrisa.

- ¿¡Cómo!? - crucé mis brazos e hice un pequeño sonido de molestia mientras seguía con el ceño fruncido.

- ¿Ves? Adorable. - dijo mientras me agarró de la barbilla e hizo que le mirara.

- E-está bien, has ganado... - dije ruborizada por su repentina acción. - ¿Pero cómo sabías que iba a reaccionar así? ¿Tan predecible soy?

- Tú misma lo has dicho. - dijo riendo.

Sentí que en esta noche si quería conocerle más debía preguntarle algunas cosas y no se, tal vez intentar quedar con él si todo salía bien.

Singing under the moon // TAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora