Capítulo 13: Nervios.

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Por otro lado, en casa de los Kumari llegó una visita inesperada. Sin embargo la buscada no se encontraba en casa.

─Si ¿Qué desea? ─dijo Jennifer al abrir la puerta.

El joven titubeó─ Soy Charlie ¿te acuerdas de mi? ─preguntó.

─Si, claro, Charlie ¿qué se te ofrece?

Charlie se sonrojó─ Sólo quería saber si se encuentra Zarah en casa ─dijo rascándose la nuca.

─Oh, lamentablemente no está... ¿puedo saber, para qué la solicitas?

─Es que hay una presentación en el salón de baile de Mohini... mi novia ─sintió la necesidad de explicarle quién era, mientras le daba la tarjeta de invitación─ Y quería saber si está interesada, si quieres ve tú también.

─Lo pensaré, cuando Zarah venga le informaré ¿ok?

─Ok, gracias y disculpe la molestia ─dijo el muchacho todo enrojecido, para luego retirarse sin nada más que decir. Se vio obligado a hacerlo debido a que no se esperaba que lo atendiese Jennifer, sin saber que Zarah estaba en casa de Jug.

Los nombrados se encontraban entrelazados entre caricias, mientras platicaban de sus anécdotas, pero había uno que estaban ocultando.

Zarah no paraba de reír─ ¿En serio tus padres decían que eras ginecólogo?

─Si ─respondió sonriendo─ Sentían vergüenza por decir que su hijo era psicólogo. Mi padre no tanto, pero mi madre si era muy dramática.

─Si, a veces a las personas les da pena hablar de sus problemas de la mente, como si no fuera parte del cuerpo ─comentó.

─No te hagas, tú también te avergüenzas de tener un novio psicólogo, las otras chicas presumiendo, que su novio atleta, que su novio es abogado; mientras que tú dices: Mi novio atiende personas locas, creo que también está loco ─dijo Jug amaneradamente, tratando de imitar a Zarah, mientras que ésta tenía dolor de barriga de tanto reírse.

─Pues, si estás loco, pero no es por eso que no hablo de ti ─Jug la miró confundido─ No te presumo, porque si lo hago, todas querrán una terapia contigo, y eso no me va a gustar ─dijo cruzando los brazos.

─Entonces ¿me dejarás en las ruinas?

─Si es necesario, si.

Jug rió incontrolablemente─ Eres cruel, por lo menos mis padres ni los demás me arruinaron de esa forma, muchas chicas han ido a chequearse, y tengo que admitir que gane dinero extra en mi bolsillo ─comentó moviendo sus manos, simulando estar lanzando dinero al aire.

─¡Ay si! Y ¿por qué no te quedaste con esas chicas, eh? ─comentó Zarah, para luego hacerle cosquillas a Jug como venganza, mientras que él reía cual niño pequeño─ Oye, Jug ¿puedo preguntarte algo? ─preguntó, deteniendo su juego. Él asintió sin ninguna duda─ Me da curiosidad saber cómo eran tus padres ¿estrictos, comprensivos?

Jug sonrió─ Eran muy carismáticos y chistosos, faltaban estar en el circo para ser payasos ─dijo mientras se recostaba del regazo de su novia.

─De tal palo tal astilla ─comentó ella, riendo─ Si no te hubiese conocido como psicólogo, de veras que habría pensado que eras payaso.

─Si, pero un payaso de los finos ─dijo asintiendo para sí─ Teníamos una relación muy estrecha, incluso después de que me fui de casa. Pero las cosas cambiaron luego de que mi padre murió.

─Que mal.

─Mi madre no volvió a ser la misma. Él era el que ponía orden siempre y arreglaba los conflictos, sobre todo con los que tenía con mis... vecinos ─fue lo primero que se le ocurrió decir, para que su novia no sospechara.

─¿Tenías problemas con tus vecinos, por qué? ─preguntó poniendo la mano en su cabeza, para luego rascarla.

─Pues... ─dijo titubeando─ Les parecía extraño que sus esposas fueran a chequearse a mi casa.

─¡Que horror! ─exclamó la chica─ Lo bueno es que escapaste de ahí rápido.

─Pero hay algo de lo que no me podré escapar.

─¿Qué será?

─Tus redes.

Zarah se sonrojó al escuchar tan tiernas palabras, hasta que sintió la vibración de su celular─ Un momento, por favor ─dijo mientras ponía el dispositivo en su oreja.

─¿Hola?

─Hola, Zarah es Jenni ¿qué tal estás?, ¿resolviste tus problemas con Jug?

─Si, gracias a Krishna, pero me has interrumpido, más vale que sea de vida o muerte.

─¡Ay si! Se nota que la estas pasando bien con Jug (7w7)

─Pero en serio, ¿se trata de algo grave?

─No tranquila, solo que Charlie vino preguntando por ti, es todo.

─¡Ah! Ok... espera ¡¿qué?! ─Jug se sobresaltó al escuchar la exclamación de Zarah─ Y ¿qué quería?

─Quería invitarte, bueno, invitarnos a una presentación organizada por "su novia" ─puso los ojos en blanco al pronunciar las últimas palabras de su frase.

─Tengo un mal presentimiento de esto. Esperame en la casa, luego hablamos ─dijo ella para después cortar el celular.

─¿Qué ocurre Zarah? Te oí preocupada ─preguntó el chico, igualmente preocupado.

─Es que... «¡Krishna! ¿Qué le digo?» Estoy nerviosa.

─¿Por qué, mi amor?

Zarah titubeó─ Es que... nuestra relación ha durado mucho y aún no consigo cómo decirle a mis padres sobre eso.

─No se ve tan difícil, a menos que tus padres te den una razón para que estés nerviosa.

─¡Claro! Hay muchas razones. En nuestras terapias te contaba muy poco sobre ellos.

─Entonces ¿cómo son ellos?

─Imaginate a mi, pero con el doble de humor negro ─Al escuchar esto, Jug suelta una carcajada─ Creeme, será incómodo.

─Pues, yo si quiero conocer a tus padres.

─Ay, Jug, no lo sé ─titubeó rascándose la nuca.

─Vamos, no puede ser tan malo ─dijo él, poniendo las manos en la cintura de la chica─ Yo voy a estar ahí, no hay por qué tener miedo ─trató de convencerla.

─Ay ─replicó dudosa. Jug trató de ablandarla con sus ojitos de perro─ Supongo que no está de más intentarlo ─dijo sin mucho afán.

─¡Ay! Por eso te amo ─exclamó él para luego darle un piquito.

─¿Por mi cobardía?

─¡Exacto!

─¡Ay, Ya callate! Está bien vayamos con mis padres.

─¿Ahora?

─¿Por qué no?

─¿Ves? Estás progresando.

─Soy tu novia, no tu paciente.

─¿Quien dijo? No te hagas, son 5.000₹.

─¡¿Qué?!¡, ¿por qué tan caro?!

─¡Oye! A parte de la terapia, he tenido que aguantar tus cosquillas y comentarios crueles, así que no te quejes. Ahora, dame mi dinero ─dijo él, abriendo su mano.

─Lo que te puedo dar es una patada en las pompis.

─No pagues tu envidia con mis pompis ─comentó Jug, poniendo las manos en sus glúteos─ Ellas no son culpables de que no tengas.

─¡Uy! ¡Ahora si! ¡Ven acá imbécil!

─No, no ¡espera! ─exclamó Jug, para luego salir corriendo. Dando inicio a una persecución por toda la casa. 

Tres Cuerazos, una Zarah.Where stories live. Discover now