「libérame」 「luwoo」 「terminada」

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Yukhei estaba acostado boca arriba sobre su cama con su cara cubierta por su almohada. No sabía cuánto rato llevaba en aquella posición, pero tampoco le importaba.

Por su cabeza no dejaban de girar las palabras que le dijo su madre antes de salir de la oficina.

Había evitado pensar en aquel tema desde que había entrado Jungwoo a su vida, pero sabía que no lo podría evitar por mucho tiempo más.

Un movimiento en su cama lo sacó de sus pensamientos y luego sintió como quitaron la almohada de su cara.

Al abrir sus ojos, se encontró con el rostro de Jungwoo sobre el suyo.

Yukhei no pudo evitar sonreír ante tan bonita vista y su sonrisa se ensanchó al ver una pequeña sonrisa asomarse por los labios del menor.

"¿Todavía te duele la cabeza?" preguntó Jungwoo cuando Yukhei se acomodó hasta quedar sentado. "La Dama me dijo así que..."

Yukhei miró las manos del menor y sintió un calor instalarse en su pecho al ver un par de pastillas en una mano y un vasito con agua en la otra.

"Un poco, gracias pequeño." respondió Yukhei sonriendo y extendió sus manos para tomar entre las suyas la medicina.

"Con mucho gusto." dijo Jung, ahora sonriendo grande al ver que pudo ayudar a Xuxi una vez más.

Cuando se terminó el agua del vaso, Yukhei colocó el vaso al lado de la cama y luego miró a Jungwoo mientras abría sus brazos.

"Un abrazo me va a ayudar más que las pastillas." dijo Yukhei y rió al ver como Jungwoo se sonrojaba por lo coqueto que había sido.

Aun así, el menor se acurrucó a su costado y colocó un brazo sobre el abdomen de Yukhei.

"¿Podemos hablar de lo que sucedió hace un rato?" murmuró Yukhei y con su mano acarició el costado del esclavo, sonriendo porque las costillas del castaño ya no eran tan prominentes como antes.

"Me da miedo..." murmuró Jungwoo después de un corto silencio y apretó su agarre del torso de Yukhei.

"¿Qué te da miedo?" susurró Yukhei y plantó un beso en el cabello castaño y liso de Jungwoo.

Al sentir el beso, Jung alzó su rostro y miró directo a los ojos a su dueño.

"¿Por qué quieres que yo sea libre?" preguntó en un susurro y Yukhei lo miró confundido.

"¿A qué te refieres—?"

"¿Quieres que yo sea libre para d-dejarme ir?" susurró Jungwoo con los ojos brillantes y su voz se quebró en la última palabra.

Yukhei abrió sus ojos como platos al comprender la razón tras extraña actitud del menor y sintió ganas de patearse por no haberse dado cuenta antes.

"¿De dónde sacas que yo querría dejar ir a lo mejor que me ha pasado en la vida?" respondió Yukhei sin tapujos y observó como un sonrojo subió por el cuello del castaño.

"Es que—"

"Te prometí una vez que nunca te dejaría ir, pequeño, y no planeo dejar ir esa promesa." dijo Yukhei y colocó su mano sobre la mejilla del castaño en una caricia. "No te imaginas lo importante que eres para mi. Si quiero tu libertad es para que seas feliz y puedas tener una vida buena."

"Pero ya soy feliz y tengo una vida buena." respondió Jungwoo en un murmullo, de pronto se sentía tímido y no entendía qué era el cosquilleo que sentía en su estómago y en su pecho. "No necesito ser libre, solo necesito un Yukhei."

"¿Un Yukhei? O sea que con cualquier Yukhei serías feliz." bromeó Yukhei y formó un puchero con sus labios.

"N-No." tartamudeó Jungwoo como respuesta mientras miraba por un instante el labio de su poseedor sin comprender qué estaba sintiendo. "Yo solo quiero a un Yukhei, al m-mío."