MinSeok daba vueltas por la cama sin poder dormir, una hora atrás en el exterior se había desatado una horrible tormenta y el primer trueno que rasgo el oscuro cielo, lo despertó a él con la misma brusquedad que lo habría hecho el recibir un balde de agua fría; no iba a dormir y lo sabía, uno de sus más grandes miedos eran las tormentas, a saber porque y ahora solo, en una casa desconocida, nadie iba a levantarse e iría por instinto a consolarlo porque JunMyeon su hermano no estaba ahí y él no quería perturbar el descanso de JongDae con lo que podría ser catalogado como un miedo infantil.
Repitiendo en su mente una y otra vez, que todo estaría bien y que en la mañana solo tendría que disimular sus ojeras, se quedó en la cama arropado casi hasta la nariz; esperaba que todo pasara rápido, pero el colmo de todo llego cuando la luz de la lámpara de noche parpadeo un par de veces y luego se apagó por completo, podría tolerar la tormenta hasta cierto punto, pero no aguantaría la obscuridad; se sentó de golpe en la cama, aparto las mantas y tomo un suéter, para dejar la habitación e ir directamente a la siguiente puerta que estaba ligeramente entre abierta.
Encontró a JongDae durmiendo tranquilamente, cubierto con las mantas hasta la cintura, sus labios estaban entre abiertos y roncaba muy bajito, causando una sonrisa en MinSeok, lo miro solo unos segundos y después se subió a la cama en el otro extremo, consciente de que lo que estaba haciendo era muy atrevido, pero restándole importancia con dos simples razones, ellos ya habían compartido la cama una vez y el llevaba una anillo en la mano que en parte lo unía a JongDae; se metió bajo las mantas sin despertarlo y no le tomo más de un par de minutos el quedarse dormido, sonrió pues la simple cercanía de JongDae tenía ese efecto en él.
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Matrimonio arreglado... ¿¡QUE!?
FanficTienes tres días para conocer a tu esposo... Esas eran las palabras que rebotaban una y otra vez en la mente de Shin MinSeok que, sentado frente a su hermano mayor, en el despacho de este último, no alcanzaba a entender como habían llegado a eso; te...