– ¡No puedo creer que hicieras eso! – Natasha me miraba asombrada pero al mismo tiempo emocionada por todo lo que le había contado.
– Espero que en serio no se acerque a Tony, no quiero hacerle nada a Quill – hice una mueca y suspire mirando al suelo. No pensaba llegar tan lejos con todo esto.
– Por lo que me contaste... Es seguro que este no vuelve ni a mirarlo – se ríe divertida y yo solo le sonreí levemente.
– Chicos, ¡adivinen!... Quill ignoró por completo a Tony, no dejó que ni se le acercara un poco – entró Clint velozmente a mi habitación, nuevamente sin tocar la puerta anticipadamente. Ya me había acostumbrado a todo eso.
– Te dije – sonrió orgullosa y yo la imite.
– ¿De qué hablan? – nos miraba confundido y Nat se encargó de ponerlo al tanto sobre lo ocurrido el día anterior con Quill y este soltaba pequeños gritos de asombro y diversión.
– ¡No puedo creer que hicieras eso! – hizo la misma reacción que Nat al contarle pero más exagerado.
– Y funcionó bastante bien, al parecer ya hay avances – alzó ambos pulgares en forma de aprobación.
– Pero aún no se si estoy listo para ir directo con él – rasqué mi nuca un tanto nervioso de tan solo pensar en aquello.
– Si te pones nervioso lo vas arruinar todo Steve y este es el paso grande que vas a dar – Nat me veía con severidad y yo solo asentí no muy convencido.
– Vale pero... –
– No hay pero, vas, haces lo que debas hacer con Tony y regresas... No hay tanta ciencia en esto – se notaba un poco fastidiada y eso tal vez era mi culpa por mi inexperiencia en este tipo de situaciones.
– Bien, ya entendí – puse los ojos en blanco y me acerqué a la puerta de mi habitación – Ahora salgan, necesito mentalizarme un poco – abrí la puerta y ellos asintieron saliendo por aquella. La cerré nuevamente y solté un suspiro de frustración, quería que esto terminara lo más antes posible y tener a Tony a mi lado por lo que soy y no por lo aparento ser.
Pero es ahora o nunca.
Tony estaba comiendo un par de rosquillas en la cocina mientras miraba su computadora, se veía realmente hermoso con aquella barba a la que ahora le habían caído unas cuantas migajas de pan sobre de ella, su cabello alborotado por no haberlo peinado esta mañana y esa expresión de concentración en su bello rostro... Por dios, él era perfecto.
Caminé lentamente y algo temeroso hacia él pero en cuanto se percató de mi presencia sonrió levemente, aquella sonrisa que me desvanecía por completo hizo quererme dar media vuelta y regresar por donde vine pero ya era demasiado tarde. Ya esta frente a él.
– Hey Cap, ¿cómo estás? – me preguntó haciendo a un lado su computadora y poniéndome toda la atención del mundo – Te he notado algo extraño estos días y me preguntaba si... – lo interrumpí sin pena alguna mientras mi expresión era neutra totalmente, no sabía de donde me salía el coraje para continuar con esta absurda actuación.
– ¿Y desde cuando a ti te importa lo que a mí me pase? – por mi interrupción y de la forma tan grosera en la que le respondí él arrugó la frente y dejó su dona en el plato que tenía a lado.
– Pues... Somos amigos y... –
– ¿Amigos?, sí claro, ¡súper amigos! – le contesté en tono sarcástico y al mismo tiempo brusco.
– Bien, ¿me dirás que carajo te pasa o...?
– Adiós Stark, lo único que logras es ponerme de malas con tu estúpida conversación – tomé la dona que había dejado en aquel plato y le di un mordisco – Y deja de ser tan metiche ¿quieres? – me di la vuelta y camine de regreso a mi habitación dejando a Tony con la palabra en la boca.
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¿Así le gustan a Tony? || Stony
Short StorySteve Rogers está perdidamente enamorado de Tony Stark pero no sabe como llamar la atención del castaño. Natasha le explica cuál es el tipo de chico que le gusta a Stark pero él, bastante confundido, se pregunta... ¿Así le gustan a Tony?