Era veintinueve del doce. No quería irme.
—Vamos chica, o no querrás llegar cuando ya todo haya acabado.
—Marco... ¿Puedo irme mañana?
—¿Qué?
—Por favor, quiero estar sola.
—¿Qué tienes? ¿Quieres que me quedé contigo? Podemos celebrar también aquí.
—No te preocupes, por una vez no lo hagas, estaré bien.
—Elena es que...
—¿No confías en que me quedé sola?
—No, no es eso pero... ah, esta bien, te esperaré en el aeropuerto ¿Si?
—Si Marco.
—Prométeme que te veré allá.
—Te lo prometo.
Hubo un momento, no se puede describir porque era de ellos, la pasión los inundó en un de pronto y todo paso, hubo besos, caricias, hubo algo que jamás se pensó porque hubo un te amo y un te voy a querer siempre.
Lamento que no cumpliré mi promesa Marco. Fue bueno que dudaras de mi, de mis palabras, se que lo hacías sólo, como siempre fingiste que no. Eso era algo que intentabas hacer bien.
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Veinte cartas. {M.A}
Roman d'amour-Te voy a querer siempre -dijo ella. Jamás recibió una contestación.