Ella cumplió su promesa, no la que le hizo a un chico llamado Marco Asensio de que iría a verle pero si la de que lo querría por siempre.
Nunca lo conoció, la historia de las "Veinte cartas" nunca existió, al menos no en la realidad pero si en su mente.
La mujer llamada Elena hizo lo que quería al final porque el sufrimiento si era real, era, era porque se suicidó.
Sus notas donde le escribía con tanta pasión se quedaron justo donde estaban, junto a ella, junto a un bolígrafo, junto a esa última línea donde terminó todo.
Porque al final, siempre hubo un "Me hiciste feliz, Marco Asensio".

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Veinte cartas. {M.A}
Romansa-Te voy a querer siempre -dijo ella. Jamás recibió una contestación.