De mal a buen día

Como nace una tragicomedia amorosa.

Y bien ahí estaba, de nuevo…

Un nuevo día iniciaba en la ciudad de Magnolia.

Otra vez la misma mierda de  levantarse a las seis de la mañana para desayunar un puto pan y un vaso de leche, no es que le faltase dinero que para eso se mataba trabajando, no se quejaba mucho, en la empresa en la que trabajaba se creaban juegos y bien, el era el encargado de…y ¿que diablos importa eso? Nada, obviamente lo importante era que un nuevo día de mierda iniciaba, vistiéndose como siempre con el mismo saco desteñido que de café paso a color caca o su cabellera azabache bien cuidada que paso a ser esa maraña que parecían plumas de cuervos muertos...que putada.

Lo único bueno era que al salir de su cochino departamento del cochino edificio del cochino barrio iría a trabajar a ¿donde?

A Fairy Tail la famosa empresa que era creadora de grandes juegos de magia y aventura, un puto día donde vería la feliz cara de Natsu desviviéndose por Lucy o la cara de la misma imaginando una y mil cosas con el pelirosa, incluso podía ver como Jellal y Erza se encerrarían en la oficina de la pelirroja para quien sabe que zukulencias harían.

La mañana de mierda pasó como siempre sin novedad, la bruja de la vecina reclamando mas de mil cosas que la verdad le importaban menos que la vida de Donald Trump, pasando por el vecino de enfrente el cual despedía a una mujer en la puerta…de nuevo, no es que tuviera envidia digo, quien mierda quiere contagiarse hasta de enfermedades desconocidas? Bueno pues el no.

O y adivinen ¿quien falta?, pues sí la cerecita de mierda sobre el puto pastel mañanero, esa bazofia llamada regadera no servía y que creen? Pues si, Gray salió de casa hecho un puerco para dirigirse a Fairy Tail.

llegó ese momento ese único momento en el que se sentía en familia junto a todos y sus locuras, que es que Friedd quería hacer un juego homoerotico, que es que Laxus y Mira salieron con un juego de terror gore, que es que el proyecto del juego Fairy Tail dragón 100 years quest estaba en modificación, por que si, la exitosa empresa saco un juego sobre si mismos, ¿la diferencia? Los personajes eran mágicos, Gray no se quejaba ya que respetaron las personalidades de los integrantes, su apariencia incluso sus relaciones ¿lo único de que quejarse? El Gray Fullbuster del juego era un desnudista, venga que el no era así. Esperad ¿que es eso que esta en el suelo?. Oh es solo su pantalón…¡Puta madre! Por ese tipo de cosas es que odiaba las mañanas, lo denunciarían de nuevo…

Llego a su trabajo que consistía en…¿que importaba?, se dedicó a arreglar ciertas cosas sobre el juego Fairy Tail, faltaban arreglar algunos paisajes para las peleas, se sentía realizado al ver lo bien que modificó pequeños pero importantes detalles.

Pasó el maravilloso día de trabajo dónde aunque ocupado disfrutaba del ambiente de los muchachos como Jef y Droy que seguían a Levy hasta el baño, se peleó un poco con Natsu lo de siempre, hablo y río con Makarov ocultándole ciertas cosas para evitar preocupaciones al hombre.

Termino el horario, se marchó a casa declinando la oferta del cabronazo de Natsu de ir a un bar, cuando bebía recordaba cosas que no quería, además esa puta soledad en casa lo esperaba como siempre, no le diría a nadie que vivía solo, según el aún vivía con Ultear pero la misma se largó por un futuro, lo dejó, se marcho lo ultimo y único que le recordaba a Ur quien era la única que lo quiso de verdad en su niñez sin contar esa extraña y confusa hermandad con Lyon que apenas recordaba, gracias a que el cabello de viejo se marcho a otra ciudad a otra empresa llamada Lamia scale.

Al llegar vio como en la planta baja del edificio se hallaban un montón de cajas que no lo dejaban pasar, valía mierda la vida, con mal humor pateo unas cuantas cajas recibiendo un zape en la cabeza, pobre del cabron que lo golpeó se decía, mas al voltear se encontró con unos muy bien definidos pectorales, levantó la cabeza admirando un rostro serio con ojos inyectados en sangre tan rojos que parecía que se chupaba la sangre con los ojos, un rostro lleno de pircings que le daban un aire de peleador callejero ¿y lo último? Perfecto, le faltaban cejas al hombre de pelo negro tras el.