Capítulo 14

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- ¿Ana estás bien?

Alex entró en mi habitación viendome sentada en un pequeño hueco que había entre el marco de la ventana y el cuarto. Miraba por la ventana sin pensar en nada en concreto observando a toda la gente que andaba por la calle bajo la tenue luz del sol que quedaba de aquel día.

- Sí, no te preocupes- contesté mirandole a los ojos con una falsa sonrisa que se notaba bastante.

- Puedes contarmelo- dijo cerrando la puerta acercándose a mí.- puedes tener confianza en mí Ana, y lo sabes.

Me quedé en silencio sin dejar de mirar por la ventana.

- El doctor dijo que tenías unas marcas muy extrañas en la espalda, ¿tiene que ver con eso?

Me sobresalté y me toqué la espalda inconsciéntemente.

- Por favor Ana, quiero ayudarte si te pasa algo.

- No lo entenderías Alex...- dije levantándome de la ventana y saliendo de la habitación.

Intenté teletránsportarme a la cocina desde el pasillo pero fue inutil así que acabé por ir andando. Busqué el culchillo más grande y afilado que había en la cocina y me lo guardé en el bolsillo de mi sudadera.

Caminé hacia la puerta hasta que una voz familiar me detuvo.

- Ana...

Me paré agarrando todavía el pomo de la puerta escuchando lo que me quería decir.

- Ten cuidado- me advirtió Alex.

Asentí sin mirarle y salí de la casa cerrando la puerta. Mientras caminaba por la calle noté la mirada de Mark através de la ventana de la casa. No tenía ni idea de porqué sabía que era él quien me miraba, pero lo más probable era que fuera efecto de lo que me había hecho Slender.

Me paré en medio de la calle y me giré para verle mirándome a través de la cortina. Me miró unos segundos y después se metió en casa de nuevo.

Seguí caminando mirando al suelo y con la capucha de mi sudadera por encima de mi cabeza. Mi hombro chocó con el hombro de alguien. Levanté mi cabeza lo más mínimo posible para ver quien era. Un chico con el pelo rapado y algunos pircings en la cara caminaba en la misma posición que yo pero en dirección contraria. Tuvimos contacto visual durante unos instantes. Yo seguí caminando pero noté su mirada tras mi espalda.

Llegué frente a una casa desconocida. Decidí entrar y robar algunas cosas para mí.

Un hombre de unos cuarenta años estaba sentado en el sofá del salón.

Me teletransporté detrás de él -algo raro ya que el teletransporte no me salía muy bien- y le agarre del hombro. Mientras mi mente retorcida visualizaba al hombre muerto, noté mis ojos arder levemente.

El hombre se giró de golpe y mirandome a los ojos comenzó a retorcerse en el suelo gritando y tapandose los oidos.

Por fin alguien sufría lo que yo sufría había sufrido siempre.

Cuando el hombre murió noté de nuevo un pequeño quemazón en los ojos. Observé la casa. Estaba completamente vacia, no había nadie más, lo que me tranquilizó. Busqué entre las cosas de la casa.

Encontré el móvil de aquel hombre y algo de dinero en sus bolsillos. Subí al piso de arriba y busqué en su habitación. En el armario había ropa de mujer por lo que suponí que estaba casado. Eran todos faldas y camisetas horribles. Seguí buscando en los cajones y en los armarios. Encontré más dinero y algunas cosas inutiles. Todo era inservible para mí, hasta que encontré la caja fuerte. ¡Una jodida caja fuerte! estaría llena de cosas valiosas.

Intenté abrirla pero imposible no sabía la combinación.

- 8... 23...11...3- susurré para mí misma.

No se muy bien porqué pero fueron los numeros correctos de la caja fuerte.

La abrí y vi que contenía muchísimo dinero y algunas joyas. Cogí el dinero en una bolsa que encontré en el amario y lo metí todo ahí.

- ¡Cariño ya estoy en casa!- oí en el piso de abajo seguido de un grito.

¡Joder! su mujer. No podía dejar que me viera.

Bajé las escaleras con el máximo cuidado posible, pero uno de los escalones crujió fuertemente.

- ¡Estoy armada!

Vi a la mujer asomandose a una habitación que estaba en el primer piso. Aproveché para lanzarme encima de ella. Otra víctima no me haria ningún mal.

La mujer que llevaba un cuchillo en la mano se defendió empujándome hacia atrás haciendo que la puerta que llevaba al baño que estaba detrás de mí cayera al suelo y yo con ella. La mujer se lanzó sobre mí y me clavó el cuchillo en el hombro izquierdo. Al principio sentí dolor pero unos instantes ese dolor desapareció. Observé mi hombro al igual que la mujer. La herida se estaba cerrando después de dejar un rastro de un líquido negro muy oscuro que desapareció segundos después.

Miré a la mujer que me miraba asustada. Sonreí como una psicópata y me puse de pie. La señora dejó caer su cuchillo al suelo y dio unos pasos hacia atrás.

Noté mis tentáculos salir de mi espalda. Mi irá aumentaba cada segundo que pasaba... al igual que mi locura. Solo tenía sed de sangre, necesitaba acabar con la vida de esa persona aunque no fuera necesario. Todos mis tentáculos se dirigieron a la mujer y rapidamente la atravesaron el estómago y todas y cada una de sus extremidades.

Cayó al suelo y comenzó a desangrarse en él. Empecé a reir descontroladamente con una gran sonrisa maniatica en mi rostro. De repente Slender apareció delante de mí. Mi sonrisa desapareció instantaneamente y mi risa se cortó en seco.

- Cómo se acordó en el pasado...

Después de decir eso desapareció dejándome sola y haciendome volver a la realidad. No entendí que quería decir con esas palabras.

Cogí la bolsa de dinero y salí corriendo de la casa, pronto vendría la policía.

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¡Hola! ¿Qué tal estáis? Espero que bien.

¡Por fin es viernes! Creo que voy a montar la mayor fiesta de mi vida! Que semana más horrible y más larga...

Lo primero, es daros las gracias por los votos y todos vuestros comentarios, y a los que me seguís especiales saludos, ya somos 300 :D

Espero que os esté gustando la novela, ya quedan pocos capítulos para que se sepa la verdad y espero que la verdad os impresione *_*

Besos <3

- GirlTerror

Solo yo puedo verleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora