... Te juro que te vas a arrepentir Jane...
Pero ella no quería mirar a nadie más, no quería hablar con nadie más, no quería ser de nadie más.
Pasaron varios días y Jane asistía a la escuela aun con emoción. Con ánimos de seguir encontrandolo, de seguir admirandolo, aunque el aun después de lo ocurrido, se comportara seco con ella. Con toda esa frialdad que lo caracterizaba. Nunca se había visto a una alumna tan entusiasmada de asistir a la escuela.
Ya habían pasado dos semanas desde aquella noche, y Jane todavía miraba con ojos de estúpida a su sensual maestro.
Cierto día el profesor le quitó su dispositivo móvil a Jane sin razón... Y pobre de ella... Lo hizo a media clase y la chica no hizo nada para provocar tal acción
-Desbloquealo- Jane obedeció, el profesor se retiró y se sentó en su escritorio para comenzar a revisar el dispositivo.Al terminar la clase, Jane se disponía a salir junto a su mejor amiga cuando no pudo evitar notar a su maestro observándola. Tomo la decisión de atreverse a pedirle su móvil de vuelta.
-Eli te veo mañana
-¿Que tanto le ves a mi maestro?
-¿Tu maestro?- soltó una risa burlona -Hasta donde yo sé el imparte clases a más de media escuela- se dispuso a alejarse cuando fue detenida por su amiga que tiraba de su brazo
-¿Estas de zorra con el?
-¡Solo voy a pedirle que devuelva mi teléfono! ¿Has olvidado acaso que me lo arrebato sin razón a media clase?
-Uy disculpa- la chica se relajo ante la alteración de Jane -Te veo mañana, no te atrevas a tocar a mi hombre- Ambas sonrieron y Jane se acercó hacia el maestro que no apartaba su mirada de ella.
Al estar ya a una distancia a la cual Jane podía escuchar muy bien a su profesor, el hombre comenzó a reclamar...-¿Quien es Luis?- Dijo extendiendo el móvil hacia Jane
-¿Que?- Jane hizo una cara de desconcierto y tomó el dispositivo
-Sube al auto
-Pero que ocu...
-Sube!- ordenó el hombre con voz fime
La chica obedeció la orden y el profesor subió al auto, arrancó, salió de la institución y condujo como loco hacia un lugar que Jane desconocía.-Donde esta...
-¿Quien es Luis?
-¿Que?
-¿Quien es Luis?
-pero por...
-DIME QUIEN ES
-Solo es un amigo mío
-Te dije claramente Jane, que no hablaras con nadie!
-Perdón no creí que...
-Eres mía Jane, tienes que meterte en la cabeza que eres mía- Ambos se miraron en silencio.
El profesor se acercó a Jane.
-No me gusta que me desobedezcan y lo sabes, tendré que castigarte
La chica soltó un gélido cuando el mayor metió su mano en los pantalones de la joven y comenzó a jugar.
-D-de... Debo ir... A casa- pronunció tiritando ante las acciones de su maestro.
-Puedo llamar a tu madre y decirle que te quedarás hasta tarde en la escuela- el maestro comenzó a besar el cuello de Jane
-No puedo- Jane se separó de el -Aunque la llamaras, no permitiría que llegue tarde a casa.
El hombre golpeó levemente unas cuantas veces la mejilla de Jane y luego tiro de su cabello
-Si la llamo y te deja llegar tarde podré hacerte lo que quiera
-Bien, esta bien acepto- dijo la chica con miedo.
El profesor tomo su celular y se lo dio a Jane para que marcara el número, la chica así lo hizo y acto seguido devolvió el teléfono a su dueño. La madre de la joven no tardó en contestar
-¿Diga?
-¿Hablo con la madre de Jane Keys?
-Ella habla, que se le ofrece
-Soy el maestro Eizel Ernesto Orozco, hablo de la preparatoria donde asiste su hija
-Ahora que hizo- Se escuchó cierto tono de cansancio en la voz de la mujer
-Nada malo señora, al contrario. Necesitamos a su hija en la academia de matemáticas para realizarle un examen ¿Podría quedarse en el plantel unas horas?
-Claro puede quedarse, no hay problema- Jane abrió los ojos como platos ante la afirmación de su madre.
-Muy bien, hasta luego muchas gracias- El maestro finalizó la llamada y miro picaramente a la chica, quien por inercia retrocedió un poco su torso antes de que el hombre bajara del auto y abriera la puerta del copiloto.
El profesor tomo a la joven del brazo y la jaloneo hacia el enorme edificio frente a ellos.-¿A donde vamos?
-Te lo advertí Jane- El maestro caminaba a paso apresurado. Soltó a Jane, sacó un juego de llaves de su bolsillo y abrió una de las puertas del pasillo.
Tomó nuevamente del brazo a Jane y la introdujo a departamento como si fuera un costal. La chica cayó al suelo, estaba asustada.
El maestro la tomo entre sus brazos y la cargo hasta una habitación la cual Jane supuso era el cuarto de su maestro. El hombre acostó a Jane en una cama suave y grande para una sola persona.
-¿Que pasa?- Dijo la chica con miedo
-Ya te lo había dicho. Voy a castigarte- el hombre despojo de sus prendas a Jane dejándola solo en interiores -Espera aquí- salio de la habitación y Jane quedó sola.Se sentía rara, nunca había estado en una situación así, y menos con uno de sus maestros.
Espero unos minutos hasta mirar nuevamente a su maestro, que ilusa, ahora creía que podía llamarle "su hombre".
-Cierra los ojos Jane
La chica tuvo miedo, sus instintos le gritaban que saliera de ahí. Se levantó de la cama y trato de correr hacia el baño, pero los fuertes brazos del profesor le impidieron escapar. Cargo a la chica hasta la cama y la recostó boca abajo.*claro Jane, bien hecho, creíste que te mataría y solamente iba a follarte otra vez, ahora te va a destrozar el culo*
El hombre giro a Jane y la sostuvo fuertemente de los brazos. Aunque Jane aun tenía miedo, divisó la lujuria en la mirada del mayor.
-Confía en mi
Y la chica obedeció. Bajo sus párpados hasta no ver más que oscuridad. Escucho algunos sonidos extraños, y por un momento se imagino miles de cosas, hasta dar con la respuesta más cercana.
El hombre beso su mano izquierda para después colocar una especie de pulsera en ella, y prosiguió así con la mano contraria y los pies.
-¿Puedo abrirlos?- pregunto con intriga
-No, aun no- Escucho pasos alejarse y luego regresar -Ahora, abrelos
Y efectivamente miro sus manos y pies atados a la cama.
-¿Para que?- pregunto con ganas de sonreír
-Es tu castigo- Contesto mirándola, frío, como siempre
-Ya, ¿Y aquí me quedo todo el día?- esta vez no pudo evitar sonreír burlonamente
-Conmigo no juegues Keys- El hombre subió a la cama y depositó un beso sobre los labios de la chica.Comenzó a desvestirse mirándola, la chica lo miraba también, no hacía más que deleitarse con el espectáculo que presenciaba, deseando no estar atada a la cama para poder desvestirlo ella misma.
-A veces tengo miedo... De ti- se sinceró. La chica se veía asustada y Ernesto no pudo evitar sentir ternura.
Quedó intrigado y a la vez sorprendido. Miro a la chica unos segundos y se posicionó sobre ella, con todo el cuidado del mundo.
Besó nuevamente los labios rosados de la chica frente a él, saboreando lentamente su boca, encontrándose por primera vez con una exquisita sensación que hizo a su cuerpo estremecerse.Sintió a la chica, su mente daba vueltas y se preguntó que estaba pasando, la sensación era extraña y desconocida, pero no quería parar. Necesitaba cada vez más. Sintió las palabras anteriores de la chica, por primera vez después de muchos años... Sintió.
Y la chica también deseó que nunca parara, sintió placer y sinceridad por parte del hombre.El maestro paró sus pensamientos y se desconectó del trance. Miro nuevamente a la joven, quien tenía la respiración un tanto agitada. Bajo de la cama y liberó a la joven, dejándola con duda.
-¿Que ocurre?- Jane lo miraba
-Discúlpame, olvide que debía hacer algo importante- Ernesto le sacaba la mirada a Jane
-Pero...- La chica fue interrumpida
-Vístete. Te llevaré a tu casa- El maestro tomó su ropa y entro al baño.
