Jane se quedó un rato recostada, y a los pocos segundos ,quiszá minutos , la enfermera de turno llegó.
-Señorita Keys... ¿Sabe usted por que está aquí?
-Me desmaye- Respondió segura Jane
-Tu novio salió muy triste- le dijo mientras sacaba un botiquín y revolvía algunas cosas
-El no... No es mi novio- Jane se incomodo
-Lo siento- Tomó una jeringa y la llenó de solución
Un quejido de dolor salió de la garganta de Jane al sentir el líquido entrar a su cuerpo y fusionarse con su sangre, tomó el algodón con alcohol que la enfermera le tendio y lo presionó contra el piquete
-Ya puedes irte, toma mucha agua y descansa bien por las noches... Evita los enojos y las decepciones por un tiempo- Si que le estaba pidiendo mucho
-Gracias- fue lo único que dijo.Salió de la unidad médica y miró al cielo... Un día nublado que amenazaba con una fuerte tormenta era el clima de la ciudad. Se dispuso a salir del plantel, pero justo antes de que saliera se topó con ese par de ojos grisáceos en los que se había perdido años atrás.
Quiso evitar al maestro, pero éste la detuvo.
-Sube al auto¿Ahora qué? ¿Enserio me va a querer castigar o a reclamar después de todo lo que me hizo pasar?
Se soltó de su agarre para seguir su camino.
Y le habría ido muy bien de no ser por el profesor, quien se cruzó a la mitad del camino de la chica para insistir de nuevo-¿Que quieres?- gritó
-Solo escúchame
-¿Para que? ¿Quieres volver a castigarme?- La joven se dio la vuelta
-Solo déjame explic...- Tomó el brazo de la joven, pero ésta lo interrumpió
-¡Vete de aquí!- se soltó de su agarre para comenzar a caminar, pero el maestro aprovechó el que la zona no estuviera transitada en ese momentoSe posicionó de frente a la chica y sin darle tiempo para pensar siquiera, la levantó de frente colocando sus manls bajo la mochila de la chica
-¡Ernesto déjame en paz! ¡Suéltame!- la chica comenzó a patalear
-Necesito que me escuches Jane- El hombre bajó a la chica y la sentó en el asiento del copiloto del auto -Solo déjame hablar, si quieres creérme serà tu decisiónLa chica se cruzó de brazos -Esta bien- dijo rendida al fin.
El hombre subió al vehículo y comenzó a conducir. El auto se alejó sin que la pareja se diera cuenta de que un par de ojos curiosos los había estado observando desde hace unos instantes atrás.
******************************************El hombre parqueo frente a la casa de la chica
-¿Por que estamos aquí?
-Jane no quería dejarte así. Ese día yo me quedé confundido y...
-Ya. Calla, que no se cuanto tiempo pueda escuchar tus mentiras
-Keys no estoy mintiendo
-¡Entonces que diablos haces! ¿Pretendes tenerme ilusionada toda la vida? O es que sólo querías tenerme de tu puta para cojer
-¡Jane sólo cállate y escúchame! Fue el beso! El maldito beso me dejó idiota, luego no supe que hacer y me sentí confundidoJane lo miró, atónita de sus palabras
Lo hice sentir confundido-Yo... Creo que es mejor que me vaya- la chica se sacó el cinturón de seguridad e intentó abrir la puerta.
Un ligero cosquilleo se hizo presente en ella antes de que abandonara el vehículo. El profesor estaba acariciando uno de sus pechos
-No te vayas- Habló
-¿Tu pidiéndome a mi?
-Te encanta y lo sabes
-Me voy- Pero no pudo concretar la acción. El hombre sin perder tiempo jaló de su rizado cabello y sostuvo fuertemente su mejilla con su mano disponible para volver a unir sus labios como aquel día.Y ella en ningún momento lo detuvo, se mostraba dócil ante los actos de su maestro quien metió una de sus manos por debajo del pantalón de la chica, haciendo a un lado sus bragas para comenzar a acariciar el clitoris de su amante, quien gimió por lo bajo a causa de las ágiles manos del mayor.
-No te lo quedes... Sabes que me encanta oírte gemir
-No Ernesto- El maestro se detuvo en seco para mirarla serio
-¿Entonces quieres jugar conmigo?- la furia en sus fanales grisáceos era palpable
-¡Quiero ser racional! ¡Es lo que quiero!- la chica comenzó a estallar en llanto -Quiero vivir sin falsas ilusiones contigo ¿Eso es mucho pedir?
El hombre la miró, ahora arrepentido. La chica se abalanzó hacia el y lo abrazó
-Por favor no te enojes, no quiero verte enojado conmigo- suplicóY realmente se sintió mal. Sintió culpa. Por primera vez se detuvo y analizó el error que había cometido. Pero ya no había marcha atrás a lo que esa pequeña parte de su cuerpo había comenzado a sentir.
El problema era que, quedo tan maravillado, que sentía la necesidad de tener más.
Pero no lo iba a admitir, era demasiado orgulloso como para decirle al mundo y aceptar, que después de todos sus juramentos... Había quedado perdidamente enamorado de una niña de diecisiete años.Apenado rodeó con sus brazos a la chica, y no es que le tuviera lástima, si no que, por una vez en su vida, quiso hacerse responsable de sus actos.
-Jane- acarició el cabello de la menor
-si?
-Pídeme lo que quierasLa nombrada lo miró, anhelando poder detener el tiempo para poder mirarlo una eternidad. Acuno las mejillas del mayor entre sus manos y depositó un suave beso sobre sus labios. Sintiendo el calor del cuerpo de su acompañante y acercándose lo más posible que el auto se lo permitía
-Hasme el amor...