VII

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Jane despertó aun en la cama de su sumaestro, estaba más que adormilada.
Se talló los ojos con pereza, y al mirar su móvil, se sentó de golpe con los ojos abiertos a más no poder mientras soltaba un grito de angustia.

Y no era para menos, su teléfono estaba lleno de notificaciones de mensajes y llamadas perdidas provenientes del número telefónico de su madre.
Habían pasado ya cuatro horas desde que Jane debió estar en su casa.

Miro desesperada hacia todos lados, buscando con la vista a su profesor. Al no encontrarlo, se colocó sus bragas y encima la camisa del maestro que aun permanecía en la orilla de la cama.
Salio de la habitación, encontrándose con un Ernesto sin camisa y una expresión bastante tranquila en su rostro.

        -Buenas tardes Keys, veo que eres buena para dormir- se burló
        -Se suponía que debía estar en casa hace horas- la chica dijo con preocupación
        -Tranquila, ya hable con tu madre
        -¿Que le dijiste?- Jane estaba más tranquila ahora
        -Que debías quedarte en la escuela por un proyecto
        -¿Dijo algo?
        -Preguntó si te llevaría a tu casa y le dije que si- Jane rodó los ojos, su madre solía tomar las cosas a su conveniencia muy a menudo
        -Gracias-Rodeo a su maestro con los brazos de forma inesperada
        -No... No hay problema- Correspondió al abrazo de Jane con una extraña sensación recorriendo su cuerpo.
Jane notó su incomodidad, y se apartó de Golpe con sus mejillas inundadas en un color carmesí.
        -Disculpa. No creí que fuera a molestarte
        -No, esta bien- Ernesto se acercó y abrazo nuevamente a la chica -Bueno, preparé pasta ¿Te gustaría probar?
        -No tenía idea de que cocinaras- Comentó Jane haciendo una mueca y algo extrañada
        -Hay muchas cosas que no sabes de mi Keys- Se posicionó tras la chica, tomándola por la cintura y conduciendola a la cocina.

Jane realmente disfrutó su comida, ambos platicaron al tiempo que degustaban el platillo preparado por el maestro. Ambos a medio vestir, entre risas y recuerdos.
Hubo un momento en el que Jane guardo silencio y Ernesto la miro con algo de desconcierto

        -Mi madre y yo nunca hablamos en la mesa- dijo la chica con voz baja. El profesor la miro y tomó su mejilla con su mano para acariciarla
        -No me gusta verte así
        -¿Qué?

Ernesto hizo una pausa para después responder

        -Triste...
        -Yo no estoy triste- Respondió Jane mirándolo
        -Lo tienes en los ojos. Te he visto cuando caminas por los pasillos, siempre llevas... La Mirada perdida Jane

La chica bajo la mirada y frunció el ceño levemente. No se había percatado de que las palabras de su maestro eran ciertas y a una magnitud que ella no esperaba.

        -De verdad, no es nada- la chica pico las sobras en su plato de comida
        -Deja de fingir Keys- El maestro la tomo del mentón y la forzó a mirarlo a los ojos.

Después de un silencio que inundaba el departamento de cierta incomodidad, la chica soltó una frase de la cual podría arrepentirse toda su vida
        -Quiero vivir contigo
Ernesto la miró por varios segundos para después abrazarla

        -No Jane, no es así de fácil
        -Lo siento- Se disculpó la chica -Creí que por amarte tu...
        -Keys- la chica lo miro con los ojos cristalizados -No debes enamorarte, mucho menos de alguien como yo, simplemente no puedes, yo... Yo te lo prohibo

Entonces Jane sintió como su alma se caía en pedazos.

        -No puedes prohibirme algo que ya está hecho- Gritó comenzando a llorar y se separó de el. Bajo la mirada. No tenía más argumentos, era la verdad y nada más que la verdad.
        -Keys yo... - Tomó aire y soltó un suspiro antes de hablar- Nunca me he enamorado- dijo finalmente, sintiéndose estúpido por las palabras que acababa de pronunciar.

La chica lo miró. Tenía un amago de tristeza en sus fanales oscuros. Se tomó unos segundos para mirarlo, antes de volver a apegarse a el y suspirar.

        -Yo te enseñaré- soltó la chica aun con lágrimas en los ojos
        -No quiero que salgas herida Jane- acarició su cabello y depositó un gentil beso en la cabeza
        -¿Y si yo quiero hacerlo?- Se separó nuevamente de él y miro a la nada -Tu me dijiste que harías lo que te pidiera
        -Keys yo...- Antes de que pudiera darle un millón de razones, numeradas y explicadas, Ernesto fue interrumpido por el sonido que más le gustaba escuchar
        -Se que podemos hacerlo- Sonrió de lado, como si estuviera ya cansada de intentarlo aunque realmente ella sabía que no era así.

Ernesto la tomó en sus brazos y la llevó nuevamente a su habitación. La recostó en la cama, mirándola y apreciando cada una de sus pestañas que se agitaban cuando parpadeaba, Ernesto sabía bien que eso hacia a Jane ruborizarse, y le encantaba verla ruborizada.

        -será nuestro secreto- pronunció acariciando la cintura de quien ahora podía reclamar como suya
        -Nuestro secreto- repitió la chica con una ligera sonrisa dibujada en su rostro y sus ojos cerrados.

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        -No se quién te haya dicho semejante estupidez, pero créeme cuando te digo que miente Eli.
        -No te hagas la mosca muerta Jane ¡Estas ligandote al maestro!

Los gritos de la chica llamaban la atención de más de algún alumno que pasaba por los pasillos del plantel.
¿El problema? Elizabeth "Descubrió" a su amiga.
Y Jane realmente sintió alivio al saber que la información llego hasta ella por una nota que fue dejada en su mesa-banco el día anterior...

        -Eli basta. Todos están mirando- Jane se ponía cada vez más roja con las acusaciones de su ahora tal vez ex-mejor amiga
        -¡No me importa Jane. Solo quiero que dejes a mi hombre!
        -Por enésima vez Eli ¡No tengo nada con el! Dime que ganaría con eso. La única repercusión que traería eso seria que dejaras de ser mi amiga. Y yo de verdad no quiero eso- Guardo silencio, se sentiría más mal después de lo que iba a decir, pero no le quedo de otra opción -eres mi única amiga.

Y esa era la cruel y dura verdad, Jane supo que cargaría con eso toda su vida, y que no podría dormir por las noches a causa de su mentira.
Ahora no era amistad, ahora eran engaños, mentiras y traición pura.

        -Jane discúlpame yo... Me deje llevar por la nota, debo dejar de ser tan histérica. Además, ¿Por que peleamos por el? Solo es un maestro no?
        -Descuida- Jane correspondió al abrazo -¿Podrías enseñarme la nota?

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Jane no pudo reconocer la letra de la nota, ni siquiera comparándola. Realmente quedó muy confundida ¿Quién pudo haberle entregado la nota a su amiga?
Ya había consultado con Ernesto, y resulta que él también había recibido una nota, pero ésta a modo de advertencia.

        -Keys tranquilízate, seguro solo es una broma
        -¿Y si después sigo yo? No quiero que te pase nada malo
        -Dudo mucho que lo hagan, ya pasaron varios días Jane

Jane solo podía pensar en sospechosos, pero la verdad era que estaba más confundida que nada.
Su cabeza le dolía ya de tanto estresarse y pensar sin descanso. Los ojos le pesaban y quiso detener todo para comenzaste a ordenar sus ideas... Y justo en ese momento un nombre vino a su cabeza...

        -Patrick...

Mi lienzo exquisitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora