El día había sido muy largo, la clase de inglés los había agotado. Tal vez solo hablaron por más de una hora pero se sintieron muy agobiados. Además, el humor que cargaba Esteban lo estaba matando.
Quería golpear a David, o al menos enfrentarlo, ya no lo soportaba. Su sola presencia era suficiente para arruinarle el día. Aprovecho el receso para desahogarse solo en el baño, entro con violencia, espero a que se vaciara y cuando por fin estuvo solo golpeó con fuerza la puerta de uno de los baños. Su mano le dolía pero estaba acostumbrado a golpear cosas en momentos de estrés o enojo. Se mojó el rostro, respiró lentamente y en poco tiempo logró calmarse. Al salir del baño estaba como nuevo, solo deseaba no encontrar de nuevo a David.
Sus amigos lo esperaban en una tribuna frente a la cancha de fútbol. Varios estudiantes menores jugaban desenfrenadamente en la cancha, Esteban cruzó por el medio intentando no interrumpir el partido. Se sentó junto a Mateo quien comía un sándwich con un gusto tan grande que Esteban sintió una punzada de hambre en el estómago. Junto a ellos se encontraban Jésica, Lili (sorprendente sin su novio), Samuel, Rebeca y André. Hablaban alegremente, probablemente de tonterías.
-¿Qué tal la fiesta del sábado?- Preguntó Rebeca alterando ligeramente a Esteban.
-Normal.- Se apresuró a decir Jésica, la pregunta la había hecho estremecerse.
-Fue un desperdicio de tiempo.- Dijo Samuel. -Hubieramos aprovechado la noche viendo películas o cualquier otra cosa.
-Sabes que las fiestas de David solo son una escusa para beber salvajemente y besarse con quién alguien igual de ebrio que tú.- El comentario de Jésica era verdad, y aún así, esas fiestas siempre estaban llenas.
-Yo sé eso.- Dijo Rebeca. -Pero tenía ganas de bailar, quería salir de mi casa.
-¿Qué hiciste en tus vacaciones?- Preguntó Esteban.
-Tuve que ayudar a mi mamá con mi abuela. Ya no puede hacer casi nada sola, siempre tiene que estar acompañada, empieza a olvidarse de las cosas; una vez olvidó que su hija ya era mayor y recorrió toda la casa buscándola.
Esteban había conocido a la abuela de Rebeca, era una mujer muy amigable y gentil. La primera vez que fue a su casa ella les preparó comida, bebidas e incluso les dió un poco de dinero para lo que quieran.
-¿Y qué me dices tú?- Preguntó Jésica a André.
El joven regresó a verlos torpemente, ya que estaba tenía su concentración en el partido.
-No hice mucho, trabajé con mi papá por dos semanas y con el dinero pude viajar con mis amigos a la playa.
André había pasado por muchos colegios, más de los que una persona debería. Había roto un récord personal quedándose con ellos por tres años. En cada colegio tenía a sus amigos, varios de ellos lo invitaban a beber, a jugar o de viaje por lo que André prefería pasar con ellos que con sus compañeros actuales.
Unos gritos los distrajeron, en medio de la cancha dos jóvenes menores a ellos peleaban con fuerza, algunos de sus compañeros intentaban separarlos mientras que otros solo disfrutaban el show. Minutos después los profesores llegaron para separarlos y prohibieron que sigan jugando fútbol mientras llevaban a ambos estudiantes a la dirección.
-Primer día.- Dijo Rebeca en voz alta, aunque era un comentario solo para ella.
Cómo el partido había acabado a la fuerza los alumnos empezaron a dispersarse. Sebastián, quién estaba jugando fútbol, se acercó al grupo de amigos corriendo, estaba sudoroso y agitado pero de todas formas lo primero que hizo al llegar fue darle un beso a Lili.
-¿Qué pasó ahí?- Preguntó curiosa su novia.
-Unos chicos de primero discutieron por una falta, aunque no lo fue. Creo que ya se tenían resentimiento desde antes porque empezaron a insultarse y como vieron, termino en golpes.
El grupo se sentó en un círculo en el césped de la cancha y continuó platicando por varios minutos. Tanto Esteban cómo Jésica, e incluso Samuel, trataban de evitar el tema de la fiesta, pero sus amigos seguían haciendo preguntas. Mientras Jésica contaba como habían sido sus vacaciones, Sebastián se acercó a Esteban y hablo en voz baja para que solo lo escuchará él.
-Diana me cuanto que te besó en la fiesta.
A Esteban casi se le sale el corazón por la boca. "Maldita sea" Pensó "Áhora todos lo sabrán."
-La verdad no sé por qué no te interesa ella.- Continuó Sebastián. - Es una chica muy linda, y no solo por apariencia, es muy amable e inteligente. Sabe comportarse y además, sé que esto no te importa, pero tiene mucho dinero.
Esteban lo regresó a ver con rostro de confusión, abrió la boca para hablar pero Sebastián lo interrumpió.
-No me lo tomes a mal, solo digo que cualquiera estaría interesado en ella y creo que deberías intentarlo.
Esteban respiró hondo y habló.
-Creo que como todos aquí sabes cuál es mi situación.
Esteban movió la cabeza señalando a Jésica.
-Esteban, lo que te voy a decir no es por burlarme o por querer lastimarte, pero Jésica está interesada en otros tipos de chicos. Solo te ve como un amigo y eso no es malo.
-¿Otros tipos de chicos?¿Cómo son los chicos que ella prefiere?
Sebastián dudó un momento.
-No lo sé, lo único que te puedo decir es que ella te quiere demasiado pero no de la forma que esperas, todos hemos pasado por algo parecido y lo hemos superado.
Sebastián siguió hablando de Diana pero Esteban ya no le prestó atención, pensó en lo que su amigo le había dicho. "Otros chicos. ¿Chicos como David?"
El enojo se volvió a apoderar de Esteban, sabía que tenía que regresar al baño antes de que acabará el receso.
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Alas De Angel
Teen Fiction"Todos hablan de como el último año de secundaria es el mejor, dónde se crean cientos de recuerdos los cuales nunca se olvidarán... Pues no creo ser la única persona aquí que desearía poder olvidar todo esto y volver a ser la misma de antes." Un gru...