Las clases acabaron finalmente, el primer era día no suele ser duro para los estudiantes pero la mayoría salió del colegio completamente agotada. Todos los alumnos se reunieron en el parqueadero mientras les asignaban un bus al que ir. Sebastián se despidió de Lili con mucha pasión ocultándose detrás de una pared para que ningún profesor los viera. La madre de Lili solía irla a recoger del colegio por lo que no tenía que preocuparse por tomar uno de los buses. Sebastián, volvió a besarla y ambos se separaron lentamente.
Cuando Lili se perdió de vista, Sebastián caminó por el parqueadero esperando que le asignarán un bus cuando sintió una mano en su espalda.
-¿Qué crees que estás haciendo?- Rebeca estaba a su espalda muy furiosa. -Crees que no me dí cuenta de cómo me mirabas.
Sebastián se alejó un paso de ella y frunció el sueño. "Dí algo inteligente para que no sospeche."
-¿Qué? ¿Cuándo?
-No finjas, ¿Qué quieres de mí?
Sebastián se puso nervioso, pero a la vez la actitud de Rebeca lo emocionaba.
-Solo quería distraerme con algo, no quería escuchar al profesor.
-¿Y yo fui tu objeto de distracción?
-No solo tu, también me fijé en Álex.
Ya no sabía que decir, solo hablaba sin pensar. Dejaba que las palabras salieran de su boca sin ningún filtro.
-¿Te fijas en mi y en Álex?- Rebeca estaba muy confundida y molesta.
-Me parecieron que hacían un linda pareja.
"Mierda" pensó Sebastián. Su comentario le pareció un poco inadecuado, además de que lo dijo con un tono de burla muy parecido al de David.
-Déjanos en paz, si no puedes concentrarte molesta a Lili pero a mí no.
Dicho esto, Rebeca dió media vuelta y se alejó del muchacho.
Minutos después dijeron su nombre en voz alta y le dijeron que vaya al bus número 5. Sebastián obedeció.
El bus estaba casi lleno, al subir no encontró a nadie conocido salvo por Carolina quién estaba sentada sola junto a la ventana. Decidió acercarse y sentarse junto a ella, no eran amigos pero tampoco le desagradaba, prefería estar con ella que con un extraño. Saludaron con la mano y se quedaron en silencio hasta que el bus arrancó.
-¿Dónde estabas en el receso? No te vi en ninguna parte.
Carolina lo regreso a ver sorprendida pero rápidamente sonrió, tenía una linda sonrisa.
-Estaba con María.
-¿Eres amiga de María?
Sebastián sabía que María era una chica solitaria, de vez en cuando salía con Lucía o con Oliva pero nunca la había visto con ella.
-Si, es muy agradable cundo la conoces.
La forma en la que Carolina había dicho esto último hizo dudar a Sebastián, su sonrisa ahora parecía más forzada, como si ocultara algo.
-¿Qué tal tus vacaciones?- Carolina cambió de tema rápidamente.
-La verdad no hice mucho, pasé la mayor parte de los días con Lili.
La sonrisa verdadera de ella regresó.
-Aww, ustedes dos son adorables.
Carolina desconocía todos los pleitos y peleas que había entre Sebastián y Liliana.
-¿Cómo vas tú con tu novio?- Pregunta Sebastián.
-Terminamos.- Lo dijo de una forma rápida y cortante, no parecía afectada. -Peleabamos mucho y a él no le gustaba que saliera a fiestas ni a discotecas.
-¿Fuiste a la fiesta de David?
-No, estaba en la playa ese día, regresé ayer en la tarde.
Sebastián notó que la piel de su compañera se había bronceado,o más bien quemado por el sol.
"Sabía que tenía algo diferente."
-Pero muero de ganas de ir a una fiesta.- Continuó Carolina. -Por suerte el cumpleaños de Oliva es la próxima semana.
El silencio los volvió a envolver por un largo tiempo. Sebastián seguía pensando en lo que había dicho sobre María, o más bien la forma en la que lo dijo.
-Claro.- Dijo él nuevamente rompiendo el silencio. -Dime la verdad, ¿Qué hacías con María?
Carolina lo regreso a ver, respiró hondo y sacó algo de su mochila, parecía una pequeña funda.
-Prometeme que no se lo dirás a nadie.- Carolina extendió su mano sacando solamente su dedo meñique.
Sebastián río al ver la forma en la que ella quería asegurar su promesa.
-Lo prometo.- Dijo el entrelazando su meñique con el de ella.
Carolina le dió a su amigo la pequeña funda transparente.
-No jodas, ¿Ella vende?
Carolina hizo que se callara.
Sebastián recordó la primera vez que David trajo su producto al colegio, se lo enseñó a todos. Estaba tan orgulloso, lo había guardado en su maleta y en un cambio de hora se le cayó por accidente frente a un profesor. Todos pensaron que la felicidad de David acabaría por fin ese día pero el profesor fingió no haber visto nada y se fue. Eso había ocurrido un año antes de que Carolina llegará al colegio por lo que era comprensible que no conociera la historia.
-Dame un poco.- Pidió Sebastián.
Carolina lo vió emocionada.
-¿Lo has probado?
-La verdad es que no. Pero siempre hay una primera vez.
Carolina rió, sacó un pequeño papel de uno de sus cuadernos y con cuidado preparó uno para su compañero.
-Consejos para un principiante.- Dijo ella. -Enciendelo como un cigarrillo normal, espero que sí lo haya hecho bien, asegúrate de estar solo, ten comida y agua cerca por cualquier cosa. Y escríbeme para saber cómo te fue con esto.
Después de eso Carolina y Sebastián hablaron todo el trayecto hasta que ella llegó a su parada. Se despidieron de una forma más amigable y bajó del autobús. Ella le caía bien, muy bien.
-Has silencio, si, ella me lo vendió.
Sebastián río lo más silencioso que pudo.
-Pense que David era el único que vendía en el colegio.
-María lo hace de una forma menos obvia. La verdad no sé cómo no han atrapado a David hasta ahora.
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Alas De Angel
Jugendliteratur"Todos hablan de como el último año de secundaria es el mejor, dónde se crean cientos de recuerdos los cuales nunca se olvidarán... Pues no creo ser la única persona aquí que desearía poder olvidar todo esto y volver a ser la misma de antes." Un gru...