La luz del sol entró a través de la ventana aterrizando sobre el rostro de Esteban, el resplandor hizo que se despertara a mala gana, no le gustaba despertar a esas horas de la mañana y mucho menos después de una fiesta pero había olvidado cerrar las cortinas en la noche. Había llegado muy furioso por la actitud de Jésica, no podía creer que ella se portará de esa manera, y también estaba furioso con Diana, ella sabía que a él solo le interesaba su amiga y aún así lo presionaba.
"¿Y ese beso?" Pensó "¿Qué esperaba que sucediera?"
Se levantó cubriéndose los ojos del sol, camino lentamente y cerró las cortinas para ver si lograba dormir un poco más de tiempo pero el daño ya estaba hecho; Esteban era de esas personas a las cuales les cuesta dormir así que si algo lo despierta puede que no duerma en varias hora sin importar lo cansado que esté. Volvió a acostarse y cerró los ojos pero por alguna razón la cama le parecía incómoda además de que cada vez que cerraba los ojos imaginaba lo que Jésica hacía con Daniel, aunque sabía que estaba exagerando, inclusive soñó con eso teniendo una de las peores noches de su vida. Los efectos del alcohol llegaron pero eran muy leves, Esteban fue el primero de su grupo de amigos en beber y con la practica su cuerpo se acostumbró a la bebida. No es que el saliera todos los fines de semana pero igual lo disfrutaba, aunque podía volverse violento si bebía más de la cuenta.
Lo primero que hizo al levantarse nuevamente fue ir al baño, después de hacer sus necesidades de lavó las manos y se vio al espejo pensando en varías cosas, la mayoría relacionadas con su amiga. Decidió darse una ducha, se quitó la ropa pero continuó observándose, pasó su mano por su cuerpo y posó para ver sus músculos.
"Talvez si me ejercitara más como Daniel ella me notaría" pensó.
Esteban no tenía un mal físico pero todos sabían que Daniel era el que más se esforzaba, a Esteban le molestaba ligeramente cuan orgulloso estaba Daniel de su cuerpo, le molestaba como pasaba publicado fotografías de su día de entrenamiento y de los resultados, eso era algo que Esteban nunca haría.
La ducha fue muy larga, amaba bañarse, si pudiera lo hiciera todo el día. Salió, se secó con una toalla que tenía cerca y fue a su cuarto para ponerse ropa.
Varios minutos después Esteban bajó a la cocina ya vestido y se preparó el desayuno, ese día comió sandwich de queso y mortadela con un jugo de mora que su madre había preparado antes de salir a trotar. Comió con mala gana aunque la comida estaba deliciosas. Fue a la sala de estar con otro vaso de jugó en su mano y prendió el televisor par poder olvidar todo lo ocurrido. Seleccionó un canal de comedia, le encantaban los programas que daban ahí pero su mente estaba en otra parte esa mañana.
"A Jésica siempre le gustaron los hombres deportistas y fuertes." Pensaba. "Recuerda lo emocionada que estaba cuando se enteró que Mateo practicaba natación."
Esteban era bueno para los deportes y los disfrutaba pero lo que más amaba, además de ducharse, era pasear; casi todos los fines de semana viajaba a bosques, parques, montañas y lagunas, a veces acompañado y otras sólo, muchas ocasiones salía sin avisar a nadie con su bicicleta a recorrer la ciudad, comía algo por el camino y admiraba los paisajes. Tenía ganas de hacer eso ese momento pero estaba cansado. Se oyeron unos pasos a su espalda, era su hermano mayor Mauricio, la gente se sorprendía de lo parecido que eran aunque Mauricio era tres años mayor.
-¿Qué pasó hermanito?- Dijo un poco burlón al verlo con la cara larga.
-Nada que te incumba.
Su hermano rió, ya estaba acostumbrado a los insultos de Esteban.
-Tu amiguita te dejo con ganas, ¿No es así?
-No.
-¿Entonces dime por qué estás enojado?
Esteban respiró hondo, tenía que desahogarse con alguien.
-Creo que se besó con Daniel.
-¿Con Daniel? ¿Con ese estupido?.
-Lo sé pero ya te he dicho como se pone ella al beber.
-¿En ese caso por qué no estás con ella mientras ambos están ebrios, de esa manera pueden culpar de todo al alcohol.
-Yo no quiero solo aprovecharme de ella, quiero que ella sienta algo por mi y de esa manera poder ser más que amigos.
Su hermano empezó a reír como un lunático.
-Siempre te pones romántico cuando hablas de ella.
Esteban estaba furioso, y ya no solo por Jésica sinó por su hermano.
-Cállate.- Fue lo único que se le ocurrió decir.
-No debe ponerte así siempre que ella haga algo que a ti no te guste. Talvez si se lo dijeras todo cambiaría.
-No, no quiero arriesgar nuestra amistad.
-Entonces deja de portarte como una niña y olvídala de una vez.
Ese momento su padres entraron a la casa, llevaban puesto su ropa deportiva y estaban muy cansados y sudados.
-Porfin despertaste.- Comentó su padre. -Te perdiste una buena mañana para hacer ejercicio, estaban regalando bebidas en el parque y también vendiendo cosas muy interesantes.
Esteban estaba tan concentrado en sus pensamientos que no prestó mayor atención a lo que decían. Su madre, quien tenía una funda plástica en la mano con algo de poco tamaño en su interior, notó la actitud de su hijo y decidió lanzarle la funda para traerlo a la realidad. Funcionó.
-Es para que dejes de perder el tiempo en tu celular.
Esteban sacó el contenido de la funda, era un libro no muy ancho de pasta dura, en la portada de veía un fondo negro con una mujer embarazada cargando la cabeza de un toro negro.
-¿Un libro? Sabes que odio leer.
-Nos lo recomendó la vendedora, son varios historias de terror, al menos eso podría gustarte.
Sus padres entraron a la cocina y Esteban regresó a su cuarto completamente decepcionado de ese día.
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Alas De Angel
Teen Fiction"Todos hablan de como el último año de secundaria es el mejor, dónde se crean cientos de recuerdos los cuales nunca se olvidarán... Pues no creo ser la única persona aquí que desearía poder olvidar todo esto y volver a ser la misma de antes." Un gru...