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Palizas rusas (aunque nadie ha partido la pierna a nadie)

El sonido de la ambulancia alertó también a los de 1° de Bachillerato y, como el profesor de mate tenía curiosidad también, todos fueron donde el internado llegaba a la carretera.

Pocos segundos después salieron dos enfermeros con una camilla y regresaron con Virginia medio inconsciente y un montón de gente detrás como si fuese una procesión.

Toni, el cotilla oficial, fue corriendo a preguntar qué había pasado.

- Héctor...- Intentó explicarse Paula, al tiempo que se le empezaban a humedecer un poco los ojos- Héctor ha...

Silvia abrió mucho los ojos y se giró para mirar a Sam, que observaba al mayor de los Escorpio con un tic en el ojo ocasionado por el cabreo.

Héctor estaba con el profesor de educación física, pero una enfermera le llamó, así que se fue directo a la ambulancia.

Dejó vía libre.

- ¡Sam!- Gritó Silvia.

Pero ella ya estaba pegándole un puñetazo en el estómago.

- ¿Qué cojones has hecho? ¿¡Eh!?

Héctor intentó tranquilizarse, pero estaba bastante alterado.

- Decidimos darte una oportunidad, pero ya veo que fue un error. La gente como tú no cambia.

Eric se interpuso entre ellos dos, mirando a Sam.

- Vale. Sami, por favor, vuelve allí.

- No voy a acobardarme, Eric. Tu hermano no me da ningún miedo, te lo aseguro. Es solo un imbécil más.

Héctor dio un paso adelante, pero Eric le paró con la mano.

- Ya, pero a mí sí que me da lo que te pueda hacer si seguimos por ese camino. Sé lo que puede llegar a hacer.

- Ella también, ¿verdad?- Habló Héctor.

- Cierra la puta boca.- Contestó su hermano.- Joder.- Añadió como si fuese suficiente incentivo como para que se estuviese callado.

Pero no lo era.

- No hace falta que hable, tiene pruebas suficientes como para recordarlo ella sola.

Sam tiró a Eric al suelo de un empujón para coger el brazo de Héctor y retorcerlo hasta casi romperlo. Después le metió una patada donde más duele.

- He entrenado desde entonces.

Héctor intentó cogerla del cuello, pero ella se apartó.

Sam no veía más que a él y a sus manos. Le daba igual que su hermana estuviese gritando para que parase, y que el profesor de educación física también, le daba igual todo. Lo único que quería era devolverle a ese hijo de puta todo lo que le había hecho.

Le metió un puñetazo en la mandíbula y sintió cómo Héctor se la devolvía, pero le daba igual.

De repente sintió unas manos levantarla del suelo por la cintura y llevársela de allí.

Lo vio todo nublado, pero pudo reconocer a Alberto el profe nuevo haciéndole señas al que la tenía cogida para que se acercasen al holl.

Leo la dejó en el suelo y se agachó a su lado... Sam intentó levantarse.

- Sami, espera.- Pidió su amigo von voz dulce.- Me encanta lo que has hecho, no me malinterpretes, pero...- Hizo una pausa y muchos gestos con las manos - Para.

Internado zodiacal [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora