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La princesa
de labios de fresa
hinchados de besos a reventar,
llamó a la puerta del sueño perdido.

En el sueño perdido,
iluminaban los ojos cerrados de una muñeca de porcelana; en el sueño profundo, bajo el hechizo del aroma del rosal espinoso entre el cual se formó.

Mientras aquella fragil figura habitaba entre el rosal, Sara* buscaba una rosa por cada rincón.

Y ella olió la fragancia del perfume olor a rosas que tenía en su tocador, y le llevó a donde Nina* dormía bajo un profundo anatema. Sara, observándola, suspiró.

Los cabellos de Nina caían como cascada por un lado del banco en el que yacía su cuerpo; este último, lucía como cada línea de cada monte en el que anduvo andando en busca de una rosa para oler, pero este cuerpo, Sara lo bautizaría como "Rosario", porque en su presencia las rosas florecían.

La muñeca inmóvil estaba boca arriba, con sus ojos cerrados y sus manos en su pecho. Era porcelana pura, sin contaminación con un alma. Era una muñeca muerta.

La princesa se sentó entre las espinas del rosal, y miró a Nina.

La princesa, conoce mitos de princesa: el embrujo desaparece, con el primer beso de verdadero amor.

Pero Sara no sabía qué era el amor,
y la muñeca estaba muerta.

¿Cómo puede despertarla con un beso?






























* Sara significa princesa. Nina significa muñeca. Ambos hacen referencia a sus cuerpos, figuras y personajes. Se les asigna el nombre, no por llamarse así, sino por sus significados. Este recurso será utilizado a lo largo de toda la narración, y siempre vendrá acompañado con una nota como esta.

11 • 10 ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora