El Principio Del Fin

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Dentro de la mansión de su enemigo, él se sitúo en el centro del salón en el cual se lograba escuchar una voz de alguien que parecía sumamente despreocupado desde las puertas del segundo piso
     – Dime, ¿Quién eres? Y ¿Qué buscas en mi hogar?
En ese momento, el joven que no aparentaba más de 17 años, le respondió con una voz codiciosa.
     – Mi nombre no es importante, lo único importante es la habilidad que estoy por obtener y es la tuya, tu habilidad de teletransportarte es lo que necesito para mi cuerpo, así que entrégate sin causar problemas y no te causare mucho dolor.
Después de estas palabras se escuchó resonar en las paredes de la mansión unas risas graves para después oírse un eco profundo en todo el lugar.
     – No hice nada para que quisieras matarme, solo eh vivido mi vida en esta vieja mansión sin causarle problemas a nadie, no veo por qué quisieras cazarme
      – ¿Razón?, no tengo nada como eso, pero si tengo el deseo de ser más fuerte que cualquiera, y para acercarme un poco más a mi objetivo necesito esa habilidad de teletransportación tuya, pero basta de charla, ¡ahí voy!
El joven corrió por las escaleras hacia el segundo piso donde reviso cada cuarto existente, pero el hombre no se encontraba en ninguno, salió al pasillo y cerro sus ojos agudizando sus sentidos para sentir la presencia de su objetivo; sin poder percibirlo, un hombre apareció detrás de él y coloco su brazo alrededor de su cuello haciendo una palanca y aplicando la fuerza suficiente para levantarlo del suelo. El joven sujeto el brazo de su atacante con intención de disminuir la presión ejercida, al no lograrlo, comenzó a perder fuerzas así que levanto su camisa blanca, desenfundo una pistola negra, apuntando hacia atrás con la intención de herir a su atacante, este, al ver el arma acercándose, se teletransportó y el joven cayó al suelo arrodillado. Mientras sujetaba el arma con una mano, con la otra masajeaba su cuello, poco después se escuchó la voz del enemigo.
     – Si piensas que soy un oponente fácil, no te imaginas como te has equivocado, ya que un mocoso humano sin una habilidad como la mía jamás va a poder pelear conmigo, estas muy mal para haberme elegido cómo tu primer objetivo pequeño mocoso.
Al oírlo, el joven comenzó a reír y alzo la voz para que pudiera oírlo
     – Y dime, ¿Cuándo dije que tú eres mi primera presa?, no seas tan arrogante, tu no mereces ser mi primera presa
     – ¿Qué quieres decir? ¿Acaso no lo soy?
     – No, no lo eres, tu eres mi segunda presa – poniéndose de pie
     – Entonces dime, ¿porque no utilizas la habilidad de tu anterior presa?
     – Va a ser una verdadera lástima destruir uno de estos bellos cuartos, pero no hay de otra– sonríe en burla – déjame decirte una cosa, ya usé la habilidad de mi anterior presa y fue todo gracias a ti y solo a ti que la eh podido usar.
     – Debe ser una habilidad de lo más inútil si ni me siento en lo más mínimo herido – decía mientras se reía
     – Eso es porque aún no la eh activado – levanto y posiciono su mano derecha delante de él
     – ¿A qué te refieres con activar? – dijo el hombre mientras se teletransportaba a otro cuarto
     – Solo espera y veras
Pronuncio esbozando una sonrisa que demostraba sadismo mientras chasqueo los dedos provocando que uno de los cuartos explotara. El hombre salió despedido por la puerta de este, cayendo al primer piso, el joven bajo a donde había caído mientras le hablaba.
     – La habilidad que obtuve de mi primera presa es la de ser capaz de hacer volar en pedazos algo que haya tocado anteriormente sin importar la distancia, y si piensas que soy un simple humano estas muy equivocado, ya que yo también tengo habilidades de nacimiento como tú, y no solo una, sino dos, la primera me permite sentir la presencia de personas con habilidades como las nuestras, mientras que la segunda me permite adquirirlas mediante la consumición de una concentrada cantidad de sangre pura de la persona con dicha habilidad, es decir comerme su corazón.
El hombre ya completamente paralizado en el suelo recordó cuando tomo su brazo en un esfuerzo de liberarse de la palanca que le había aplicado anteriormente. Una vez el joven estuvo delante de él, este pudo ver su rostro, era un chico de cabello negro con una mirada tranquila pero no solo eso, sino, logro percibir un brillo en sus ojos el cual demostraba su codicia de poder. Con sus últimas fuerzas, el hombre expreso:
     – El camino que sigues no tiene fin chico – tosiendo sangre –, siento pena por ti.
El contrario lo miro fijamente a los ojos.
     – No necesito la lastima de un muerto.
Al terminar de decirlo, le disparo en la cabeza, neutralizado ya su objetivo. Fue hacia la cocina por un cuchillo, abrió el pecho del cadáver y saco el corazón para comérselo, al finalizar, tomo una pequeña bolsa de viaje guardando dentro cosas pequeñas y valiosas de oro sólido también tomo una bolsa totalmente negra, enfundo su arma y salió por la puerta principal mientras silbaba tranquilamente.

Capitulo 1: fin

El Llanto Del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora