Era un día como todos en la escuela, el cielo era azul y el sol brillaba intensamente, para mí era la misma rutina diaria que ya me aburría, solo que ese día pasó algo que no me esperaba, algo que me cambiaría hasta la forma de ser, fue el día en que la conocí... yo estaba sentado en la clase de matemáticas y como siempre hablando de más, pero de repente vi algo que me calló la boca, era esa hermosa mujer con un vestido blanco y con puntos negros hasta la rodilla y pelo suelto, de esas que me vuelven loco, y por eso creí que era una más del montón, pero mi pensamiento se nubló cuando le pasé por el lado, tenía una hermosa sonrisa que me ponía nervioso y una mirada que penetraba mi alma, pasarle de cerca estremecía mi corazón y comenzaba a dar latidos que se sentían hasta la punta de los pies, en ese momento supe que en realidad si era especial. En el fondo me quise aguantar y no seguir con ella en mis pensamientos, así que me distraje un poco con mis amigos, pero eso no duró mucho, cada vez que venía esa mirada que me agitaba el corazón a mi mente era como ver el más hermoso atardecer que halla visto en mi vida, tal cosa que me preocupaba, sabía que si sentía tantas emociones tan rápido podía enamorarme. Siempre traté de no enamorarme de ninguna mujer esperando a que la indicada llegara hacia a mi, pero con ella era imposible, traté de no pensar en ella pero mientras mas trataba e no pensar en ella mas lo hacía, era un círculo vicioso del que quería escapar con temor a ilusionarme de alguien que era imposible para mi, ella es un ángel en la tierra en cuanto yo... me consideraba muy poco hombre para tan hermosa mujer, decidí quitarme todo ese pensamiento de encima y me fui a caminar con mis amigos, hasta que me encontré con ella de frente, su hermoso y alocado cabello era como una aurora en la más bella luna de invierno y su forma de ser tenía algo que no sentía con ninguna otra, simplemente me atraía a conocerla. Cuando por fin saqué valentía me le acerqué y con el carisma por el piso la miré y le pedí el número, pensaba que me iba a decir que no y así lo hizo. Ese fue uno de mis peores viernes, me había rechazado una simple amistad, todo el fin de semana me quede pensando en eso y decidí no rendirme así de fácil y seguir intentando, de todas formas no tenia nada que perder, cuando por fin la volví a ver el corazón se me quería salir corriendo era como si ella fuera mi debilidad, era algo que alguien tan carismático como yo nunca había sentido, pero no estaba dispuesto a renunciar por eso, mirándola a los ojos le volví a pedir el número, esta vez un poco más convincente y relajado, sorprendente mente se decidió a dármelo, es como si en ese fin de semana hubiera investigado toda mi vida y al saber que no era tan mala persona se decidió a dármelo, me sentí un poco raro pero de todas formas lo apunté en mi teléfono con una enorme sonrisa en la cara.
En ese corto tiempo me di de cuenta de lo especial que era ella, de que... me estaba enamorando, de que con simplemente verla se me alegra todo el día, de que con ella me siento especial y me hace sentir algo que nunca en mi vida había sentido, eso como si me regalara un pedazo de felicidad con una sonrisa, estaba dispuesto a seguir viendo esa sonrisa que tanto me gustaba.
Casi nunca nos miramos a lo ojos, pero cuando lo hacemos, se enciende una chispa dentro de mi que no puedo aguantar, que me enamora sin parar, que me lleva al cielo y a las estrellas tocar, siento algo que con otra nunca había logrado alcanzar y por eso en mi vida es la más especial.
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Notas de un enamorado
Roman d'amourTodo lo que siento por ella, plasmado en un simple libro...