Matrimonio por contrato (Drew Taggart)

Capítulo 2

"El amor verdadero nace de los tiempos difíciles"

Jonh Green

Narra Valentina

Estoy nerviosa, no sé quién es aquel hombre. No sé que pretenderá, solamente espero que tenga una propuesta aceptable y me pueda ayudar. Necesito urgente ese dinero, ya ni dormir puedo de pensar en que si no pagamos la hipoteca nos quitaran la casa y lo peor es que ya nos estamos quedando sin el dinero para los tratamientos de papá. Estoy muy mal, y estoy en otro país sola, quisiera regresar a casa y que todo esté bien. Que esto jamás haya ocurrido y lo más importante que me digan que papá estará bien. No puedo pensar en que algo malo le pase. No estoy preparada para eso.

En la cafetería...

Mire hacia todos lados y no veía a Adam. Quizás aún no había llegado, pensaba, hasta que lo vi, me pareció muy raro. Estaba en el fondo de la cafetería y siendo que estaba la cafetería llena al rededor del él, ninguna de las mesas estaba ocupada.
—Hola...—sonreí, ya que supuestamente me iba ayudar intente sonreír para parecer amigable esta vez.

—Hola ¿como estas?—se levantó muy simpático y me dio un beso en la mejilla—Toma asiento ¿que quieres tomar?

—Un café está bien, gracias.

Pidió mi café y en sus manos tenia una carpeta negra.

—¿Hoy estás más tranquila?—sonrió mientras tomaba su café.

—Un poco...—intente sonreír.

—No tienes que fingir que estás bien conmigo ¿eh? Sé que somos completamente desconocidos pero por lo que veo aquel problema te trae muy mal ¿no?

—Bastante. Bueno en realidad hace noches que no puedo dormir...—respondí con un nudo en la garganta mirando a la calle para evadir las lágrimas que tenía.

—Claro...¿quien estaría bien con aquel problema? ¿Tú familia sabes que te han despedido? Si se puede saber...

—Aún no le he dicho nada, no puedo ni siquiera hablar y la situación empeora más y más.

—¿Cuanto es?

—¿Perdón?—respondí confundida—Cuanto es ¿qué?

—El dinero que necesitas.

Fue muy directo en la pregunta y la verdad me daba mucha pena decirle. Era muchísimo el dinero que necesitaba.

—Está bien no tienes que decírmelo si te da pena...escríbelo—saco una lapicera de su bolsillo—escríbelo en la servilleta.

Aquel hombre solo con verme sabía todo lo que me pasaba y sentía ¿como podía ser?
Tome la lapicera y escribí el momento que necesitaba aproximadamente. Lo demás podíamos ponerlo con mi hermano. No podía ni verlo a la cara de la vergüenza que me daba.

—¡Ahhh poco!—río.

—Lo sé, ese es mi gran dolor de cabeza.

—No te preocupes, puedo ayudar con ese dinero y más si lo necesitas, de verdad.

¿Quién era el presidente de Estados Unidos o que? ¿De dónde sacaría tanto dinero? ¿Era multimillonario? Cada vez me parecía un tipo más raro.

—¿Sabe que? no es necesario...—dije mientras me levantaba aquel hombre me daba mala espina.

—¡Ey!—tomo de mi brazo y me volvió a sentar—Tranquila que no soy un traficante ni nada de eso o de lo que estés pensando—río.

—¿Como sabes qué pienso eso?