Capítulo 29

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"No me arrepiento de nada, pero me hubiera gustado haber tomado mejores decisiones en algún momento de mi vida"

Narra Drew

Necesitaba hacerlo, de otra forma no me lo podría perdonar en toda la vida. Sé lo que dije, que no quería volver a saber más nada de ellas pero nunca creí que sería tanta la culpa que llevaría por dentro. Pero también soy consciente que ellas no se merecen la vida que yo les puedo dar. Nunca podría ser el padre que esa bebé necesita y muchos menos el esposo que Valentina debería tener. Nunca estuvo en mi cabeza ser un hombre de familia. Y tampoco está en mi cabeza abandonar todo lo que tengo, el mundo en el que estoy, no es que no quiera abandonarlo para asumir mi rol sino que no puedo vivir sin esto.
Muchas veces sentía que me derrumbaba por la misma presión de la vida que llevo ahora y nunca lo dije, nunca me sentí capaz de contarle a otra persona como me sentía. Tantas veces se me cruzó por la cabeza querer abandonarlo todo pero esta vida es como un gran vicio del cual no puedes salir, de alguna forma trate de transmitir lo que sentía en la canción de "Somebody" para sentirme mejor conmigo mismo, para expresarme en lo que me estaba sucediendo:

"En una ciudad llena de coches lujosos y
bares abarrotados y supermodelos,
es exactamente igual
a como era dentro de mi cabeza
cuando soñé con ello.
Todas las cosas sin las que podría vivir,
ahora las necesito,
porque están a mi alrededor.
La única cosa que no me puedo permitir
es perderme a mí mismo,
intentando ser alguien, alguien..."

Siempre soñé con este mundo y nunca creí que podría llegar tan alto. Solamente tenía claro que quería ser "Alguien" en esta vida sin importar el precio. Recuerdo muy bien cuando nadie nos conocía, cuando nadie me conocía, siempre sintiéndome inferior a los demás y ahora lo tengo absolutamente todo, cambio mi vida por completo. Tengo millones de cosas que antes no tenía ni mucho menos imaginaba tener y ahora simplemente no puedo vivir sin ellas. Sé que si yo cambio quizás las perderé y eso me atemoriza bastante porque ya estoy acostumbro a la vida que tengo y se lo mucho que me costó conseguirlas, desde la adolescencia en la que siempre fui "el chico raro" de pocos amigos juré que sería "Alguien importante" en esta maldita vida y todos me conocerían y se arrepentirían de haberme tratado tan mal en el pasado, siempre haciéndome despreciaos por no tener lo que los demás tenían. Es por eso que no puedo dejar de ser tan egoísta y pensar en mí antes que en ellas, me duele tenerlas lejos y más en éste momento tan importante de la vida de cualquier ser humano, pero es inevitable, simplemente no puedo aceptarlo.
Para asumir el gran papel de padre debería cambiarlo todo y simplemente no puedo, no puedo, intente quedarme en casa pero siempre termino en algún club nocturno. Antes me quedaba en la casa porque estaba Valentina y hacía que todo fuera diferente pero ahora solamente hago lo que hacen las personas con las que me rodeo es por eso que no puedo cambiar.
Por eso es que hice todo lo posible para estar en el nacimiento de mi hija sin decirle a nadie. Al principio lo dude porque no creí que me importara tanto hasta que vi lo de Antoine, seguía siendo egoísta por no soportar ver a otra persona con lo que era mío. Hice lo posible para recaudar la información del embarazo de Valentina. Sabia que la fecha era a fines de diciembre principio de enero, le pague a una de las enfermeras de la clínica para que me mantenga al tanto. El 30 por la tarde ya estaba en Madrid. Realmente que fue un verdadero dolor de cabeza hacerle entender que necesitaba presenciar ese parto, le ofrecí muchísimo dinero, le dije quién era que debía estar allí, sin embargo no querían por protocolo de la clínica. Para convencer a todo el equipo que la atendería en el parto tuve que usar mis pocos dotes de actor y largarme a llorar desconsoladamente hasta que toque su corazón y accedieron a dejarme estar allí adentro sin decir una sola palabra, sin que nadie lo sepa. Me vestí como un enfermero, era uno más de ellos.
Juro que no tengo palabras para describir aquel momento. Me sentía tan nervioso, en mi vida me había sentido así. Estaba allí parado a un costado de la camilla viendo a Valentina todo el esfuerzo que hacía para traer al mundo a nuestra hija, vi millones de películas en las que mostraban el parto y lo feliz que se sentían todos pero yo en realidad estaba atemorizado, nauseabundo, quería salir corriendo de allí. Al lado de ella, firme estaba Antoine tomándola de la mano, se supone que yo debería de haber estado en ese lugar. Siempre lo supe desde el primer momento en que lo vi que sus intenciones no eran buenas, sabia que pretendía a Valen y no como amigos. Mientras tanto yo seguía allí inmóvil antes la situación, sentía un presión fuerte en mi pecho, sentía como mis piernas me temblaban y en ese momento, en el momento que escuche un llanto y que mi corazón se aceleraba con cada latido de manera abrupta supe que mi vida había cambiado. Seguía allí inmóvil, solo vi que lo sacaron a Antoine de la sala y que hablaban sobre Valentina, su estado no era nada bueno, había perdido mucha sangre me preocupe tenía mucho miedo. Después de unos minutos pudieron recuperar su estado y llevaron a la bebé sobre una balanza, yo seguía parado allí mirándola a Valentina, mi corazón solamente quería correr a ella y abrazarla pero mi cuerpo seguía inmóvil, escuche que el doctor me hablo por lo bajo—¿Quieres entregársela?—murmuró con una sonrisa.
Entonces la tome en mis brazos, sentí como se movía en ellos y se acurrucaba, como buscando adaptarse a mí y me miró con esos grandes ojos grisáceos. Acerqué mi mano a la suya y me tomó el dedo con fuerza, como si no quisiera soltarme nunca más y entonces lo supe, supe que lo más importante de mi vida estaba ocurriendo en aquel preciso momento. No podía dejar de mirarla, era lo más bonito que había visto en mi vida, se veía tan pequeñita e indefensa en mis brazos. Me acerqué a Valentina y se la coloque en su pecho. Dejo de mirarme, miro a su madre y ahí me di de cuenta de que no necesita a nadie más, que con ellas dos tenía el mundo ganado. Que no necesitaba ser alguien como yo decía para tener la felicidad, en ese momento comprendí del amor verdadero que todos hablaban.
Supe que lo mejor de mi vida acababa de empezar, supe que la vida es maravillosa.
Yo en ese momento estaba experimentando varias emociones juntas, jamás me sentí de esa forma, ni si quiera en mi primer show ante tantos miles de personas y al mismo tiempo tan triste. Pero cuando la vi supe que tenerla fue el mejor regalo que la vida me dio. Ahora se que tengo que estar a su lado siempre. Recuerdo perfectamente que cuando estaba en mis brazos le dije "soy papá" con mi voz a punto de quebrarse por el nudo que tenía en mi garganta y me miro con esos ojos que heredo de mi como diciéndome "lo sé". En ese momento supe el costo que pagaría por mis malas decisiones y lo mal que la pasaría. Que podía tener todo el oro del mundo pero que eso no serviría para arreglar el error que había cometido.

Matrimonio por contrato (Drew Taggart)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora