Tristezas inevitables

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Definitivamente hay cosas que uno no quiere saber y quiere saber al mismo tiempo. Es extraño como la verdad siempre emerge a la luz y la cabeza parece la maquina más estructurada posible, más rápida que la misma luz. Lleno de contradicciones queremos siempre saber la verdad pero no nos exigimos aceptarla.  

Me parece que las palabras nunca fueron más dolientes. Me parece que tu voz nunca fue tan dulce y se hace agua el corazón que se desploma entre mis dientes.

Y uno muere lento sin quitarse la vida, no hay necesidad de cuchillas ni armas ni de balas, no se puede hacer nada más si no dejarse morir.

Uno se ahoga en un mar de pensamientos en el que se es arrastrado inevitablemente, somos nosotros los que no podemos nadar; ni las penas ni las tristezas. Realmente el infierno está en nosotros mismos ubicados en nuestras cabezas.

Y caminamos por la vida sin motivo complaciente a nuestras significantes llenándonos de muecas sin que nadie nos vea. La verdad nos hace libres pero a qué precio. ¿Por qué prefiero elegir la misma muerte; la verdad, que vivir sin saber lo que no alcanzo a ver?


100 Poemas Para Marte (Construyendo La Nave)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora