𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 𝕹°13

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Dio Brando no conocía el vértigo

O al menos no hasta aquel momento, en el que luego de descender por el paredón de ladrillos, se encontró temblando de pies a cabeza.

-Rápido-
Susurró Jonathan tomando la mano del adverso, llevándolo tras los arbustos que se encontraban rodeando el perímetro del hogar.

-¿A dónde vamos?- Preguntó Brando un poco más calmado.

Las manos de su hermano eran cálidas.

-Al pueblo.-

-¿Qué? ¿No estamos como a una hora de ahí?-

-treinta minutos, si montamos una bicicleta-

-¿y de donde se supone que vamos a sacar otra? Además, no tengo idea de cómo montar una...-

-puedo llevarnos a ambos, vamos-

Dio tan solo se dejó llevar por el agarre de su hermano, en quien confiaba a duras penas, pues no había nada tan improvisado como todo aquel plan, el cual aún no podía terminar de decodificar, mucho menos entender como era que había aceptado.

"Por favor sostente de mí"

Suplicó Joestar hacia sus adentros mientras terminaba de acomodarse.

Y en cuanto el velocípedo aceleró, un tímido par de brazos se envolvieron por algunos centímetros sobre su cadera.

"Qué clase de brujería es esta"

Pensó Jonathan

Aunque luego, sintió miedo

Miedo de que tal vez

debido al estrecho contacto

Brando pudiese sentir sobre sus brazos, las miles de mariposas que ahora golpeaban contra el estomago del peliazul.

A su vez

El otoño había llegado para quedarse, por lo cual la brisa nocturna ya no era tan cálida ni amable como la del verano anterior.

Esta se escabullía sin mesura a través de la camisa de Brando, tan veloz como el paso del vehículo que ambos montaban, logrando que la piel del mismo se erizase, y que por inercia, se aferrase a la espalda de Joestar en busca de calor.

Después de todo

Aquel viaje, lejos estuvo de sentirse como uno en bicicleta.

Más bien

Para ambos

Fue algo así como cabalgar un pura sangre extremadamente veloz.

[...]

La llegada al pueblo fue finalmente bastante más extensa que lo que las coordenadas mentales de Jonathan esperaban.

Y honestamente, se encontraba algo agotado.

De no ser porque lo que yacía frente a sus ojos lo revitalizaba nuevamente;

Aquella noche Londres estaba más vivo que nunca

Decenas de puestos y una feria extravagantemente iluminada.

Joestar llevaba tiempo sin ver algo tan hermoso.

Pero Dio

Nunca

Jamás

Siquiera, había permanecido tanto tiempo observando y sintiéndose tan ajeno a lo urbano.

Hecho que Jonathan pudo reconocer gracias al destello encandilante que ahora reposaba en ambos de los ojos de su compañero.

–¿Te gusta?–

–Es perfecto–

Murmuró

–Y no has visto todo aún–

Espetó alegre

–¿Qué estamos esperando entonces?–

–Después de ti–

Enunció Joestar cual caballero, caminado ahora detrás de Brando, quien no podía parar de avanzar y observar todo de forma panorámica.

[...]

La noche cayó por completo, al igual que los incontables galones de cerveza sobre ambos estómagos.

Lo cual hacían Todo aún más perfecto y gracioso.

Todo eran carcajadas, lenguas adormecidas, y oraciones a medio recitar.

Oh, y calor

Demasiado calor.

O al menos para Dio

Quien ahora llevaba el cuello de su camisa enteramente desabotonado.

Detalle que combinaba perfectamente con el intenso rubor que portaba Jonathan bajo sus mejillas.

–¿Qué hora es?–

Preguntó el rubio

–no tengo idea...tarde–

Acotó el otro.

–deberíamos volver, no crees?–

Continuó

–sí...aunque no creo que te sea posible siquiera subirte en la bicicleta...–

–Buen punto...no pensé que terminaríamos así...–

Dijo Jonathan riendo vergonzoso, con ambas manos cubriendo su rostro.

–caminaremos entonces–

Asumió rendido el mayor.

Y entre tropezones y aún más carcajadas, emprendieron el camino a casa.


[...]

Continuará







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𝐇𝐨𝐥𝐝 𝐌𝐞 •[𝐉𝐨𝐧𝐚𝐃𝐢𝐨]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora