Capitulo 9

1.2K 111 6
                                    

Cabaña, West-Mills.

-Llegamos.

-Wow.

Jade sonrió, tomó el six pack, las bolsas que había dejado sobre las piernas de Tori y salió del auto. La morena no se había percatado de que la pelinegra se había bajado, estaba impactada por la vista. Parecía una cabaña de película. La gótica se detuvo antes de entrar al ver que Tori seguía dentro del auto.

-¿Vas a bajar o te quedaras todo el día en el auto con la boca abierta?

La morena negó y salió del auto automáticamente, Jade no se detuvo a esperarla y entró a la casa dejando la puerta abierta.

Una vez dentro Tori pudo notar dos cosas, uno la cabaña era más impactante por dentro que por fuera, desde la entrada se podía visualizar una parte del inmenso living que estaba a su izquierda, en él había un sofá de cuatro cuerpos marrón frente a una chimenea, un gran mueble donde se encontraba un plasma de 60 pulgadas, a su derecha una pequeña arcada que llevaba a lo que parecía ser la cocina y enfrente a ella se veía un pasillo donde supuso que llevaría a las habitaciones, todo desprendía elegancia, la hacía sentir pequeña.

La segunda cosa que noto fue que Jade había desaparecido y todo estaba en completo silencio.

Con temor comenzó a caminar por la cabaña esperando a encontrarla y aprovechando para ver mejor los detalles de la deslumbrante casa, noto que los pisos también eran de madera pero algunas partes los cubría una suave alfombra con colores tierra. Varios marcos con fotos familiares colgadas por las paredes, cuadros, lámparas y adornos esparcidos por todo el lugar.

Tori siguió caminando hasta la arcada y asomó la cabeza esperando encontrar a Jade pero no había rastros de ella por ningún lado, la morena frunció el ceño y se giró para volver al pasillo encontrándose de pronto con la pelinegra parada detrás de ella, sin poder evitarlo pego un grito y saltó varios pasos alejándose de la gótica que le sonrió con satisfacción y la esquivo entrando a la cocina.

-¿Porque hiciste eso?

-Por diversión.

-Que tiene de divertido, casi me matas del susto.

-Exacto.

-Eres rara.

-Gracias.

La gótica comenzó a moverse por la cocina sacando las cosas que había comprado de las bolsas y dejándolas sobre la isla de mármol. Se giró, abrió cajón para tomar un cuchillo y al volverse hacia Tori la apuntó con una sonrisa sádica. La media latina trago grueso, estaba empezando a creer que realmente quería asesinarla.

-¿Que?

-¿Quieres mayonesa para tu sandwich?

La adolescente bajo la mirada hacia la isla, no se había percatado que la pelinegra había comenzado a preparar unos sándwiches de jamón, queso y tomate.

-Oh, hmmm. Claro porque no.

-¿Estás bien?

-Si, ¿Porque?

-Por lo que hizo la idiota de tu hermana.

-No le digas idiota -Jade se alzó de hombros y siguió armando los sándwiches- pero no, ya no estoy enfadada con ella.

-Mejor, de mal humor eres un dolor de culo.

-¿Disculpa?

-Te disculpo.

Tori estaba a punto de refutar cuando unos fuertes golpes contra la puerta la hizo saltar en el lugar. Jade sonrió negando con la cabeza, se limpió las manos y salió de la cocina, la media latina la siguió con curiosidad, estaban en medio del bosque y no había visto ninguna casaba km, ¿Quién podría ser?. Sin querer entrometerse se quedó apoyaba contra la arcada mirando hacia la puerta. La pelinegra se asomo por la ventana y sonrió, luego abrió la puerta y se cruzó de brazos, del otro lado estaba parado un hombre de unos 30 años, barba de tres días, cabellos negros desordenados, vestía unos jeans gastados, camiseta blanca con botas de combate y una campera de cuero negra. Él le sonrió e imitó su pose.

Once upon a VictoriusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora