Once upon a Victorius

Capitulo 32

Cabaña West-Mills

Jade terminó la conversación con Beck y guardó el teléfono en el bolsillo trasero de su jean negro, después de la ducha se había encerrado en su cuarto sin querer salir y enfrentarse a la media latina. Con un suspiro se dio la vuelta para tomar el cepillo de pelo que estaba sobre el tocador que estaba del otro lado de la habitación.

Cuando la gótica comenzó a cepillarse el cabello se escuchó un suave golpe contra la puerta seguida por la voz de Tori.

-¿Jade?

-Entra Vega

La media latina ingresó a la habitación dirigiendo su mirada a cualquier lado menos hacia la pelinegra.

Jade sigue peinándo se el cabello, al ver que Tori no decía nada detuvo sus movimientos y la miró a través del espejo, Tori por un momento cruzó su mirada pero luego la bajo. 

-¿Necesitas algo?

-Yo… hmm quería hablar sobre lo que pasó.

-Oh

-Si, yo solo…

-Espera, ¿puedes darme un minuto para terminar de arreglarme? Te veo en la sala.

-Claro, si.

Y con un asentimiento de cabeza Tori salió de la habitación. Una vez que la media latina cerró la puerta Jade soltó el aire de los pulmones que al parecer estaba conteniendo sin darse cuenta.

-Solo unos minutos y Beck estará aquí.

Lo que Tori no sabía es que ese minuto que había solicitado Jade se volverían en veinte y cuando la godica por fin se acercó para hablar fueron interrumpidas por un golpe en la puerta.

Tratando de ocultar su alivio Jade se disculpó y fue abrir, sin darle tiempo a nada Cat la abrazo alegre en cuanto entró a la casa. 

-Jadyyyy

-Suéltame Cat

-Perdón.

André que estaba detrás de la pelirroja le sonrió y alzó la mano en saludo. Detrás del moreno estaban Beck y Robbie.

-¿Podemos entrar? 

-Claro

Haciéndose a un lado todavía con Cat abrazada a ella, aunque claramente le había pedido que la soltara, los dejó entrar. 

Tori se había quedado sentada en el sofá del living y cuando escuchó las voces de los adolescentes se levantó del lugar un poco incómoda.

Esperaba poder hablar con Jade y aclarar su situación pero parecía que eso no iba a pasar esa noche.

-¿Qué diablos pasó aquí?

Dijo Beck sospechoso. Tori se sonrojó un poco, si bien había logrado, aunque sola, acomodar el sofá nuevamente. La alfombra y la pequeña mesa ratona  todavía estaban fuera de lugar. 

Jade una vez que logró escapar de los brazos de Cat se acercó a Tori sin cruzar mirada y comenzó a ordenar, la media latina sin decir una palabra la siguió.

-Tuvimos una pelea.

-¿Qué?

Todos excepto Tori la miraban entre sorprendidos y preocupados. Al ver la expresión del grupo la media latina comenzó a reír, ya que las palabras de Jade sonaron muy mal.

-No fué nada, tranquilos, Jade no podría matar ni a una mosca.

-Oye, logré golpearte en más de una ocasión.