Söylenti/Rumor

3.8K 254 84
                                    

21 de agosto de 1617

—Anastasia —me habló mi prima —Mahfiruz está afuera, quiere hablar contigo.

—Déjala pasar y déjame a solas con ella.

Ella asintió para después salir.

—Sultana Kösem —dijo Mahfiruz entrando a mis aposentos.

—¿A que viniste, Mahfiruz? —pregunté sin rodeos.

—Vine a recuperar lo que es mío. Me quitaste a Osman y ahora yo te lo quité.

—Yo no te quité nada, Mahfiruz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Yo no te quité nada, Mahfiruz. —le aseguré —Tú lo alejaste de ti.

—No, me exiliaron por una trampa que me pusiste.

—Di lo que quieras, te haya puesto una trampa o no. Yo no te obligué a golpearme.

Ella me miró enojada.

—¿Dónde quedó aquella Mahfiruz que conocí cuando yo era una hatun? —le pregunté. —Gracias a aquella Mahfiruz fue que pude luchar en el palacio y también, gracias a ella me consideraban Sultana antes de haber tenido un hijo del Sultan. Extraño a esa dulce Mahfiruz que alguna vez fue mi amiga.

—Mahpeyker la mató. —aseguró —¿Crees que yo quería ser así? Lo único que buscaba era la felicidad y la encontré pero Mahpeyker hizo hasta lo imposible para convertirme en esta persona.

—Me tenías a mi. Yo pude haber estado contigo en todo momento, sin embargo, decidiste alejarme. No sólo le declaraste la guerra a Mahpeyker si no que también a mi.

—Eso ya no importa, Kösem. Sólo vine a decirte que a partir de ahora haré lo necesario para que mi hijo, Osman, ascienda al trono.

La miré con un poco de temor. ¿Cómo no? La vida de Mehmed estaba en peligro.

—Me prometiste que no atentarías contra la vida de mis hijos porque sabías el dolor que se siente. —le recordé.

—Y mi promesa sigue en pie. —me aseguró. —Sólo que yo no tendré la última palabra, la tendrá Osman.

La miré enojada.
Al parecer, la guerra a penas empezaba.


•••


—¡Ayşe! —le grité enojada, entrando a sus aposentos.

Ella hizo reverencia.

—¿Qué ocurre, madre?

—¿Por qué dijiste esas cosas de el Sultan en Estambul?

—Se lo merecía. Es una advertencia para que no se le ocurra volverte a tocar.

Suspiré.

—Ayşe, es un gran gesto de tu parte pero, tu padre es el Sultan del mundo. Debes respetarlo.

Haseki Kösem SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora