Todo era normal en la escuela, hasta que apareció la odiada Valentina, con algunos regalos dignos de día de San Valentín para Jonathan.
–¿Y esto? ¿Ahora vendes regalitos?– preguntó el chico confundido.
–No seas tonto, quiero que seas mi novio Jonathan, me estoy declarando–.
–Oh no–. Jonathan miró a su al rededor, todos lo miraban esperando la respuesta, incluyendo a su hermano. –No quiero–.
–¿Qué?– Las risas de todos, hicieron que Valentina se pusiera más roja que el suéter de su uniforme y pronto enfureciera. –¡¿Cómo puedes rechazarme?! ¡Tu estúpido hermano te esta aconsejando que hagas esto seguramente! ¡¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?! ¡Muchos desearían esta oportunidad!
–¿Oportunidad de qué, Valentina? ¿De estar con una pre adolescente hueca y presumida que piensa que con su belleza puede comprar a todos. Ya conocí una como tú pero al menos esa señora es inteligente y talentosa, tu solo eres presumida, chillona y creída–.
Era la primera vez que Jonathan perdía así los cabales y se ponía a discutir con alguien, pero nadie insultaría a su hermano sin que el saltara en su defensa.
La maestra llegó, cortando así el silencio tenso que dejó el reclamo de Jonathan, por suerte no pasó nada más hasta llegado el recreo, donde ellos salieron corriendo para evitar a Valentina.
–Que forma de batear a alguien–. Dijo Elizabeth.
–Odio a las personas así, además soy gay–. Rió. –Y me gusta alguien más–.
–¿Quién te gusta?–. Preguntó apresurado Ángel.
–Después les contaré, compraré algo–. Se levantó de su lugar y caminó hasta la tienda del patio.
–Tienes una ventaja Ángel–.
–Que sea abiertamente gay no es una ventaja, no se quien es el que le gusta, dudo que sea su propio hermano–.
–Pregúntale, si no nunca sabrás–.
Los tres pasaron ese día evitando a Valentina y al salir se sentían liberados, como siempre, llegaron a comer, hacer la tarea y después a leer lo de siempre.
–¿Quién te gusta?–. Preguntó de la nada Ángel.
–¿Por qué tanto interés?–. Respondió sin quitar la vista de su libro.
–Quiero saber–.
El timbre sonó y Jonathan se levantó a abrir.
–Pensé que no dabas con la casa–.
–¿Dabas?–. Preguntó Jezabell, entrando con calma y observando todo. –Que lujo–.
–Encontrabas, gracias, tratamos de decorar bien–.
–Quiero saber más sobre los no humanos–.
–¿Tus padres saben que estás aquí?–.
–Si, pero piensan que vengo a regularización–.
–Me agrada la mentirosa–. Dijo Ángel con una sonrisa de lado.
–¡Cuéntenme más!–.
–Vale, vale. ¿Qué quieres saber?–. Preguntó Jonathan.
–¿Cómo los diferencian de los humanos?–.
–Cinco cosas básicas, los no humanos siempre quieren saber más, los humanos creen en lo que les dicen. Los no humanos tienen poderes, como lo que te mostramos del aire, pero hay más poderosos, ven el futuro, fantasmas, etc. Los no humanos son especialmente buenos con los animales y los humanos tienen crueldad natural, tanto que se hacen daño a si mismos. La mayoría de los no humanos recuerdan sus vidas pasadas, porque reencarnan siempre y están conscientes de que no son humanos y por último, los ojos, eso es muy importante, los no humanos sin importar su color, los tienen muy profundos y brillantes.
–¿Cómo los que dices que yo tengo?–.
–Si, solo los no humanos los tienen así–.
–Y hay más por aquí?–.
–Muchísimos, debes encontrarlos, ya tendrás tiempo para eso siendo mayor y aprendiendo más–.
–¿Quieres comer algo?–. Preguntó Ángel.
–Me leíste la mente, tengo hambre–.
–Jonathan, prepara algo para la niña y para mi–. Sonrió de forma cínica.
–Claro, claro, todo yo–. Se fue murmurando a la cocina.
Ángel se quedo unos minutos a cargo de la niña.
–¿Te gustan los videojuegos?–. preguntó.
–si me gustan, los de aventuras–.
–Perfecto, ven, entretente–. Dijo sacando los juegos que tenia.
Después de conectarle la consola y dejar iniciado el juego siguió a su hermano hasta la cocina, quedándose parado en el marco de la puerta.
–¿Quién te gusta? –.
–Con quién está la niña, Ángel?–. Respondió asustado.
–La están educando los videojuegos. Te pregunté algo–.
–Cuanta insistencia–.
–¡Jonathan!–. Hartó, tomó a su hermano del brazo, volteándolo bruscamente y quedando cerca suyo. –Se que recuerdas lo del otro día, el ebrio era yo, no tú–.
–¿Entonces para que preguntas tanto?– Respondió algo nervioso.
Ángel no pudo responder más y solo tomó a su hermano de las mejillas para besarlo igual que la otra vez, sólo que ahora, ese beso fue correspondido.
Mientras tanto, en el cuarto de ellos, una niña se aburría de repetir y repetir el difícil nivel.
–Ya me dejaron aquí sola estos "tíos"–. Frustrada se levantó y caminó hasta la cocina, que sin puerta fue fácil llegar y mirar la bonita escena de un beso entre hermanos.
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Olimpo: Una infancia complicada
FantasyCuando el hechizo de protección sale mal, los niños olímpicos terminan reencarnando en el mundo humano, ahora deben encontrarse entre todos para poder salvarse del hijo de Ra y su seguidores. *Capítulo cada viernes*