Valentina Sandovál, la típica niña creída que odiabas en el colegio, que siempre molestaba a los demás creyéndose superior. Su orgullo había sido dañado, tanto que no podía superarlo y pasaba horas y horas dando vueltas en su habitación, preguntándose como vengarse de ellos.
—Ángel, el seguramente tiene la culpa, solo a el le hace tanto caso como para rechazarme a mi—. Murmuraba mientras daba vueltas, jugando con su rizado cabello.
—¡Ey! ¿Qué te duele?— Dijo enterando a la habitación, un joven alto y fuerte de ojos color miel y cabello negro. Era Valentín el hermano mayor de Valentina.
—Me rechazaron, ¡A mi!—.
—Que dolor—. Dijo con sarcasmo.
—No vengas a molestar—.
—Te ves demasiado mal—.
—Lo estoy, nunca me habían rechazado y el lo hizo por culpa de la bestia de su hermano —.
—¿Quieres que hagamos algo al respecto? —. Preguntó insinuante.
—¿Tú y Alf?—. Preguntó mirándolo fijo. —Si, háganlo, pero contra Ángel, que es el culpable de todo—.
—Te recogeremos mañana en la escuela y nos diras quien es el—.
Al día siguiente el ambiente con Valentina estaba tenso, aunque ellos que ni siquiera la miraban, no se dieron cuenta.
Por otro lado, el salón de tercer año disfrutaba su día sin maestra, amaban cuando faltaba a clases y eso significaba día libre. Los niños jugaban y arrojaban bolas de papel.
Jezabell, muy contraria de los demás niños, se encontraba dibujando tranquila, mientras platicaba de su caricatura favorita con quien era su única amiga, hasta que el niño que se sentaba enfrente de ellas dio vuelta y comenzó a hablarles.
—¿Qué dibujan?—. Preguntó.
—Solo ésto—. Respondió Jezabell mostrando su libreta.
—Está muy lindo—.
—Gracias—.
—Oye—. Pronunció la voz del niño nueva mente. —Me gustas—.
Jezabell levantó la cabeza sorprendida, aunque pronto esa sorpresa se transformó en molestia —¡No fastidies!— Gritó para luego salir del salón enfurecida. Caminó por todo el patio de la escuela hasta toparse con Jonathan.
—Oye ¿por qué la cara tan molesta?—. Preguntó deteniendo a la niña en su caminata.
—Todos me molestan, ya se que soy fea, pero ¿por qué deben burlarse tanto de mi?—.
—Pero hostia puta ¿quién se ha burlado de ti?—. Respondió el chico con una notable molestia.
—Un niño de mi salón, me dijo que le gusto—.
—Pero eso no es molestia alguna, ¿o es qué acaso no te gusta el?—.
—No, ni siquiera lo conozco, si es molestia porque lo dice para burlarse si yo le digo que también me gusta—.
—Ya veo hacia donde va esto—.
—¿y hacia dónde?—.
—Oye, eres una niña linda, tienes ojos lindos y ese cuerpo tiene potencial a como va, tal vez ahora te sientes insegura por ser la más alta y no arreglarte como las demás niñas, pero espera a que crezcas y verás como te conviertes en una mujer guapa, se porque te lo digo. La Diosa de la belleza no te dejará sola—.
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Olimpo: Una infancia complicada
FantasyCuando el hechizo de protección sale mal, los niños olímpicos terminan reencarnando en el mundo humano, ahora deben encontrarse entre todos para poder salvarse del hijo de Ra y su seguidores. *Capítulo cada viernes*