Tomó un largo respiro antes de entrar.
Había esperado que las pocas personas que habían se retiraran, viendo al otro chico meterse dentro de una puerta y notando que el chico estaba solo.
Caminó lentamente pero obtuvo rápidamente la atención de aquel pelinegro que lo traía imaginando miles de cosas semanas atrás, haciendo que se detuviera y mirara de manera distraída una columna de libros a su lado, ni siquiera sabía que tipo de libros estaba revisando en esos momentos.
— Hola. ¿Necesitas ayuda con algún título?
Necesito respirar lo necesario para preguntar tu nombre y tu número.
— Yo, ehhh...creo que acabo de olvidar el título del libro.
El chico sonrió divertido y él sintió una revolución en la panza.
Cielos santos, quería tanto que esa sonrisa estuviera mientras le abría las piernas.