Mark cree que está viviendo en un sueño, no puede haber otra razón para poder darle sentido al hecho de que Yukhei esté entre sus piernas mientras lo besa de manera profunda, él tan solo se encuentra sentado en un muro ligeramente alto mientras cierra sus piernas alrededor del más alto mientras aquella enseñanza continua de besos lo han convertido en un experto, puede estar seguro.
Se separan con un jadeo antes de sentir como el contrario apoya su frente en la suya y lo observa fijamente, sintiendo aquellos grandes ojos estudiarlo de manera profunda, de pronto los nervios lo atacan y es que siente culpa, como en cualquier sueño, uno tiene que despertar.
— ¿Hay alguien adentro? —pregunta Yukhei mientras recorre con sus labios la piel de sus mejillas, sintiendo caricias en su mentón y deslizándose a su cuello, donde los besos no hacían falta y suaves mordidas se hacían presentes, pegando un ligero salto antes de dejar a sus hormonas ganarle a sus nervios, inclinándose para darle más espacio y enterrar sus dedos en los cabellos ajenos.
—Ven. — es lo único que logra decir, separando al mayor de su cuello con el rostro levemente sonrojado, bajando de aquel muro de un salto y rodeando el lugar para entrar a su casa, tomando las llaves para finalmente ingresar y guiar al contrario por el patio y escaleras, llevándolo al único lugar en donde podría hacer realidad todo lo que tenía en mente desde el primer día que conoció a Yukhei.
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Estos capítulos llegan auspiciados por Paulo Londra y su Adán y Eva.