En esos momentos no estaba muy seguro de lo que hacía, se estaba permitiendo dudar al verlo de reojo seguirlo por los pasillos de su amplia casa, pero al momento de sentir una de sus grandes manos alrededor de su cintura, su mente fue nublada otra vez por un cálido cóctel de deseo y lujuria naciendo desde lo más bajo de su abdomen.
- Mark.-pronunció su nombre con aquel tono grave y ronco, sintiendo sus labios recorrer su cuello, un constante roce que comenzaba detrás de su oreja y terminaba con suaves mordidas en su hombro por sobre su camiseta. Tomó aquella mano que lo sujetaba para arrastrarlo escaleras arriba, sin importarle ya lo que vendría después de ello, tenía un objetivo en mente después de todo.
Yukhei no pudo estar más que sorprendido cuando fue estampado contra la puerta de la habitación del menor, lo notó en su mirada antes de sonreír divertido mientras él enredaba sus brazos alrededor del cuello del castaño claro, fundiéndose en un beso que denotaba toda la tensión sexual que estaba presente desde que pisaron aquella casa.
Mark ladeó el cuello nuevamente, el más alto dejando más que besos, sintiendo dientes clavándose en su piel y una cálida lengua recorriendo su piel y haciendo que temblara de pura excitación. Las grandes manos colándose bajo su camiseta y sintiendo sus dedos marcando su piel antes de dar un respingo cuando Yukhei acunó su trasero y lo apegó por completo contra si mismo.
- La cama está a unos metros, Yukhei...-murmuró entre risas, girando el rostro para besar la piel más cercana del mayor, siendo esta su mentón en donde agregó una traviesa mordida. Las manos seguían amasando su trasero y hacían que jadeos escaparan de sus labios antes de sentir que era alzado del suelo, enredando las piernas alrededor de las caderas ajenas, estrellándose en la cama en cuestión de segundos aunque sin soltar su agarre con las piernas del mayor.
Su camiseta fue lanzada a un rincón de la habitación en cuestión de segundos, la sensación de sentirse cohibido haciendo presencia ante la atenta mirada del más alto, algo que no duró tanto al ver a Yukhei tomar su camiseta desde los bordes y quitárselo sin reparo alguno. Los brazos del más alto no eran grandes pero estaban lo suficiente marcadas como para ser atractivas, bajar la mirada a su pecho y abdomen fue una de las mejores decisiones en esos momentos, la piel morena tan remarcada en abdominales que parecían esculpidos en mármol. Su mano se movió sin poder evitarlo, recorriendo la piel para comprobar la dureza de la misma, clavando las uñas en su abdomen y ganándose otra mirada traviesa de parte del más alto.
-Te gusta lo que ves ¿no? -dijo mientras se inclinaba sobre su rostro.- Créeme, yo estoy amando lo que veo también.- otro beso lo distrajo mientras sus manos inquietas recorrían su cintura y espalda, al hacerle arquear la misma mientras descendía a sus tetillas en medio de mordiscos hambrientos y succiones en cada centímetro de su piel que sabía, iban a quedar marcados por largos días. El más alto empezó a frotarse de manera sutil en medio de las piernas ajenas, pensó que no lo notaría pero lo hizo, apretando más el agarre que tenían sus muslos alrededor de él para acercarlo más y hacer el contacto más directo a pesar de tener dos capas de ropa encima.
-Yukheiii...-gimió sin poder evitarlo, al sentir las fuertes succiones en cada uno de los botones rosados en su pecho, la sensación era deliciosa, se sentía tan increíble que le sorprendió aquel tono tan agudo que escapa de sus labios, los gemidos siendo más constantes a la par del descenso del mayor por todo su abdomen.
El mayor se había logrado desenlazar de su agarre de alguna manera, incorporándose para quedar arrodillado entre sus piernas, ocupado en desabrochar sus pantalones y lanzar su cinturón a un lado de la cama, no tardó en sentir como sus pantalones al igual que su ropa interior eran tirados hacia abajo, arqueando la espalda nuevamente para ayudarlo antes de quedar completamente desnudo bajo su cuerpo.