Esta historia esta basada en el juego Rpg Ib
Ib es una niña de 11 años la cual fue a una galeria de arte con sus padres, luego de que le dieran permiso para ver la galeria sola, las luzes se apagaron un momento, luego ella se da cuenta de que esta s...
Al entrar, pudimos ver un florero con agua, y una estantería con libros al fondo del cuadro. Ambos entramos la rosa en el florero, y luego inspeccionamos la habitación.
Leimos uno de los libros del librero, ya que no queriamos salir del cuarto con todas esas damas afuera.
"Días maravillosos"
"La galería es como un terrorifico parque de atracciones con muchas cosas extrañas!. Me divierto mucho en este lugar, el día pasa volando!"
"¿No es este un lugar fantastico? ¿Porque no te unes a mi?, lo pasarás bién con toda esta compañía."
Garry- Que espantoso, debemos salir de este lugar cuanto antes... pero intentemos no morir es el proceso...
Ib- Eso es obvio Garry!!, no podemos quedarnos aquí.
Garry- Buen punto... vamonos, habrán muchos mas acertijos que resolver.
Despues de correr, ya que cada vez nos perseguían mas damas y mas, llegamos a un cuarto con un espejo, el cual abrimos resolviendo acertijos en esa gran habitación.
Ambos nos vimos en el espejo, ya que no había nada mas en ese cuarto pequeño.
Nos volteamos al escuchar unos pasos, y una cabeza de maniquí estaba en frente de la puerta por la que entramos.
Garry- Desde cuando esto está aquí?! Ya no podemos salir.
Ib- C-calmate.. volvamos a ver en el espejo.
Y volvimos a mirar.
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Garry- Ese es?!!- Garry se lanzó a la izquierda del susto. Se levantó muy molesto y estaba a punto de patear el maniquí. Yo cerré los ojos fuertemente y el rapidamente lo pateó, provocando que se destrozara.
Ib- iick!!
Garry- Maldición, desgraciado maniquí.- Ambos salimos del cuarto, y al salir, los demas cuartos estaban bloqueados por cabezas de maniquí con lagrimas de sangre pintadas en ellas.
La puerta al cerrarla se bloqueó, y las damas nos persiguieron. Corrimos, y con todas esas damas atrás vimos una llave gris, pero al tomarla otra dama cayó. A ambos solo nos quedaba un petalo en nuestras rosas, estabamos a punto de morir.
Por suerte encontramos un cuarto que no estaba bloqueado. Era al que habíamos entrado antes. Esta vez había otra cabeza de maniquí, pero colgando del techo. Estaba goteando sangre... digo, pintura que asemejaba a la sangre del maniquí. Justamente la pintura estaba joteando en un florero lleno de ese color rojo.
