La fiesta no daba abasto, la casa estaba que explotaba y la música ensordecía. Perdí de vista a Camila a Víctor y a Courtney ni bien entramos, la tarada estaba en la mesa de bebidas como una alcohólica. Si se desmaya me hago el boludo y que se joda.
Salgo al patio trasero, hay varios muchachos cerca de los barriles de cerveza, yo me acerco para tomar un vaso de plástico rojo y llenarlo.
-¡De cabeza! -gritó Camila, que estaba abrazada a un chico que no conozco, me estaba apuntando con el dedo.
Los muchachos de alrededor me observaron con una sonrisa en sus labios, adoraban a poner a beber gente sobre sus cabezas arriba del barril de cerveza.
Reí negando, puse ambas manos en el barril e impulsé mis piernas hacia arriba, quedando en posición vertical boca abajo mientras alguien me sostenía para que no cayera. Me pusieron la manguera en la boca y todos empezaron a dar ánimos mientras yo succionaba la cerveza.
Estuve alrededor de 25 segundos hasta que decidí tomar aire, bajé del barril y todos me aplaudían.
Tomé mi vaso y giré algo mareado con la intención de volver al interior de la casa. Ya podía sentir el efecto de la marihuana y el alcohol no se hace esperar. Al dar dos pasos alguien me agarra del brazo levemente para captar mi atención, al darme vuelta me doy cuenta que es un chico de mi año.
-Eso fue impresionante.-me dijo.
Me dediqué a analizarlo. Era alto, no mucho pero si mas alto que yo, aunque no hace falta mucho para serlo. Tenía el cabello negro y unos ojos azules, parecía tener un cuerpo trabajado y sus facciones estaban bastante marcadas. Nada mal.
-Gracias, es cosa de todos los viernes. -dije con una sonrisa.
-¿Cuál es tu nombre?-me preguntó
.
-Nicolás. -Respondí mientras tomaba aire, pues sentía que me faltaba. -aunque la gente me conoce como Zamo.
-¿y eso?
-Mi apellido es Zamorano.
El chico asintió pareciendo entender la conexión entre mi sobrenombre escolar y mi apellido.
-Yo soy Matthew, pero todos me dicen Matt. -me sonrió.
-Un gusto. -dije.- ¿bailas? Tengo ganas de ir a bailar.
No esperé la respuesta y empecé a caminar lentamente hacia el interior, pude sentir que me seguía.
Adentro sonaba anaconda de Nicky Minaj. Al llegar al centro de la pista empecé a mover mi cintura y a hacer algunos pasos improvisados de twerk. Matt reía mientras bailaba conmigo, a veces intentaba twerkear pero le era imposible.
Al terminar la canción me excusé con que quería encontrar otra bebida y dejé a Matthew en la pista de baile, me encaminé a la cocina, donde había baldes llenos de hielo y bebidas, tomé una botella de vodka y no dudé en darle un buen sorbo.
Josh se aparece por la puerta de la cocina.
-Hombre, juro que no sé como puedes tomar tanto sin morir.
-Practica, cariño.- le dije con una sonrisa. -además, mientras más tome, más placentero será el polvo de la noche. Sigo insistiéndote. -dije en un tono entre seductor y burlón.
Josh sabía que yo solo bromeaba, pues siempre se echaba a reír.
-Puede que te acepte la oferta si es que no encuentro a ninguna chica a mi nivel. Después de todo dije que si probara con algún hombre, serías mi primera opción.
Es cierto, eso lo había dicho hace un año, desde entonces siempre le hice bromas sexuales.
-Pues sabes donde buscarme. ¿tienes un poco de eso que me gusta?
Largó una carcajada asintiendo, abrió la heladera donde habían muchos cartones de leche y botellas de alcohol. Movió de lugar la leche y sacó una botella de refresco rellenada. El líquido era de un color naranja rojizo.
Esa bebida era mi favorita, Josh era el único que sabía lo que contenía y solo la preparaba para sus juntas más cercana. Adoro este tipo.
Me la lanzó y pude sentir el frío del plástico cuando la agarré en el aire.
-Comparte con la viuda.
Yo asentí divertido y salí dándole sorbos a la botella que contenía la sangre de los dioses del olimpo.
Llegué con Camila, que estaba muy cerquita de otro chico que no era el que vi cuando me pusieron de cabeza.
Le di un último sorbo y deje la mitad.
-Tomá. -le cedí la botella.- especialidad de la casa.
Ella la agarró con una sonrisa.
-Sabés que es lo que me gusta. -respondió en español.-gracias.
-adoro como suena tu voz cuando hablas español.- dijo el chico.
-yo no lo apruebo.- le dije en español.
-es un boludo, pero está bueno.
Negué con la cabeza y me fui, a tiempo para escuchar como la gente saludaba a Dylan. El maldito capitán del equipo de basquetbol está en la fiesta, como no. Me acerco a él y choco su hombro con el mío.
-oye, cuidado por donde caminas, marica.
Me reí cuando escuché ese intento de insulto.
-¿no está tu pandilla de mandriles? ¿Quién te va a defender si inicias una pelea?
-Nadie, pero yo no huiré si eso pasara.
Mierda, me cagó.
-Si lo dices por mi, fue usar el cerebro, ustedes eran 7 yo era uno solo. Por lo menos yo no me valgo de otros 6 minusválidos mentales como tu. ¿sabes que es lo que creo que eres? -dije con una sonrisa victoriosa, estaba por darle el ultimátum. -un cobarde.
Todos empezaron a hacer bullicio mientras yo me alejaba y sus ojos esmeraldas me atravesaban la nuca intentando asesinarme. Como si pudieras, Parker.
Matthew seguía en la pista de baile, me acerqué y sonrió al verme.
-creí que no regresarías.
Me sorprendí un poco.
-¿Me estabas esperando?
-Pero claro. Me dijiste que volverías.
Este chico claramente tiene interés en mi, y como lo considero un 8 de 10, me lo pienso llevar a la cama, pero tenemos que emborracharnos más.
Tomé su mano y lo guíe a la cocina, donde había poca gente. En una jarra me dispongo a preparar vodka con jugo de naranja, se la doy y lo obligo a beber sorbos gigantes. Me siento en la mesa y el se me acerca.
Me pasa la jarra y yo bebo un poco para luego dejarla a un lado.
Noto que sus pupilas estaban algo dilatadas, genial, está ebrio.
Sostengo el cuello de su camiseta y lo atraigo a mi. El sin negarse y sabiendo lo que quería, lleva sus manos a mis mandíbulas y cortamos distancia.
Nos besamos de una manera salvaje un poco indebida; mis manos viajan por su espalda, que no es una muralla pero es algo grande, y sus manos viajaban a mi cintura, aunque lentamente intentaba seguir bajando.
-Consíganse un cuarto par de maricas. -escuché decir.
Dylan estaba aquí. Me separé del beso para observar con asco a Dylan, con las manos de Matthew en mi cintura.
-ese insulto pasó de moda cuando entramos al 21,¿en que siglo te quedaste?-Le dije, respondió algo pero simplemente lo ignoré.-Vamos a un lugar privado.-le dije a Matt. Este asintió entusiasta.
Subí las escaleras y caminé hasta el cuarto de Josh, el cual estaba cerrado con llave. Cerca de la puerta había un estante con distintos objetos en el, podías poner tu atención en cualquiera, pero yo puse atención en la escultura de un gato de pequeño tamaño.
Me acerqué al mueble y levanté al gato, de su interior, el cual estaba hueco, cayó una llave.
-bingo.-dije sonriente.
-wow,¿Cómo sabías que estaba ahí?
Yo sonreí mientras abría la puerta.
-No es la primera vez que vengo, además Josh y yo somos buenos amigos, soy parte de su círculo cerrado.
Una vez dentro, vuelvo a cerrar la puerta con llave pues no quiero que me interrumpan, envío un mensaje de texto rápidamente a Josh diciéndole que voy a usar su cuarto y el me da el gol enseguida.
Me acerco a Matthew y empezamos a besarnos más desesperadamente, mientras empezamos a desprendernos de nuestras ropas. Empezamos por su camiseta y mi remera, luego me quitó tanto mis botas como mis pantalones, en ropa interior, comenzó a manosearme el trasero.
“Pícaro, este me cae bien. Ojalá sepa hacerlo.” Pensé. Pude sentir como comenzaba a dilatar mi entrada con movimientos circulares y de adentro para afuera con un solo dedo. Mientras tanto, mis manos viajaban a su cinturón para desabrocharlo, empecé a morder su labio inferior y éste soltó un gruñido que me calentó aún más.
Lo empujé a la cama y me acerqué a la mesa de luz de Josh, al abrir una puertita, tomé una botella de whiskey y la destapé; comenzando a beber.
Se la pasé a Matt, el bebía mientras le bajaba los pantalones.
Una vez ambos en ropa interior, me le subí encima y le arrebaté la botella para seguir dándole largos sorbos mientras movía mi cadera hacia delante y hacia atrás.
Cada sorbo era un paso más cerca para dejar de sentir, para ser solo alguien sin sentimientos ni emociones, alguien que solo disfruta de los deseos carnales como la droga y el sexo.
Saboreaba el leve sabor a caramelo que le sentía al whiskey, le ofrecí a matt y este aceptó, una vez terminó de beber tapé la botella y la deje a un lado para poder comenzar la acción , aunque de eso solo recuerdo que duró bastante.
Abrí los ojos, la luz de la ventana me estaba aniquilando, observé mi alrededor y vi que estaba en mi casa. Al lado de mi cama, en mi mesa nocturna, se encontraba una aspirina y un vaso de agua. Esta fue Camila. Me la tomé enseguida y metí mi cabeza entre las sabanas para esperar que pase el dolor de cabeza.
Al rato me levanté algo mareado, estaba en ropa interior. Busqué mi teléfono con la mirada y lo encontré tirado con el resto de mi ropa. Lo tomé y vi que tenía varios mensajes y publicaciones en las que me etiquetaron de la fiesta.
Vi un DM de un usuario que reconocí como Matthew.
-Anoche la pasé genial, nunca tuve sexo por tanto tiempo.
De mala gana decido responderle.
-Si, lo que digas, pero fue cosa de una noche, sin compromisos.
Dejé mi celular en mi cama y me encaminé a comer algo. Estaba muriendo de hambre, pero también tenía nauseas. Siempre que tengo resaca me preparo algo grasoso, así que me cociné unas papas fritas con mayonesa y ese fue mi almuerzo. A las horas me sentía mejor.
Boludeando con mi celular me enfoqué en un par de mensajes del grupo que tengo para el equipo de baile escolar.
Varios eran sobre rumores de una tal Kim, otros eran sobre la fiesta y los que sobraban eran memes. Me aburrí de leer así me decidí a salir a caminar.
Me puse unos shorts y unas deportivas seguido de una remera blanca y una sudadera.
La verdad es que ese short me estaba violando.
Caminé a mi propio ritmo hasta un parque cercano donde paré a tomar algo de agua. Pude escuchar un bullicio cercano, me giré a ver y vi que había varios chicos jugando al basquetbol. Entre ellos, Dylan.
Hasta en un parque de mierda me lo tengo que venir a encontrar. Esto parece wattpad.
Igualmente, es lógico, pues es un pueblo pequeño y como todavía no hacía mucho calor, nadie iba a la playa, es normal salir a uno de los dos parques del pueblo.
De lejos vi a Camila caminando junto a una chica pelirroja, al parecer natural, muy cerquita. Entonces recordé que se iba a ver el día de hoy con una chica. Puedo ver que Dylan deja el juego para acercarse a Camila y es entonces cuando empiezo a caminar rápido hacia ellos.
-…te digo que la dejes, que un hombre te da mas placer. -decía el desgraciado.
-Un hombre, no un cerdo.- respondió ella.
Le toco el hombro.
-¿Qué estás haciendo?- Le pregunté con mi mejor cara de villano.
-tratando de hacerle ver que lo que hace es una pérdida de tiempo.
-Pérdida de tiempo fueron los 9 meses en los que tu madre te tuvo en su vientre en vez de haberte abortado.
-¿Qué dijiste marica?-dijo pegándose a mi, haciéndome frente.
-Lo que escuchaste, simio.- me le pegué aún más.- Me dices mucho marica pero mira que pegadito que estamos y no te alejas. ¿No te parece algo que haría un marica?
Se alejó rápidamente. Me miró con asco.
-yo no soy como tu.
-Gracias a dios que no existe .-le digo para irme por donde vine al notar que mi mejor amiga pudo escapar.
No puedo creer que sea tan imbécil, si pudiera hacerlo desaparecer por mil dólares, pagaría millones para asegurarme que no aparezca ni mis próximas 3 vidas.
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Ellos son los culpables
Teen FictionNicolas zamorano es un argentino que vive en estados unidos desde la muerte de su madre. tiene una reputación firme la cual esta obligado a mantener junto a su mejor amiga, Camila Etcheverry y una rivalidad con el capitan del equipo de basquetbol...