Yugo llevó una mano a su rostro y cerró los ojos intentando aguantar, sin embargo, parecía que el dolor era demasiado esta vez. Ya no podía más, así de simple, era demasiado, así que no se resistió más y dejó fluir sus lágrimas.
Se lo había prometido a sí mismo, que no lloraría, había llorado ya tanto en el pasado, sin embargo, no importaba cuánto lo intentara, no era más fácil, temía que nunca lo fuera.
Caminó por la estancia, directo al minibar, se sirvió una copa de vino, ni siquiera se había molestado en encender la luz pero eso no impidió que sirviera la copa con maestría, después de todo, había pasado tantas tardes bebiendo de esa copa en un intento por mitigar el dolor de su corazón.
La luna estaba alta y su pálida luz se filtraba por los grandes ventanales, eso ayudaba mucho mientras se desplazaba por la estancia pasando de la maleta grande que había preparado previamente, esa quizás, sería su última copa de vino en ese lugar que solo le había traído más dolor y desesperación en lugar de dicha y felicidad.
Se apoyó en el marco del ventanal, mirando a la lejanía, una casa en la playa, todo lo que hubiera querido... todo lo que ahora odiaba.
En el pasado había sido un jovencito ingenuo, pensaba estúpidamente que el dinero le daría felicidad, claro, era de esperarse de un chiquillo que creció en los barrios bajos. Ese no había sido ni sería nunca un buen lugar para nadie, el tener que vivir día con día sin saber cuando sería su próxima comida, el tener que engañar y pelear para sobrevivir, era una especie de infierno en vida.
Cuando creció había aprendido que, aunque el dinero lo facilitaba todo, no era lo más importante, se alegró de comprobar que eso era cierto cuando conoció al amor de su vida... o al que creía era el amor de su vida, pues se había encargado de romper su corazón una y otra vez ¿podía volver a amar alguna vez? Después de Yuto no estaba seguro.
Apretó sus puños con fuerza ¿qué era lo que había salido mal?
Habían sido tan felices en un principio, Yuto era el hombre perfecto, amable, considerado, amoroso. No habían tenido mucho y sin embargo, cada día de su vida estaba inundado en dicha y felicidad... hasta que ese hombre había llegado a sus vidas.
No, probablemente estaba equivocado, no era culpa más que de Yuto y del despreciable dinero. Cuando su esposo empezó a ganar más dinero empezó a pasar menos tiempo con él. Lo había justificado si, porque el negocio se había estado asentando, Yuto había jurado que solo era eso.
Pero luego llegaron los viajes de negocios, las largas juntas, Yugo tuvo que aprender a hacerse cargo de la casa y de las comidas, comidas que su esposo dejó de probar, el chico de ojos azules pasó de ser un feliz esposo a algo parecido a un cuidador de casa.
Lo hubiera soportado, si, de no haber sido por la traición.
La copa en su mano estalló entonces, el líquido derramándose en el suelo y en parte del vestido azul que llevaba. Ese vestido que había usado cuando se conocieron, cuando Yuto lo había confundido con una chica en el festival escolar... ahora esos recuerdos lo lastimaban más que las heridas hechas por el cristal de la copa.
Sollozó mientras se apartaba del marco del ventanal e iba a sentarse a uno de los sofá de la estancia mientras la traición volvía a su mente, si tan solo Yuto se lo hubiera contado, no, no estaba seguro de que eso lo hubiera hecho menos doloroso ¡pero le hubiera gustado saberlo de los labios de su esposo!
Arrancó uno de los cristales incrustado en su mano y, con furia, desgarró el vestido con el trozo de cristal, así como Yuto había desgarrado su relación. Entonces se derrumbó llorando, le hubiera gustado que las cosas hubieran sido diferentes, antes habían sido pobres pero habían sido felices... y todo eso se había ido.
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FanfictionCollisionShiping week 2018 Cortos y oneshot ~~~~~~ Día 1: Pobreza Día 2: Negocios Día 3: Futbolista Día 4: Traductor Día 5: Reglas Día 6: Tripulación Día 7: Futuro ~~~~~~ 24-30 Septiembre