Yugo se estremeció, intentó mover sus manos, pero, al igual que antes, no fue capaz de liberarse. Gimió a través de la mordaza y sus ojos se llenaron de lágrimas, se sentía tan indefenso.
-Shhh ahora precioso, no es momento para que llores- Yuto apareció en su campo de visión -no aún por lo menos- agregó con una sonrisa algo perversa.
El chico de ojos azules gimió, más fuerte esta vez, cuando esa incomodidad en su parte trasera se convirtió en un suave zumbido que lo estremeció de pies a cabeza.
-Te has sonrojado, eso me gusta- dijo Yuto mostrándole descaradamente el dispositivo con el que había activado la vibración -¿quieres un poco más cariño?- pregunto.
Yugo negó enérgicamente, aunque claro, estando desnudo, atado a la cama y con una mordaza no era como si tuviera muchas opciones y Yuto se lo demostró aumentando las vibraciones.
Se retorció de nuevo, intententando liberar sus manos en vano, no soportaba esa placentera tortura y Yuto lo sabía, por eso había introducido ese vibrador dentro suyo. Lloriqueo, no era justo.
-¿Hay algo que te molesta?- Yugo gimió bajo, Yuto lo estaba torturando a propósito, sin embargo eso no era lo peor del asunto, no, sino que no sabía siquiera porque estaba siendo sometido a eso.
-Cierto, no tiene mucho sentido si no puedes responderme- dijo Yuto paseándose alrededor de la cama, el muy maldito solo llevababa puestos unos jeans rasgados de color negro, su torso estaba desnudo dejando ver su tentador cuerpo, para más tortura del chico de ojos azules que no podía tocarlo.
-Empecemos con algo fácil entonces, puedes mover la cabeza para contestar después de todo- prosiguió el chico de ojos grises -¿tienes idea de porque estás atado?-
Yugo se apresuró en negar con la cabeza.
-¿Estás seguro de ello?-
Esta vez el chico de ojos azules asintió haciendo que su compañero suspirara.
-Bueno, supongo que te lo tendré que enseñar de nuevo- murmuró al tiempo que abría sus pantalones, Yugo se estremeció en anticipación y, un momento después la vibración dentro suyo escaló a un nivel extremadamente alto.
Gimió con fuerza y su cuerpo se arqueó en la cama, su erección escurriendo presemen, reclamando atención. El chico de ojos azules lloriqueó, no entendía que había hecho mal, pero quería que eso se detuviera, el placer lo estaba enloqueciendo.
Sintió que la cama se hundía y se encontró de repente con Yuto sobre él, mirándolo con algo de simpatía en sus bellos ojos grises.
-Está bien cariño, no tienes que llorar- las suaves palabras fueron seguidas de un suave beso en su frente -pero tienes que recordar seguir las reglas-
Yugo se sobresaltó al escuchar eso ¿qué...? no pudo pensar en ello cuando de repente su miembro se encontró aprisionado por la mano de Yuto que empezó a prodigarle una deliciosa fricción.
Entonces no pudo dejar de gemir, para completa satisfacción de su pareja que no tuvo piedad de él, dándole largas y lentas caricias hasta rápidos y suaves tirones, Yugo no tardó en sentirse al borde puesto que la vibración en su interior lo hacía todo mucho peor.
El chico de ojos azules miró a su compañero, la súplica era clara en sus ojos, necesitaba terminar, quería que Yuto terminara con su miseria, el brillo perverso en esos ojos grises le dijo que eso estaba aún lejos de suceder.
Esta vez, Yugo definitivamente se echó a llorar en silencio cuando Yuto apretó la base de su miembro impidiendo efectivamente cualquier indicio de eyaculación.
-No hasta que yo lo permita- fueron las, para él, crueles palabras.
Entonces el zumbido en su interior se detuvo y Yugo suspiró, intentando calmarse un poco aunque su cuerpo entero temblaba. Sin embargo no tuvo mucho tiempo para tranquilizarse pues sus piernas fueron separadas dejándolo totalmente abierto para el siguiente asalto de su compañero.
-Es una suerte que el vibrador te haya aflojado tanto- comentó Yuto antes de retirar sin piedad el juguete del interior de su pareja.
Yugo estuvo a punto de venirse ante la estimulación, gimió de nuevo cuando no pudo, no, Yuto no lo iba a dejar ir tan fácil.
Escuchó el sonido de algo abrirse y luego un líquido frío fue derramado en su entrada. El chico de ojos azules se estremeció en anticipación, eso era un castigo, si, pero no había manera en la que no disfrutara cuando Yuto lo llenara por completo con su gruesa erección.
Sintió un beso en la parte interna de su muslo y miró lo mejor que pudo hacia abajo, Yuto le dio una sonrisa leve.
-Pronto cariño- prometió antes de introducir un par de dedos dentro suyo.
Su pareja había tenido razón, el juguete lo había aflojado bastante pues no había dolido, pero no había manera en que la erección de Yuto no doliera pues era bastante más grueso que un par de dedos y sin duda, entraría más profundo.
De cualquier manera eso dejó de importar cuando el chico de ojos grises empezó a dilatarlo, jugando con maestría dentro suyo, acariciando el interior, burlándose al mismo tiempo de su erección para luego presionar ese punto en su interior que lo hizo ver estrellas.
Un tercer dedo fue introducido y el chico de ojos azules apenas lo sintió pues su compañero seguía presionando ese punto una y otra vez, el delicioso placer siendo seguido por la presión en su miembro que le impedía terminar, se sentía al borde de su cordura.
Balbuceos incoherentes salieron de su boca pero no le importó, quería que Yuto terminara con sus provocaciones, quería que lo tomara de una buena vez, no le importaba suplicar si era necesario.
El chico de ojos grises sonrió, su pareja era tan lindo, bellamente sonrojado, suplicando en balbuceos incoherentes a través de la mordaza, sus orbes azules inundados en líquido cristalino... se iba a asegurar de que se viera aún más hermoso mientras lo tomaba para si.
Con la decisión tomada Yuto se apartó y liberó su propia erección, aplicando un poco de lubricante por toda su longitud antes de colocarse en posición para irrumpir dentro de su pareja.
-Espero que con esto puedas entender-
Yugo no tenía idea de a que se refería, tampoco le importaba, quería que su novio lo follara de una buena vez. Sintió la cabeza de la erección de Yuto presionando su entrada y, unos momentos después, la presión de la invasión empezó.
Cerró los ojos y gimió, se sentía tan condenadamente bien, sus paredes internas forzándose a abrirse, el sentir el calor de su compañero dentro suyo... el saberse uno parte del otro... era, simplemente, maravilloso. El que Yuto tocara su punto de placer interno solo lo mejoró.
-Déjame verte- la petición de su pareja hizo que Yugo abriera sus ojos, observando el amor en esos ojos de color gris antes de que las embestidas empezaran sumergiéndolo en una vorágine de placer.
En algún momento perdió la mordaza, pero no era como si pudiera articular alguna palabra entendible de todas maneras, sobretodo no cuando Yuto se inclinó sobre él, devorando sus labios.
Sus gemidos fueron tragados por esa boca ansiosa, una mano se ciñó sobre su erección, su punto de placer fue tocado y el mundo se volvió completamente blanco cuando el éxtasis lo alcanzó. Sintió a Yuto aún golpeando su interior, prolongando su placer y no pudo pensar en nada más.
Cuando volvió en si pudo sentir la calidez de su pareja derramándose dentro suyo y no pudo evitar sonreír.
Yuto lo miró entonces, sus ojos grises brillando de algo que no supo interpretar -¿lo entendiste?-
Confundido, Yugo negó antes de poder detenerse a pensar. La sonrisa que su pareja le dio entonces no presagiaba nada bueno, sintió el miembro de Yuto endurecerse en su interior y gimió.
A partir de ese día Yugo no olvidaría jamás romper las reglas del departamento que compartía con Yuto... o quizás lo haría más seguido.
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FanfictionCollisionShiping week 2018 Cortos y oneshot ~~~~~~ Día 1: Pobreza Día 2: Negocios Día 3: Futbolista Día 4: Traductor Día 5: Reglas Día 6: Tripulación Día 7: Futuro ~~~~~~ 24-30 Septiembre