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Día 3: Futbolista

Yugo estaba en la gloria, gracias a él el equipo de futbol de la escuela había ganado un torneo más, no podía estar más orgulloso, no solo porque su esfuerzo había dado frutos sino porque su triunfo no había hecho más que acrecentar su fama en la escuela.

Podría tener a la chica que quisiera como novia, los hombres lo envidiaban y los estudiantes menores lo idolatraban ¿había algo mejor que eso? él lo dudaba.

Ser el número uno tenía sus ventajas y, como lo había expresado anteriormente, esa era su oportunidad, la oportunidad perfecta para conseguir una cita con Rin, la líder de las porristas.

Así pues se dirigió al gimnasio, sabía que en esos momentos la chica debía de estar terminando la práctica con las demás porristas, esperaba poder ser capaz de verla con su uniforme deportivo antes de que se fueran a los vestidores.

Con esa sonrisa pícara entró al lugar, no tardó en encontrar a la chica cerca de las gradas hablando con sus dos amigas, Ruri y Serena.

-¿Entonces es cierto?-

-Si, es el mejor de la región, su adición al equipo de fútbol tiene muy emocionado al entrenador-

Yugo frunció el ceño ante eso ¿como que el mejor de la región? ¡él era el mejor!

-He escuchado que no solo es el mejor, también tiene excelentes calificaciones y es muy guapo-

Las chicas se rieron un poco ante eso, como si no hubiera suficientes chicos guapos en la escuela, tan solo tenían que mirarlo a él.

-Dime dime, ¿cuál es su nombre?-

Si, Yugo también tenía que saber el nombre del chico a quien, sin haberlo conocido, había empezado a tener su desprecio.

-Se llama Yuto-

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Yugo gruñó mientras se cruzaba de brazos y veía a la distancia a Yuto, ese maldito estudiante transferido que parecía ser, en todos los ámbitos, perfecto. Los profesores lo alababan, el estudiantado lo admiraba, las chicas lo seguían, los chicos querían ser como él, mientras que Yugo, él simplemente lo despreciaba.

Sabía que era infantil, pero no podía evitarlo, él había sido el más popular en la escuela debido a su título como as del equipo, ahora ni eso tenía, maldito fuera Yuto y su perfecta sonrisa. Esa sonrisa que había conquistado a Rin y a toda las porristas, maldición, cada que lo recordaba lo despreciaba aún más.

No pudiendo soportarlo más se dirigió hacia el chico que estaba tomando un leve respiro durante la práctica, claro, él también se cansaba, no era perfecto ¿porqué los demás no podían verlo? sobretodo cuando estaba ahí, con su uniforme deportivo que se transparentaba un poco por el sudor dejando ver perfectamente la musculatura de ese torso y... ¡maldito fuera, incluso sudando era perfecto!

Antes de poder contenerse Yugo se lanzó sobre Yuto y la chispa de la batalla se desató.

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-¿Escuchaste los rumores?-

-¿Sobre qué Yugo y Yuto pelearon? si, los escuché-

-Parece que tienen una vieja rencilla desde hacía años-

-Eso es mentira, se acaban de conocer-

-¿De verdad? escuché que Yuto es un chico tranquilo ¿qué pudo hacerle Yugo para que pelearan de esa manera?-

-Ese es el mayor misterio-

Yuto negó mientras se alejaba de esas personas que solo sabían esparcir rumores ¿qué acaso su vida era tan interesante? a él le gustaría que lo dejaran en paz de una vez por todas. Sin embargo, debido a los recientes acontecimientos eso parecía imposible.