| CAPÍTULO 51 |

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Capítulo 51: ¿Lutteo?

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Luna

¿No les pasa que quisieran detener el tiempo?

Es lo mismo que quiero hacer, este abrazo significa mucho para mí, él es la persona que amo, aquella que me hizo cambiar, aquella que me hizo vivir. Lo necesito conmigo pero creo que eso no se va a poder, él ya tiene una familia, llegué tarde. Siento su respiración en mi cuello al igual que sus lágrimas. Me duele verlo llorar...

—Por favor escúchame— susurro, aún abrazándolo

—No hagas más difícil Luna— escucho su voz ronca, me tenso

—Escúchame, solo te pido eso...—susurro, poco a poco siento como nos separamos. Él tenía la mirada baja, me acerco a él—quiero que veas un video y escuches audios por favor— ruego tratando de buscar su mirada

—No quiero ver ni escuchar nada— susurra enojado— ya mucho daño me hiciste— me mira, y veo dolor en su mirada, trago saliva...

—Yo no...

—Basta Luna, no quiero ver nada, no quiero escuchar nada...— lágrimas resbalan por mi mejilla— no te quiero ver Luna— bajo la mirada y aguanto unos sollozos— no lo hagas más difícil y vete— asiento con la mirada baja, aguanto los sollozos y lágrimas.

Con el corazón destrozado salgo de esa oficina, cierro la puerta en un portazo, entiendo que no me quiera ver, pero solo quería que vea un maldito video y que escuche los audios. ¿Es difícil eso?.
Yam me mira y me tiro a sus brazos a llorar

—Sabía que era mala idea— susurra, ignoro y solo me dedico a llorar— ven vamos al baño— sin decir nada me jala hasta llegar al baño femenino— Ya tranquila, dale tiempo Lu— miro a la nada y lágrimas sin querer resbalan por mi mejilla.

Son dos años llenos de lágrimas, no puedo curar está herida que tengo, solo él es el médico que puede curar esto, peor no me quiere ver. Toco la medallita y la aprieto fuerte mientras bajo mi mirada y reprimo sollozos.

—Vamos— escucho el susurro de Yam, me da unos lentes y me los pongo, son negros y tapan mis ojos, con una cara destrozada junto a Yam salgo de aquella empresa donde trabaja él.

(...)

Matteo

—No crees que ya fue suficiente?—pregunta Simón, frunzo mi celo y lo miro— ya pasaron dos años, es hora de perdonarla y hacer lo que querías hacer aquel día— bajo la mirada y niego— boludo los dos se aman, dense una oportunidad...—niego

—Yo no la...— antes de decir algo el boludo de Gastón me interrumpe

—Hay Balsano, a otro con ese cuento, tú no lo viste, pero nosotros sí, vimos cómo se miran, los dos son unos boludos, Luna por amarte y tú por no darle la oportunidad de que explique todo— lo miro con los brazos cruzados

—Escúchala, sabes bien que para que tú ya estés bien, la necesitas— les doy la espalada, tenían razón pero no me niego a aceptarla

—No puedo— digo serio

—Si puedes, otra cosa es que no quieres— Gastón me tira una almohada

—Sos un boludo— Simón habla con tono argentino, junto a Gastón lo miramos divertido— ¿Qué?— se encoge de hombros—Ámbar me enseño demasiadas cosas— noto el doble sentido de sus palabras y junto a Gastón le tiramos varias almohadas

𝑻𝒖 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏《𝑳𝒖𝒕𝒕𝒆𝒐》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora