| CAPÍTULO 79 |

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Penúltimo capítulo

Capítulo 79: En la vida hay que arriesgar

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Luna

Yo no puedo permitir esto, no y no. Matteo no puede arriesgarse a que ese maldito le haga algo, quiero a Camila y Matteo bien no que les hagan daño. Iré con ellos, para eso ya hice un plan, tengo a las chicas al frente mío...

—Mami— escucho como Noah llama a Ámbar

—Dime cariño— responde la rubia

—¿Dónle está Cami?— cierro los ojos con dolor— La extlano mucho— una lágrima resbala por mi mejilla

—Tranquila— escucho el susurro de Nina

—Vamos por agua Noah— Ámbar sale con el pequeño en brazo, y me largo a llorar una vez más, me dan náuseas y corro a vomitar

—Luna...— siento a Matteo a mi lado, me lavo la boca para después cepillarme— Cariño...— lo abrazo, no quiero que vaya solo, no quiero—Tenemos la ubicación de nuestra hija, iré por ella, pero necesito que estés tranquila acá, si?— asiento mirándolo

—Por favor cuídate— susurro mirándolo a los ojos, siento sus manos en mi mejilla

—Te amo mucho, no lo olvides— responde, lo beso mientras lágrimas resbalan por mi mejilla

—Yo también te amo— susurro como puedo.

[...]

Matteo

Eran ya las ocho de la mañana iré en el carro con Gastón, Simón se quedará con las chicas para cuidarlas de cualquier cosa por si acaso. Ya estamos en el auto, voy manejando rápidamente, necesito llegar dejar ese maldito dinero que me pidió después y salvar a Camila.

—Tranquilo Matteo tenemos tiempo todavía— niego mientras aumento la velocidad—Los policías estará alerta a todo— bufo, no teníamos que decir nada porqué estaría arriesgando la vida de mi hija, pero lo tuvimos que hacer, ellos irán luego de unas horas al lugar

—Necesito salvar a Camila solo eso— susurro siguiendo el camino

Ya han pasado treinta minutos y por fin llegamos, hice que Gastón se escondiera en la parte trasera para parecer que únicamente fui yo, hay un pasadizo muy oscuro, pero al terminar se encuentra un edifico abandonado, con la infraestructura dañada, muy dañada. Bajo del auto con el maletín en manos como acordamos mientras me encamino hacia el barril negro viejo que me indico que hiciera, dejo le maletín para luego sentir un dolor en la parte trasera de mi cabeza.

[...]

Luna

—Matteo no— escucho el susurro de Gastón, salgo de mi escondite

—Gastón— susurro, él voltea y al mirarme

—¿Pero qué mier...— tapo su boca con mi mano

—Cállate que pueden escucharte— digo, nos agachamos y miramos—¿Dónde está Matteo—pregunto mirando y solo puedo ver un edificio todo horrible, dañada, y las paredes que lo rodean estaban oscuras

—Lo golpearon, parece que lo llevaron adentro— susurra tecleando en su celular

—¿Cómo?— susurro preocupada

𝑻𝒖 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏《𝑳𝒖𝒕𝒕𝒆𝒐》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora