AUN HAY TIEMPO

¡Lluvia!

No se cuantas horas llevo en los sembradíos desde que salí del hospital, aunque el sol después del medio día es abrazador la brisa es fuerte y fresca. No quise ir almorzar a los comedores no quiero encontrarme con...  el, estar concentrada en las plantas siempre ha sido un momento de relajación para mi, me sirve para divagar en mi mente escuchar mis propios pensamientos, aunque si sigo pensando en lo que paso en el hospital  voy a enloquecer digo agitando un poco mi cabeza, ¡de verdad estoy agotada mentalmente!

_¡Hola preciosa!

_¡Haa!

Caigo de lado al suelo ya que estaba de cuclillas, estaba tan metida en mis pensamientos que no sentí a Riu kun llegar y agacharse tan cerca que me susurro al oído, me mira sonriendo ayudándome con una mano a levantarme.

_¡Lo siento no quería asustarte!

Me mira y coloca un almuerzo envuelto en un pañuelo  al frente de mi cara.

_¿Almorzamos?

Lo miro sorprendida los detalles de Riu kun siempre me dejan sin saber que decir.

Sentados a la sombra de un frondoso árbol un poco alejado de los sembradíos estoy terminando de almorzar, son fideos y un poco de arroz, es sin duda la comida del comedor, siento la profunda mirada de Riu kun en mi, lo miro y le pregunto:

_¿Que pasa, me manche la cara?

Le pregunto un poco alarmada tocando alrededor de mi boca, lo que provoca una suave carcajada en el.

_Nada, es solo que me parece increíble el tener que  a ver venido  hasta konoha para conocerte.

Lo miro confundida"¿conocerme?" me mira detenidamente a los ojos, mi boca mi, nariz y ladea un poco la cabeza y me mira sonriente.

_¡A ti, la mujer mas bella que he conocido!

Enseguida  siento mis mejillas arde, carraspeo un poco y vuelvo mi mirada hacia la taza de comida que tengo en mis manos.

_¡No me cansare de decírtelo!

 Siento como sigue mirándome, estoy que me atraganto con la comida siempre logra ponerme nerviosa.

_¿Te gusta mucho la agricultura verdad?

Lo miro dejando la comida aun lado y le digo:

_Si, en realidad la jardinería, de hecho tengo un jardín en mi casa donde paso mucho de mi tiempo.

_¡Se nota por la manera en que te esmeras cuando mueves la tierra, con la precisión y el cuidado en que colocas la semilla y luego la cubres!

Me dice mientras me mira un poco sorprendido haciendo gestos con sus manos.

_¡Nunca vi a nadie cultivar así, a veces quisiera ser una de esas plantas para estar entre tus manos y ser tratado con tanta devoción!

Lo miro sorprendida por lo directo de su comentario, y volteo nerviosa una vez mas hacia mi taza ahora vacía y me llevo un mechón de  cabello detrás de mi oreja.

_¡Sabes Hinata, creo que ya es hora de regar las plantas!

Dice mirando concentrado los sembradíos.

_¿Que, a que te refieres? ¡siempre las regamos antes de irnos!

_No, me refiero a regarlas de verdad.

 Voltea y me mira con una de esas sonrisas de comercial y me toma de la mano al levantarse.

_¡Vamos quiero que veas!

Y comienza a correr llevándome de su mano.

_¡Riu kun espera!

Le digo tratando de llevarle el paso, corrimos hasta  llegar al centro de los sembradíos, Riu kun se sitúa en un punto y colocas sus manos en posición para realizar sellos, cierra los ojos en señal de concentración y yo solo lo observo, empiezo a sentir la brisa un poco mas fuerte y fría de lo que estaba y el estremecer de las hojas de los arboles me lo confirma, miro alrededor con mi cabello revuelto por el soplar del viento veo como la tarde soleada poco a poco se oscurece, miro hacia al cielo y nubes negras de pronto aparecen  y con ellas los truenos, miro a Riu kun y sigue con esa pose de concentración, ¿es el, es el quien esta haciendo esto en el clima? lo miro sorprendida, cuando siento caer la mi primera gota en mi mejilla y miro al cielo para ver caer miles de ellas sobre mi, sobre el sembradío y creo que sobre toda konoha, ¡no puede ser, esta... lloviendo! hace cuanto tiempo no llovía en konoha prácticamente atravesamos una de las peores sequías, abro mis brazos para mojarme con la lluvia tengo una gran sonrisa de felicidad en mi cara y miro a Riu kun que parece salir de su trance y mira al cielo con sus manos aun en posición y luego me mira con una sonrisa ladina.