Epílogo: [Editado]

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Habian pasado meses después de aquello, gintoki estaba en su habitación leyendo un libro que traía en su portada el nombre de "exorcismo".

Su suspiro fue tan exagerado que se escuchó por todo el negocio para levantarse de su puesto en busca de comida. Abrió la puerta de su habitación para registrar la nevera y fue cachado por shinpachi a media madrugada para la sorpresa del samurái.

- ¿Que haces aquí Patsuan?-Preguntó al tomar una caja de leche pasteurizada

- Eso debería de preguntarle a usted Gin-san - Dijo el pelinegro mientras se arreglaba los lentes, le incomodaba un poco el haber llegado temprano.-
Después de lo ocurrido en el cementerio. Se que has tratado de ver a Hijikata-san pero, ¿¡¡Ahora tratas de ser un Exorcista!! ?

- hum - respondió simplemente el mayor.

La espera fue larga cuando se posicionaron en los muebles a altas horas de la noche, el clima era tan frío que ambos tomaron sus respectivas mantas y se acurrucaron en ellas; el té preparado en ese mismo momento se concentraba en esfumar su cálido ser en el vasto ambiente. La tensión era tan grande que el hablar era un poco asfixiante.

- Nee Shinpachi-kun, Acabo de invocar un espíritu hoy...

- Si se refiere al de esta mañana y que era solo una vieja desnuda pues , eso no lo puedo considerar un verdadero cumplido si le interrumpíamos su descanso en el baño.

- ...Al menos fue un alma , poco a poco iré llamando a varios

-No quiero varias multas o denuncias de un exorcista que no es fiable

El silencio se resumió a esas palabras y se escuchó el sonido sobrante de un sorbido, las miradas serias se percataron de los copos de nieves que caían en la ventana y su atención fue dirigida a ella.

La inspiración cayó de golpe en la mente del peliplateado y se levanto repentinamente dejando la manta atrás, el chico de lentes solo lo miraba perplejo de la acción que iba a hacer y lo único que oyó fue lo siguiente:

- Ya es invierno ¿no? Sería la estación perfecta para lo que voy a invocar -
Las palabras no tenían ningún receptor y eran dirigidas para el mismo, los orbes carmesí lo volvieron a mirar - Más tarde iremos al cementerio - Propuso decidido para recoger y retirarse.

- Oh no... - Susurró un poco preocupado.
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Día siguiente

El cementerio de Edo seguía siendo siniestro por las noches y el solo andar sin compañía era de valientes, la opción del hombre fundador del Yorozuya era invocar un alma en el mismo cementerio para hallar lo que quería.

Kagura veía como Gintoki dibujaba el circulo de ritual a un lado de ella con una tiza blanca, y Shimura a otra esquina con un aura temblante.

- ¡Listo! Ahora solo falta decir
hechizo... - tomó aire -

- Espera gin-san ¿esta seguro que no invocaremos demasiados en un solo cementerio? ¡Esto es un reto suicida!
- ¡Cállate cuatro ojos! Quizás así vea a Sadaharu 1- aru - decía la pelirroja un poco hastiada esperando el ritual.

Shinpachi solo cerró los ojos para tranquilizarse mientras escuchaba como Gintoki recitaba aquel hechizo.

" No puede ser, así solo invocará al innombrable" - tembló

Alegría y TristezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora