Excepciones.

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Siempre he creído que las excepciones no son buenas. Siempre me ha parecido un tipo de "preferencia" en lo que sea... Pero... dicen que las cosas cambian, la gente cambia de parecer y de opinión, y así fue conmigo también.

Ya que... tú fuiste mi más grande excepción.

Tú fuiste mi excepción a todo, pusiste mi mundo de cabeza y realmente cuando nos distanciamos me sentí perdida ya que todo lo que yo conocía, o más bien a todo lo que me acostumbre, se había ido.

¿Querías saber porque todo me dolía? Simple. No tengo control. Yo siempre tuve el control de mi vida, o bueno a lo que se le puede llamar "mi desastrosa existencia". Llegaste tú. Me desorientaste. Hiciste de mi vida un huracán, luego un tsunami y para acabar... Me perdiste en un mundo del cual yo no conocía nada, o más bien... Yo lo hice, me quise perder en ti y así fue.

Me perdí en tus ojos, me acostumbre a tus brazos y al suave cobijo de tus labios sobre los míos. Me acostumbre al latir de tu corazón, a sentir tus pies caminando al mismo ritmo que yo y a el calor de tu mano sobre la mía. Sincronía. Sincronía se quedaba corta... Tanto me acostumbre a eso que cuando te alejaste, me sentí desorientada​ y no supe hacia dónde ir, ya no tenía a alguien para que caminara conmigo, ni que me levantara cuando me cayera. Estaba sola. Sola. Como en un principio. Quise mentirme, llegue a deducir de que eso tenía que pasar, tenía que aceptarlo, pero nunca pude. Creía creer que todo estaba bajo control, como siempre, quería creer que estaba bien sin ti. En un principio, pensé que era otra cosa, depresión o el simple hecho de una recaída pequeña, pero no, me encontré con el escalofriante echo de que sin ti estaba mal, me sentía mal.

Algo me faltaba y ese algo, eras tú y ahora me doy cuenta de ello. Me tomó meses de desenredar la maraña de sentimientos que tu hiciste dentro de mí, y cuando llegué al final me di cuenta de que lo que verdaderamente quería se había ido. Y eso me hizo sentir mucho peor, claro que la "Señorita orgullo" no podía admitir nada, o más bien, no quería. Algo que está haciendo en este momento y de lo cual para nada se arrepiente. Si. Otra excepción. De todas maneras traté de controlar la situación, trate de pensar en otras cosas, de mantener ocupada mi cabeza, conocer más gente, leer más libros, e incluso llenarme la boca de alcohol y y cigarrillos.

En fin...

Nada funcionó, y de alguna manera eso me provocaba además de fuertes dolores de cabeza, tristeza, frustración, rabia, impotencia, entre muchos otros. Nadie nunca había logrado quitarme ese control de mi vida, siempre he podido manejar mis emociones a la perfección y no solo las mías, si no también las de los demás. Algo que no me enorgullece del todo. Llegaste tú y todo ese control se me vió arrebatado el primer instante que pude apreciar tu sonrisa. Otra excepción más... Con esto, no quiero insinuar que te necesito. No. Para nada. Yo solo te quiero conmigo, para platicar, hacer bromas, reír a carcajadas, no lo sé, solo quiero que todo sea como era antes. No estoy segura de muchas cosas en este momento, de hecho casi nunca lo estoy,
pero en este momento sé que te quiero y que te quiero conmigo. Si.

Conmigo.

~ Siempre tuya, siempre eterna

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