Silencio

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Silencio. Eso es lo que tenía que haber en ese piso, contemplando a mi nueva víctima. Silencio. Hasta que ella llegó.

-Martah, abre, soy Amanda.- No dije nada- ¿Martah?

Y tenía la llave.

Y lo vio.

El cuerpo de su hermana en una silla apuñalado y aún sangrante en el salón, con la carne desgarrada y caliente.

Empezó a llorar y gritar, más bien vociferar. Pero un ruido hizo que los gritos cesaran.

Yo.

Me miró con unos ojos llorosos e irritados, con una mirada de dolor, ira y desamparo al mismo tiempo. Pero mi expresión era incorruptible. Yo era su asesino. Su único asesino. La persona que había...

Sus gritos interrumpían mi dicha. Y sus golpes me hacían gritar a mi.

Se había girado hacia mi y había empezado a descargar su ira contra mi- básico- y...

...no pude más.

-Yo soy su asesino. Yo. Y disfruté mucho.

Ella se debió quedar patidifusa y estupefacta, al menos era lo que su expresión mostraba.

-Enfermo. Eres un sádico enfermo, gilipollas. Me has destrozado la vida- dijo entre sollozos.

Y volvió a atacarme, pero ese golpe me desorientó, no pude saber hacia donde ir. Pero enseguida se tornó hacia su hermana muerta.

Pero yo no sabía donde estaba la puerta. Ni la ventana, ni nada. Era como un vacío en mi mente.

Decidí andar unos pasos hacia delante. Pero caí. Trozos de cristal se me clavaban en el brazo y mi cuerpo se sacudía en un suelo liso. Era la acera; había caído por la ventana.

Me intenté recuperar pero fui incapaz, hasta que un hombre me ayudó. Un cura.

No dijo nada. Me dio la mano y se fue. Tan solo dejó una nota en el bolsillo. "Me debes una."

En ese bolsillo faltaba algo... la cartera. Y la tarjeta de visita. Mis datos; y en la acera no estaban.

"Esa puta los tiene. Te los ha robado. Irá a por tí."

A la media hora, el edificio estaba rodeado de policías y de curiosos. Y sí, también estaba Amanda.

-¡ES ÉL- gritó- ESE HOMBRE HA MATADO A MI HERMANA!

1 hora corriendo, pero al fin les había despistado. Lo siguiente fue un grito y un silencio profundo, y una ira interna que solo podía ser sofocada por una muerte. Vamos allá.

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